Wednesday, December 21, 2011

Me quiero a mí

En: http://www.eluniversal.com/opinion/111221/me-quiero-a-mi

ARIADNA NAVARRO CAPRILES |  EL UNIVERSAL
miércoles 21 de diciembre de 2011  12:00 AM
Estoy en Recife, al Noreste de Brasil, de trabajo. Es una ciudad en la costa.

En la playa venden de todo. Ostras, langostinos, cangrejos, lentes de sol, collares, cerveza, pescado, papagayos. Todo. A precios razonables y eso que yo soy turista y asumo que me cobran de más.

La gente compra, come, toma, se pone, se prueba. Son locales, no turistas. Gente que me pareciera a mí más bien pobre. Pero consumen de todo.

Las mujeres con sus hilos dentales, sin preocupación por celulitis, gordura o edad. Hasta las señoras mayores usan bikini. Mayores digo de 65 en adelante. Impresiona un poco. Se echan encima hilos titilantes de aceite para quemarse más. Y eso que son mulatas y negras. Se ponen al sol, de vuelta y vuelta. Los niños corren libremente por la playa sin mayor supervisión. Uno en particular, como de 3 años va y viene al mar llenando dos latas de Coca-cola de agua y cargándolas con el dedo metido en el hueco. Tétanos seguro si se corta.

Las familias que compran y compran, y comen y comen tiran todo al aire. Vasos, servilletas, latas de refresco, cáscaras de cangrejo. Todo.

Yo acostada en la arena esquivo basura constantemente que vuela con el libre viento brasilero.

El "Boom Brasilero" se siente a cada paso. Pero no creo que sea solo abundancia de un país en crecimiento, sino abundancia de tantos países de uno en donde hay de todo muy fácil. Con remojarse se sacan langostas y ostras, con pararse debajo de la palma caen los cocos, con tirar el anzuelo se sacan pescados. Hay demasiado.

Tomándome un agua de coco tuve una epifanía sobre nuestro amado pueblo. Somos lo que somos, no porque somos vivos, o por flojos, o por corruptos. Somos lo que somos porque nos queremos más a nosotros mismos que a cualquier otra cosa, causa o persona. Porque preferimos "tener derecho" a descansar que trabajar, porque ponemos nuestra comodidad antes que tener que levantarnos para botar la basura, porque "yo" vengo primero siempre, antes que el trabajo, antes que la comunidad, antes que inclusive la familia. Los placeres de la vida tienen precedencia. Quizás porque siempre hemos tenido todo muy fácil. Porque del cielo cae todo y de la tierra florece cualquier cosa.

Estamos enamorados de nosotros mismos.

Para superarse, para ser potencia, se requiere mucho sacrificio. Se requiere poner cualquier placer personal de segundo por el bien del país, por el bien de la empresa, por el bien del vecino, por el bien del futuro de los hijos.

Por eso, estamos donde estamos.

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