ANTONIO ECARRI BOLÍVAR
No tengo
una bola de cristal para saber cuánto tiempo se puede mantener un gobierno que
va en caída libre, más por sus propias ejecutorias que por la oposición que le
hacemos los sectores democráticos. Sin embargo, al ver que Maduro pretende huir
hacia adelante acosando a la prensa libre con el manido recurso del chantaje de
no entregarles papel: el que controla desde la monopólica empresa “Maneiro”,
nos damos cuenta de que el fin está cerca.
Para los
carabobeños “los periódicos” son, desde tiempo inmemorable, El
Carabobeño y El Nacional. Recuerdo que mi padre todas las
mañanas hacía una pregunta que era de rigor: ¿Llegaron los periódicos? Estaba
inquiriendo con esa interrogante, lo sabíamos todos en casa, si el pregonero
había traído El Nacional y El Carabobeño. Esa
pregunta la oí desde que tengo uso de razón. Por eso es que afirmo que los días
de este gobierno deben estar contados, tienen que haber entrado en cuenta
regresiva, pues perseguir y chantajear a dos instituciones como estas, donde
muchos sesentones aprendimos a leer y escribir, es una actitud desesperada que
hasta la dictadura perezjimenista se cuidó de intentar.
Cuando
hablamos de El Nacional nos referimos a una institución que
forma parte del patrimonio de todos los que vivimos en esta nación. Por eso
rememoramos frecuentemente a Miguel Henrique Otero Vizcarrondo, Miguel Otero
Silva, Arturo Uslar Pietri, Ramón J. Velázquez, Ramón José Medina, Alberto
Quirós Corradi, Simón Alberto Consalvi; y ahora a Miguel Henrique y a Elías
Pino Iturrieta, quienes asumen la titánica tarea de mantener el periódico
funcionando ante la arremetida oficial.
Cuando hablamos
de El Nacional también recordamos a toda una constelación de
compatriotas que le dieron lustre a “el periódico”, gente del mayor prestigio
nacional que mantuvieron y mantienen viva la antorcha de la libertad, como
Marcos Falcón Briceño, Guillermo Morón, Miguel Acosta Saignes, Gonzalo Barrios,
Tomás Eloy Martínez, Ludovico Silva, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Francisco
Herrera Luque, Virgilio Tosta, Francisco Vera Izquierdo, Adriano González León,
Orlando Araujo, el nunca bien ponderado Oscar Guaramato, Manuel Alfredo
Rodríguez, Isaac Pardo, Alfredo Boulton, el padre Pedro Pablo Barnola, Mario
Briceño Perozo, Pedro León Zapata y muchos otros que todavía escribimos y, qué
duda cabe, seguiremos escribiendo en “el periódico”.
Y allá en
Valencia, cuando uno habla de El Carabobeño se está refiriendo
al “otro periódico” de siempre, el que fundó don Eladio Alemán Sucre hace casi
82 años y que enfrentó la dictadura de Juan Vicente Gómez, la de Pérez Jiménez,
¿cómo no va a soportar y trascender, entonces, a esta otra que es una
caricatura mal hecha de aquellos regímenes de oprobio? Cuando uno habla
de El Carabobeñorecuerda a don Eladio, pero también a sus hijos y
nietos que lo han preservado; así como se nos viene a la mente tanta gente que
ha pasado por sus páginas haciendo el mejor periodismo: desde Néstor Hernández
hasta Salvador Castillo, desde Pablo J. Hernández hasta Alfredo Fermín.
En el
acto de solidaridad con El Nacional, del pasado día martes 21 de
este mes de abril, veíamos cómo reaccionaba indignada una sociedad que ha
asumido la defensa del “periódico” como si se tratara de un familiar cercano,
como debe ser, porque mientras hablaba el gentío que se dio cita en ese evento,
recordaba vivamente la admonición del pastor luterano alemán Martin Niemoller,
quien cuando su ex compañero de celda, Leo Stein le preguntó por qué no había
condenado a los nazis desde el principio, este le respondió: “Yo también
me he hecho esa pregunta y siento vergüenza, pues cuando los nazis vinieron a
llevarse a los comunistas guardé silencio, porque yo no era comunista; cuando
encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era
socialdemócrata; cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté,
porque yo no era sindicalista; cuando vinieron a llevarse a los judíos, no
protesté, porque yo no era judío; cuando vinieron a buscarme, no había nadie
más que pudiera protestar”.
En
Venezuela no emularemos esa conducta, porque hoy día toda Venezuela indignada
no guarda silencio, como equivocadamente hizo Niemoller, sino que por el
contrario estalla la rabia contenida por tantos años de abusos y atropellos,
pues nadie puede ser indiferente frente a la represión de las tiranías. No
sé cuánto tiempo va a durar este gobierno, pero “los periódicos” van a prevalecer,
porque siempre lo han hecho al lado de toda Venezuela. Es que todos somos El
Nacional, todos somos El Carabobeño, El Nuevo País, El
Correo del Caroní, El Impulso, Tal Cual, El
Regional. Es que nosotros somos todos los medios de comunicación libres,
que se oponen a la hegemonía comunicacional para que renazcan la democracia y
la libertad.
Vía El Nacional
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