Wednesday, April 29, 2015

La expectativa electoral

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Fermín Lares

Si las cosas estuvieran más o menos normales en Venezuela, hace rato que hubiera empezado la campaña electoral para renovar la Asamblea Nacional, que debería producirse en algún momento de este año, palabra del CNE vaya adelante.

Los medios de comunicación estarían proyectando planteamientos de los candidatos nacionalmente y en las distintas regiones. Pero no es así. Las noticias son sobre los insultos de Maduro al presidente español, sobre la escasez, las colas y los bachaqueros, sobre la amenaza imperial al régimen, la matanza de policías, escoltas y ciudadanos comunes a manos de un hampa incontenible... Y sobre el empeño del régimen en callar muchas de esas noticias, persiguiendo judicialmente a quienes las difunden.

En Estados Unidos ya empezó la campaña presidencial, más de un año antes de la votación, que será en noviembre de 2016. Como ocurría antes en Venezuela, que apenas cambiaba el gobierno, florecían los potenciales candidatos.

En Estados Unidos, el Partido Republicano, el llamado Grand Old Party (GOP), hoy en la oposición, pero con mayoría en el Congreso, tiene 29 precandidatos, 12 de ellos declarados, 13 que dicen estar en una fase exploratoria y 4 considerados potenciales. La etiqueta, en cada caso, es un tanto curiosa. Jeb Bush, por ejemplo, hermano e hijo de 2 otrora inquilinos de la Casa Blanca, dice estar en fase exploratoria. Bush no solo está haciendo campaña, movilizándose hacia los estados que escogerán primero a los candidatos de los diferentes partidos, sino que está recolectando buena plata y figura entre los cuatro más preferidos por los electores de su tolda política. Los otros tres son Marco Rubio, expupilo del mismo Bush en Florida; Rand Paul, conservador libertario (¿se entiende eso?) con ascendencia entre los jóvenes, y Scott Walker, el gobernador de Wisconsin que en 2011 limitó la afiliación obligatoria a sindicatos de los empleados públicos, medida que le permitió reducir el poder de la contratación colectiva en su estado y le produjo entonces gran visibilidad nacional, sobre todo entre los más conservadores del partido. Walker también dice estar en fase exploratoria. Paul y Rubio son candidatos declarados.

Entre los demócratas, hay 15 candidatos potenciales, que se suman a los 6 declarados y a 3 que dicen estar explorando su candidatura. Hillary Clinton es candidata declarada, lo que significa que ya presentó la documentación necesaria a la Comisión Electoral Federal (FEC), donde indica que es candidata a la presidencia y que tiene un comité de campaña que la ayudará a alcanzar su objetivo. Los candidatos declarados tienen que rendir cuentas regularmente sobre los fondos que recolectan, también sobre sus gastos y están sujetos a límites en la contribución de fondos federales. Los exploratorios están “testeando las aguas”, y los fondos que recolecten deben ser usados solo en movilizaciones para llegarles a sus potenciales electores, y en encuestas, es decir, en actividades “exploratorias”, no para hacer llamados al voto.

Clinton es una candidata abrumadoramente preferida por los electores de su partido. No baja de 60% de preferencia en las encuestas entre demócratas. Quien más se le acerca es Joe Biden, el vicepresidente actual, quien es solo un candidato potencial, con 15% o 16% en algunas encuestas.

Entre los republicanos, hay dos candidatos que suenan también en los medios, bien sea por su ubicación en las encuestas, o porque crean noticia y entonces son tomados en cuenta. Ellos son el expastor y exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, un hombre que hasta hace poco tenía su propio programa de televisión, y Ted Cruz, tejano favorecido por el movimiento ultraconservador Tea Party (Partido del Té).

¿Quién de todos estos cuentan con la simpatía del electorado hispano? Hillary arranca con buen pie, por la ventaja natural que tienen los demócratas entre los latinos, frente a los republicanos. El latino puede ser conservador y muy religioso, y sin embargo, vota por los demócratas, que son más liberales y más seglares que los republicanos. El latino siente más aceptación entre los demócratas. El voto latino, como se sabe, es clave hoy día en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los latinos representan 16% de la población general, más que los negros y asiáticos, y 11% de los electores, y en ambos renglones siguen creciendo. Obama conquistó alrededor de 70% de los votos hispanos en sus dos elecciones. La reelección de George W. Bush tuvo que ver en buena medida con 44% de los hispanos que votaron por él en 2004. Mitt Romney, que perdió con Obama, obtuvo 27% del voto latino.

En las últimas elecciones parlamentarias (2014), los demócratas ganaron nacionalmente el voto latino por un margen de 62% a 36%, aunque algunos candidatos republicanos, como en Georgia y Tejas, obtuvieron más de 40% del voto hispano.

En apariencia, se supone que el hecho de que Marco Rubio, un cubano-americano de Florida, y Ted Cruz, hijo de un cubano y una estadounidense, tengan apellidos hispanos, pudiera ayudarles en la conquista del voto latino. Pero ello no es necesariamente así. Sigue siendo importante cómo se ubican los candidatos en los temas de interés para los latinos. El tema que más cohesiona a los hispano-americanos de Estados Unidos es el migratorio, quizás porque muestra la solidaridad y la actitud que pudiera haber hacia la comunidad latina en general. Y en ese tema hay más empatía entre demócratas e hispanos que con los republicanos. Cruz y Rubio han tomado posiciones contrarias a la flexibilidad migratoria y contra rutas que permitan a los actuales inmigrantes ilegales transitar hacia la ciudadanía estadounidense.

Rubio fue uno de los senadores promotores de la ley migratoria integral aprobada por el Senado hace dos años, que beneficiaba a los indocumentados, no aprobada por la Cámara Baja. Cuando Obama aprobó una orden ejecutiva en noviembre pasado, ofreciendo estatus legal temporal a millones de indocumentados con hijos que tienen residencia legal o ciudadanía y han estado en el país por más de cinco años, Rubio fue uno de los que objetó la medida e incluso dijo que la ley que él mismo copatrocinó era un error. A partir de allí, los números de latinos que lo favorecen en las encuestas han bajado significativamente; 31% lo ven con simpatía y 36% rechazan al senador floridano.

Ted Cruz ni siquiera respaldó la ley aprobada en el Senado. Más aún, ha propiciado normas que permitan deportar inmediatamente a menores que crucen la frontera sur norteamericana sin autorización legal, en respuesta a los inmensos contingentes de niños que el año pasado llegaron de Centroamérica huyendo de la violencia en algunos de esos países, otro de los aspectos que Obama incluyó en su orden ejecutiva de 2014.

El anglosajón Bush, en contraste, quien vivió en Venezuela un par de años, habla fluido el castellano, y está casado con una mejicana, puede tener más cercanía con el electorado hispano. Sus posiciones sobre el tema migratorio están precisamente entre los tópicos que le crean problemas con la gente de su partido. El exgobernador de Florida ha llegado a decir que aunque los inmigrantes indocumentados infringen la ley al entrar sin permiso a Estados Unidos, lo hacen por un acto de amor, de compromiso con sus familias, en la búsqueda de oportunidades que no tienen en sus países de origen. “Pienso, honestamente, que es un tipo de crimen diferente, que debería que tener un precio a pagar, pero no debería irritar a nadie gente que está llegando a este país realmente para proveer por sus familias”.

Hillary va tan cómoda por ahora entre los de su tolda que los opinadores en los medios y compañeros de su partido han expresado el deseo de que alguien se le oponga internamente, mucho mejor si está a la izquierda de sus posiciones. No quieren que la proclamación de su candidatura se vea como una coronación, ni que haga campaña sin la oportunidad de confrontar sus ideas internamente; y que se vea realmente más inclinada hacia la clase media que hacia Wall Street. En cuanto a su búsqueda del voto latino, en algún momento se ha mencionado la posibilidad de que uno de los hermanos Castro, gemelos dirigentes políticos tejanos de ancestro mexicano, diputado uno y ministro el otro, la acompañe en la boleta como candidato a la Vicepresidencia.

En todo caso, queda mucho por rodar de aquí a noviembre de 2016. Hillary es centro de ataque de todos los precandidatos republicanos; y entre ellos mismos, por ser muchos, habrá mucha tela que cortar, como ocurrió cuando compitieron contra la reelección de Obama.

La fascinante competencia electoral democrática comenzó ya en Estados Unidos. Estamos a la expectativa de cómo será la cosa en Venezuela.

Vía El Nacional

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