LUIS C. OLIVEROS B. | EL UNIVERSAL
lunes 26 de diciembre de 2011 12:00 AM
Dos días después de la Noche Buena (¡¡Feliz Navidad!!), y seguramente nadie quiere estar pensando en variables económicas para el año que viene, mucho menos en un país como este donde en los últimos años la norma ha sido hablar de resultados negativos. Por lo tanto y con la licencia que me da el ser economista (50% predecimos y el 50% de nuestro tiempo lo usamos para explicar por qué lo que dijimos no se cumplió) les enumero lo que en mi opinión serán los comportamientos de algunas variables en Venezuela para este 2012.
Comencemos con la inflación: el 2011 terminará seguramente con una inflación de 27%, número que nos puede servir de base para pensar en el 2012, ¿hay razones para pensar que este 2012 en materia de inflación será mejor que el anterior?, les doy tres pistas: campaña electoral (Gobierno gastando muchísimo), incremento del consumo y la Ley de Costos (generadora de posible escasez). Por lo tanto partiendo que la inflación seguramente será mayor, estimo rondará 30%, número muy superior a la meta fantasiosa del BCV de 22% y que nuevamente nos garantizará ser el país con la mayor inflación en el mundo, motivo para estar "orgullosos".
¿Devaluación?: el gurú del oficialismo (Jesús Farías) lo dijo muy bien, "solamente un desquiciado político devaluaría la moneda en un año electoral". Concuerdo con el diputado, sin embargo soy de la opinión que el Gobierno pudiera pasar algunos bienes que hoy tienen dólares Cadivi (Bs. 4.3/$) para el Sitme (tasa que sí creo pueda tener un toque), sencillamente porque políticamente no tiene gran impacto.
Precios del petróleo: aunque el Presidente diga que él controla el mercado petrolero internacional, en la práctica eso no es verdad, al contrario, somos simples espectadores de lo que ocurre en la OPEP (y si nos portamos mal nos castigan, como en 1998), donde en la reunión del pasado 14 de diciembre quedó evidenciado que la OPEP es Arabia Saudita. Sobre este tema la gran mayoría de las casas de inversión proyectan un precio del WTI de $100 y del Brent por los $115 (los $50 en el presupuesto del 2012 sabemos perfectamente a qué se debe), escenario que al Gobierno le agrada, aunque preferiría uno de $120 (para calmar ese apetito fiscal). El análisis cambiaría drásticamente y hasta podríamos hablar de devaluación y problemas fiscales de producirse una reducción del precio del petróleo y este ubicarse por el rango de $70-80/barril, situación que sería un gran revés para la campaña electoral oficialista pero también para el país (por lo precario de su situación fiscal). Soy de la opinión que los precios no bajarán tanto, que los países árabes bajarán producción de producirse una disminución de su precios del petróleo por la sencilla razón que ellos también necesitan precios altos (por encima de $80 en la mayoría de los casos) para equilibrar sus presupuestos. Sin embargo este mercado es volátil y difícil de predecir.
Crecimiento económico: la improductividad del gasto del actual gobierno ha generado que en escenarios petroleros muy favorables la deuda externa se haya incrementado y el crecimiento económico no sea tan elevado como en episodios anteriores. Si bien es cierto que en el presupuesto nacional se parte de una premisa de $50/barril para generar 5% de crecimiento, la realidad es que en el 2011 con un precio promedio del barril de $100 el crecimiento obtenido no llega a 4% (recordemos que venimos de dos años sin crecer, así que el efecto rebote ayuda mucho). Por lo tanto fácilmente pudiéramos asumir que esas premisas (como el presupuesto 2012 en general) tienen bases poco creíbles. Estimo un nivel de crecimiento de 3% amparado en un gasto público sin precedentes en la historia de este país, pero por ser tan improductivo y ante la incertidumbre existente (elevados riesgos), incapaz de generar tasas elevadas y sostenibles en el tiempo. Poco aporte del PIB petrolero otra vez, repunte de la parte de servicios del sector público y algo del sector construcción.
Comencemos con la inflación: el 2011 terminará seguramente con una inflación de 27%, número que nos puede servir de base para pensar en el 2012, ¿hay razones para pensar que este 2012 en materia de inflación será mejor que el anterior?, les doy tres pistas: campaña electoral (Gobierno gastando muchísimo), incremento del consumo y la Ley de Costos (generadora de posible escasez). Por lo tanto partiendo que la inflación seguramente será mayor, estimo rondará 30%, número muy superior a la meta fantasiosa del BCV de 22% y que nuevamente nos garantizará ser el país con la mayor inflación en el mundo, motivo para estar "orgullosos".
¿Devaluación?: el gurú del oficialismo (Jesús Farías) lo dijo muy bien, "solamente un desquiciado político devaluaría la moneda en un año electoral". Concuerdo con el diputado, sin embargo soy de la opinión que el Gobierno pudiera pasar algunos bienes que hoy tienen dólares Cadivi (Bs. 4.3/$) para el Sitme (tasa que sí creo pueda tener un toque), sencillamente porque políticamente no tiene gran impacto.
Precios del petróleo: aunque el Presidente diga que él controla el mercado petrolero internacional, en la práctica eso no es verdad, al contrario, somos simples espectadores de lo que ocurre en la OPEP (y si nos portamos mal nos castigan, como en 1998), donde en la reunión del pasado 14 de diciembre quedó evidenciado que la OPEP es Arabia Saudita. Sobre este tema la gran mayoría de las casas de inversión proyectan un precio del WTI de $100 y del Brent por los $115 (los $50 en el presupuesto del 2012 sabemos perfectamente a qué se debe), escenario que al Gobierno le agrada, aunque preferiría uno de $120 (para calmar ese apetito fiscal). El análisis cambiaría drásticamente y hasta podríamos hablar de devaluación y problemas fiscales de producirse una reducción del precio del petróleo y este ubicarse por el rango de $70-80/barril, situación que sería un gran revés para la campaña electoral oficialista pero también para el país (por lo precario de su situación fiscal). Soy de la opinión que los precios no bajarán tanto, que los países árabes bajarán producción de producirse una disminución de su precios del petróleo por la sencilla razón que ellos también necesitan precios altos (por encima de $80 en la mayoría de los casos) para equilibrar sus presupuestos. Sin embargo este mercado es volátil y difícil de predecir.
Crecimiento económico: la improductividad del gasto del actual gobierno ha generado que en escenarios petroleros muy favorables la deuda externa se haya incrementado y el crecimiento económico no sea tan elevado como en episodios anteriores. Si bien es cierto que en el presupuesto nacional se parte de una premisa de $50/barril para generar 5% de crecimiento, la realidad es que en el 2011 con un precio promedio del barril de $100 el crecimiento obtenido no llega a 4% (recordemos que venimos de dos años sin crecer, así que el efecto rebote ayuda mucho). Por lo tanto fácilmente pudiéramos asumir que esas premisas (como el presupuesto 2012 en general) tienen bases poco creíbles. Estimo un nivel de crecimiento de 3% amparado en un gasto público sin precedentes en la historia de este país, pero por ser tan improductivo y ante la incertidumbre existente (elevados riesgos), incapaz de generar tasas elevadas y sostenibles en el tiempo. Poco aporte del PIB petrolero otra vez, repunte de la parte de servicios del sector público y algo del sector construcción.
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