En: http://www.lapatilla.com/site/2011/12/21/elides-j-rojas-a-punta-de-misiones/
Elides J. Rojas/El Universal
No están muy bien las cosas para el chavismo. Por eso se multiplican las misiones
En menos de una semana micomandantepresidente se lanzó con tres misiones nuevas de alto impacto. Misión Hijos de la Gran Venezuela, aunque el nombre asuste de arrancada es una de las más fuertes electoralmente. Ya se sabe la cantidad de jóvenes y adolescentes en estado, sin pareja conocida, que bien pudieran ser un voto fresco para un candidato tan necesitado como las mismas muchachas becadas. La misión para los viejitos, a quienes les tocará un salario mínimo, hayan o no cotizado, en el IVSS, son otro campo de batalla bien seleccionado por los cubanos. Lo malo es que tuvo 13 años para beneficiar a estos dignos señores y no lo hizo. Pero, está claro, que ahora es cuando el voto es necesario. Antes le sobraban.
Además también los cubanos inventaron otra misión para las madres de los barrios, sean o no adolescentes. Otra buena tajada de votos. Si acaso le devuelven el favor. La Gran Misión Vivienda Venezuela, en guayucos y retrasada, no está rindiendo lo esperado ni rendirá. No hay ni cemento ni cabillas. Tampoco constructoras. Así que lo mejor es regalar plata y en 2013 veremos o que otro empuje el carro.
Esa fiebre regaladora revela una sola cosa. A diez meses para las elecciones Betulio está pegando porque está mal. Si estuviera sobrado con ese 58% que afirman las encuestadoras, pues ni las preñadas ni los viejitos ni las madres estarían cerca de recibir algo. Esa plata es de los cubanos por derecho propio, pero hasta ellos saben que hay que dejar que micomandante regale algo para ellos poder seguir pegados. Las misiones aparecieron por otro milagro cubano antes del retardado referendo revocatorio para empujar en los votos a un presidente que estaba en pleno barranco. Después, con máxima popularidad, recibe más Nicaragua o Cuba que los locales. Al contrario, más bien las misiones están quebradas. Hasta los cubanos han huido dejando, por cierto, un buen número de barrigas regadas por ahí.
Chávez necesitará un poco más de misiones para medio emparejar: con el pobre parejo esperando que le tiren algo, el desempleado tirado en las calles vendiendo pilas chinas, con cientos de miles de refugiados en completo disfrute de una cosa que Chávez llama vivir viviendo, con la mitad del país sin luz mientras a la otra le toca un poquito, con millones de toneladas de comida podrida por una importación enloquecida y empujada por la corrupción desatada, con una economía absolutamente dependiente del capitalista chorro petrolero, con las ciudades hundidas en basura, con las carreteras, avenidas y autopistas vueltas un solo hueco y con los malandros matando a unos 17 mil compatriotas revolucionarios, o no, por año.
Hay que ponerle para seguir acabando con esto. Y mucho.
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