Varianzas: 46,1% votaría por la oposición en las parlamentarias

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La caída del gobierno se remonta a 2012. Hay una diferencia de 18 puntos porcentuales de agrado entre Chávez y Maduro

HERNÁN LUGO-GALICIA   

73,1% del país es partidario de un cambio político y 46,1% se inclina por ir a votar en las elecciones parlamentarias a favor de la oposición. La encuestadora Varianzas encontró los datos al entrevistar a 1.200 personas en 13 ciudades del país entre marzo y abril de 2015. La cifra subió si se compara con 2014, cuando otro estudio de la firma indicaba que 54% de la población esperaba un giro en Venezuela. En la nueva medición, 14,1% consideró falso que el país necesite un cambio.

El clima político predominante en el momento del sondeo estaba signado por la recolección de firmas para que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, derogara el decreto contra siete funcionarios del gobierno; la agudización de la escasez; el escándalo por las cuentas de chavistas en bancos internacionales; el segundo aniversario de la muerte de Hugo Chávez y la detención del alcalde metropolitano Antonio Ledezma.

Según el estudio, cuyo margen de error es de 2,81% y nivel de confianza de 95%, 56,3% de los encuestados está de acuerdo con la liberación de Antonio Ledezma y de Leopoldo López, mientras 30,6% respalda la medida. Además, 55,7% rechaza que el alcalde metropolitano esté en prisión; 31, 6% está de acuerdo.

Al preguntar sobre la permanencia del gobierno hasta 2019, las respuestas son contundentes. “Que haya un cambio de gobierno antes” representa 57,3%; “Que continúe en el poder hasta 2019”, 31, 9 %; “No sabe”, 7,1 %; y “Depende”, 3,8 %. En diciembre de 2014, la consultora señaló que quienes opinaban que el gobierno de Maduro debía llegar a 2019 era 36 % y los que querían que saliera antes era 52,5 %.

Varianzas vaticina una derrota del PSUV en los comicios legislativos por la crisis económica y política, y la pérdida del liderazgo en el oficialismo luego de la muerte de Chávez.

La intención de voto favorece a los adversarios del Ejecutivo: 46,1% a favor de la oposición contra 33,7% del PSUV. Sin embargo, la oposición y el oficialismo crecieron al comparar estas cifras con las de diciembre de 2014. Ese año 43,9 % dijo que votaría por los opositores y 30,3% por el PSUV.

Los primeros cinco candidatos que tienen el respaldo de los encuestados son María Corina Machado, Daniel Ceballos, Leopoldo López, Julio Borges y Antonio Ledezma (todos adversos a Maduro). La situación beneficiaría a los partidos de la Mesa de la Unidad, que juntos captan 44% de la simpatía de los electores, mientras que el chavismo acumula 38,2%.

Primero Justicia registra 17,3%; Voluntad Popular, 10,3%; AD, 4,9 %; Un Nuevo Tiempo y Copei, 3%, y AP, 2%. El único partido del oficialismo que está posicionado es el PSUV: 37,8%, frente a 0,2% del PCV, y 0,1 % de PPT.

A pesar de la campaña pro abstencionista promovida por el gobierno, los electores aseguran que irían a votar. “Absolutamente seguros”, 58,7%; “casi seguro”, 15,7%. Los datos de 2014 evidencian que había apatía: 34,5% dijo estar dispuesto a sufragar en las parlamentarias

 

Entre inconformes y arrechos. Al medir el estado anímico de los venezolanos sobre el país, el estudio tuvo como resultados que 63,4% de los entrevistados expresó palabras negativas. 22,7% está inconforme; 14, 8 % arrecho; 10 % triste; 7,3% pesimista; 5,3 % frustrado.

Hay quienes, por el contrario, muestran una actitud menos negativa: 20 % dijo estar esperanzado; 7,4% optimista; 6,3 % contento; y 2,3 % satisfecho. De este universo, 3,3 % está resignado.

La evaluación negativa del gobierno ha crecido desde 2012 hasta la fecha. Hace tres años, 43 % percibía que Miraflores iba por mal camino; en 2013 la cifra subió a 45,6% y en 2014 a 58,7%.

En el primer trimestre de 2015 la percepción de los ciudadanos no mejora: 64,8% considera que el país va por mal camino, frente a 21,1% que califica la situación de regular y apenas 11,8 % cree que el gobierno de Maduro sigue por buen camino.

El presidente no ha logrado adjudicarse el respaldo que en otrora obtuvo Chávez, a pesar de que durante la medición enfrentaba el decreto de Obama y desplegaba la campaña antiimperialista. En 2012 Chávez tuvo 52% de agrado; en cambio, Maduro le agrada a 34% de los encuestados; es decir, hay una diferencia de 18 puntos porcentuales.

En cuanto a las posiciones políticas de los entrevistados identificados con el oficialismo, la chavista es la que menos ha caído: 9,7% puntos porcentuales entre 2012 y 2015. Chávez la mantuvo en 46% hasta 2012, pero con Maduro cayó a 36,3%. “El discurso del socialismo no ha tenido apoyo fuerte en los electores. Solo 19,9% lo respalda. Pudiera estar asociándose la crisis con el socialismo”, señala el informe de Varianzas, de 19 páginas. A 47,9 % le preocupa que avance ese modelo político-social.

 

Baja creencia de una “guerra económica”
Menos gente cree que la escasez y el alto costo de la vida sean producto de a guerra económica contra el gobierno de Nicolás Maduro. La encuestadora Varianzas concluye en su estudio realizado entre marzo y abril de 2015 que baja la creencia de una guerra económica, luego de encontrar que en 13 ciudades del país 46,8 % de los entrevistados calificó de falsa la campaña de Miraflores de responsabilizar al sector privado de la crisis.

Otro grupo, que representa 38,3 % de los encuestados, cree cierta la guerra económica. De ese universo, 42,7% opina que el gobierno de Maduro está perdiendo esa guerra  frente a 35,5% que considera que está ganando. 12,4% dice que no sabe y 9,4 % que no está “ni ganando, ni perdiendo”.

La encuesta recoge los 18 principales problemas del país. El más grave, la escasez (29,6%). Los otros siete más importantes son inseguridad (22%), colas para comprar (13,8%), todos (9,3%), alto costo de la vida (8,7%), corrupción (3,6%), la oposición (2,3%) y el gobierno de Maduro (2%).

El sondeo, efectuado en 1.200 viviendas, tuvo como contexto, entre otros, la devaluación de las divisas, la escasez de productos y alimentos, y la propuesta del gobierno de aumentar el precio de la gasolina, lo que incide en el estado de ánimo y la percepción negativa sobre lo que haga o anuncie el Ejecutivo.

Vía El Nacional