Sunday, July 6, 2014

Las opciones de Maduro

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Andrés Oppenheimer | El Diario Exterior | Sábado 05.07.2014


El desastroso gobierno del presidente Nicolás Maduro está en problemas
más serios de lo que muchos creen, no por las protestas estudiantiles
que ya han resultado en más de 16 muertes, sino por la tasa de
inflación anual del 56 por ciento —la más alta del mundo—, que muy
pronto puede tornar ingobernable al país.


La gran mayoría de los economistas coinciden en que ningún país del
mundo ha logrado mantener estable durante varios años un índice de
inflación de ese nivel.


La historia enseña que cuando los países llegan a esos niveles de
inflación, o bien adoptan drásticos paquetes de austeridad para
controlar la inflación, o caen en la hiperinflación, el caos económico
y político.


En otras palabras, sería muy difícil que Maduro logre mantenerse en el
poder hasta el final de su período, en 2019, sin tomar medidas
drásticas para detener la espiral inflacionaria, poner fin a la
escasez de alimentos e impedir la ingobernabilidad. He aquí las
opciones que tiene:


1)  Un paquetazo de medidas de austeridad respaldado por el Fondo
Monetario Internacional (FMI). Al igual que lo hizo Grecia
recientemente, y como lo hicieron varios países latinoamericanos
antes, Maduro podría pedirle al FMI que rescate a Venezuela con
préstamos de emergencia condicionados a medidas de austeridad. Eso
exigiría, entre otras cosas, un enorme recorte del gasto público,
revertir las nacionalizaciones, levantar los controles de precios y
devolver al banco central su independencia.


Por supuesto, todas esas medidas serían diametralmente opuestas a todo
lo que Maduro y su predecesor, Hugo Chávez, han estado predicando en
los últimos 15 años. Y para poder aplicar estas medidas de ajuste,
Maduro necesitaría formar un gobierno de coalición para evitar que las
actuales protestas callejeras se tornen aún más multitudinarias.


2)  Un paquetazo de medidas de austeridad autoimpuesto, sin
participación del FMI. Tal como hizo recientemente México con su Pacto
por México, en el que todos los principales partidos políticos
acordaron reformas económicas, Maduro podría firmar un pacto con la
oposición para lanzar un plan de salvación nacional.

Pero lo más probable es que la oposición no acepte tomar
responsabilidad por el desastre económico de Maduro, a menos que haya
un gobierno de coalición que restaure la separación de poderes, y
convoque a elecciones anticipadas.


3)    Dolarizar la economía. Como Panamá, Ecuador y más recientemente
Zimbabue, Maduro podría detener la espiral inflacionaria sustituyendo
la moneda venezolana por una canasta de monedas, lo que en la práctica
significa adoptar el dólar estadounidense.

Eso ayudaría a devolver la confianza en la economía del país. El
problema es que, además de poner en ridículo su propio discurso
“anti-imperialista”, dolarizar implicaría enormes recortes al gasto
público. Eso, al igual que las opciones anteriores, sería muy difícil
de hacer sin un gobierno de coalición o un acuerdo político con la
oposición.


4) Un rescate financiero de China. Como hizo Cuba con la ex Unión
Soviética, Maduro podría pedirle a China que rescate a Venezuela a
cambio de tomar el control del país y convertirlo en un estado
satélite.


El problema es que los chinos son muy cautelosos, y ya están
preocupados por los más de $20,000 millones que les debe Venezuela. El
año pasado, Venezuela le pidió a China préstamos por $10,000 millones,
con mejores condiciones, pero sólo consiguió la mitad de ese monto, y
con condiciones más duras.


Ahora, con mayor incertidumbre política que el año pasado, sería aún
menos probable que China acepte rescatar a Venezuela, dice Evan Ellis,
profesor del Centro de Estudios para la Defensa Hemisférica de
Washington D.C., y uno de los mayores expertos estadounidenses en las
relaciones entre China y Latinoamérica.


Cuando le pregunté a Ellis si China no podría estar tentada a asumir
mayores riesgos a cambio de poder controlar un país petrolero como
Venezuela, me dijo que es improbable. Eso requeriría un nivel de
supervisión y control por parte de China que enfurecería a Estados
Unidos, explicó.


“En todas las oportunidades estratégicas y económicas que los chinos
aprovechan en Latinoamérica, siempre toman en cuenta la reacción de
Estados Unidos”, me dijo Ellis. “China no quiere convertir a Estados
Unidos, que es su mayor socio comercial, en su enemigo”.


Mi opinión: Es difícil decir cuál de estas opciones elegirá Maduro,
pero está claro que no hacer nada no es una opción viable para él. No
puede sentarse a esperar una nueva alza de los precios mundiales del
petróleo, porque ningún economista serio está pronosticando eso.


A Maduro no le va a quedar otra opción que adoptar un paquetazo de
medidas de austeridad, que no podrá implementar por sí solo en un país
profundamente dividido sin provocar más —y más grandes— protestas
sociales. Si no hay un rescate chino, todos los caminos apuntan a que
necesitará un pacto político con los líderes de la oposición a quienes
hoy insulta a diario.

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*Publicado en El Nuevo Herald.

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