En: http://www.lapatilla.com/site/2011/12/14/ignacio-de-leon-me-gusta-tu-cama/
Ignacio De León
Luisa Estela: Me gusta tu apartamento; ese que tienes con vista panorámica al Ávila que parece una sabana. Gracias por darme permiso para mudarme para allá. Quiero dormir en tu cama, aunque no contigo.” Este pensamiento debe estar cruzándole a más de uno por la mente mientras escribo estas líneas, o estarán próximos a pensarlo, cuando se enteren de las consecuencias de la Magnus opus de la máxima jurista de la Revolución.
Según la ultima ponencia de Luisa Estela Morales, suscrita por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que ella preside, la invasión de tierras ya no será considerada un delito. La decisión ordena desaplicar el artículo 471 del Código Penal, norma que sancionaba esta práctica. De esta manera quedaron libres Martín Javier Jiménez y Rafael Celestino Belisario, hasta entonces condenados a 10 años de prisión por la comisión de los delitos de invasión, perturbación violenta de la posesión de bienes inmuebles e incendio, porque según el TSJ “fueron juzgados con base en el Código Penal y no en la Ley de Tierras”.
La sentencia es una muestra del “positivismo jurídico” típico del formalismo idiota con el que algunos abogados interpretan el derecho, en este caso adobado con la ideología revolucionaria de la jueza Morales, quien anunció su Magnus Opus el sábado pasado al calor de un acto proselitista en Barinas, convocado por el hermano del Presidente, Adán Chavez, para evocar la memoria del “héroe popular” Ezequiel Zamora. La jueza Morales quiere hacernos recordar una vez más que si votó contra la reforma constitucional en el referéndum del 2-D de 2007, fue sencillamente porque ese día había dejado los lentes en casa.
Por tanto, cuando se trate de conflictos suscitados por actividades agrarias, las invasiones ya no serán invasiones. Algunos abogados que siempre afloran en situaciones como esta se afanan ahora en interpretaciones rebuscadas indicando que nada debemos temer, pues esto solo afecta actividades relacionadas con la Ley de Tierras. Pregunto yo: ¿Por cuánto tiempo? Para mi, estas interpretaciones jurídicas son causantes del estado de letargo catatónico que ha drogado los sentidos de la sociedad venezolana para reaccionar a tiempo. Es la posición del avestruz, de no querer ver como la realidad se nos acerca a ritmo de rebanadas de salami. El sapo en la olla con agua hirviendo, para más señas.
El genio jurídico de Luisa Estela y de estos contemporizadores se pasa por el forro toda las toneladas de evidencia que muestra claramente que si algo buscan los invasores es precisamente la estabilidad de su invasión. Es tan cierto esto que durante dos mil años de desarrollo jurídico el derecho llegó a institucionalizar esa institución (ya no, en Venezuela) llamada “Usucapio”, la transformación de la posesión precaria en propiedad por la ocupación efectiva del bien invadido después de un tiempo legalmente establecido. Pero claro, ni los romanos cuentan ante una mente jurídica superior como la que tenemos enfrente.
Tampoco cuenta la evidencia de economistas como Hernando de Soto, quien en sus libros “El otro Sendero” y “El Misterio del Capital”, producto de mas de 30 años de estudiar el tema in sutu, explica que la miseria de los pobres está directamente relacionada con su incapacidad para contar con propiedad efectiva; o traducido al contexto venezolano, para ser invadidos en cualquier momento. De Soto hizo sus investigaciones, en tres escenarios totalmente distintos (Perú, Egipto y Filipinas), para demostrar que la aspiración a la propiedad es algo universal y no atado a la realidad de un pais pero otros no. Esta verdad queda palpablemente demostrada en este video, donde se muestra como la falta de propiedad conduce a la violencia en comunidades tan apartadas como la de los habitantes del Amazonas. En este otro video De Soto explica por que la propiedad permite a los pobres, de modo real y efectivo, sin pajas ni evocaciones hipócritas a “héroes populares” de dudosa intención.
Los propios invasores tendrán de ahora en adelante que dormir con ojos abiertos, no sea que otros invasores más avispados terminen invadiéndolos a ellos. Menudo enredo, que terminará en violencia y luego anarquía, con el primer muerto. ¡Bravo, Luisa Estela!
Luisa Estela debe creer que esta decisión “reivindica” el socialismo, tanto como sus adversarios piensan que ha “acabado con la propiedad burguesa”. En realidad, ambos se equivocan. La propiedad existirá siempre que haya quien pueda defenderla, sea llamando a la Guardia Nacional o uno mismo sacando la escopeta. Lo que ha hecho Luisa Estela es cerrar la primera puerta; la segunda queda abierta. En otras palabras, lo que ha logrado es legalizar la anarquía, pues de ahora en adelante lo que privara será la fuerza de quien pueda hacer efectiva la propiedad en Venezuela, dado que el Estado no intervendrá para defenderla. Pero de que existirá propiedad (para aquellos que puedan defenderla, claro), que no nos quepa la menor duda.
Pon una almohada más en tu cama, Luisa Estela. Estoy seguro que tendrás compañía un día de estos.
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