En: http://www.lapatilla.com/site/2011/12/18/carlos-blanco-mision-reciclaje/
Carlos Blanco
Entre terapia y terapia, pajarraco suena. Chávez es previsible; las páginas del libreto deben estar amarillosas, dobladas sobre sí, con todas las líneas llenas y acotaciones al margen. Sube el telón: Comandante confecciona torta de proporciones siderales; baja el telón. Sube el telón: Comandante se quiere reelegir y los números no dan; baja el telón. Sube el telón: Comandante inicia la Misión Reciclaje que es volver con las mismas “misiones” con nombres distintos e idénticas víctimas; baja el telón. Sube el telón: Comandante regala lo que ya regaló; ofrece lo que ya ofreció; cambia a sus colaboradores por los mismos colaboradores; baja el telón. Y así llega el día de las elecciones.
MARCHA A DESTINO INCIERTO. La estrategia de Chávez ahora es: 1. Dar seguridad de que la Misión Milagro funcionó y que ya está curado del cáncer; 2. Atraerse el chavismo que lo ha abandonado por no cumplir sus promesas electorales y que no ha regresado bajo los efectos de la Misión Lástima; 3. Distribuir y redistribuir lo que hay y lo que no hay, sea mediante confiscaciones, endeudamientos, aportes chinos, rusos, malayos o selenitas; 4. Atar bien atado al Consejo Nacional Electoral; 5. Reprimir mediante la vía judicial todo lo que le sea molesto; y 5. Reorganizar las direcciones de su partido, del Gobierno y de la Fuerza Armada.
El pivote de todas esas líneas es el intento de asegurar que está al mando y que ha salido del morbo que lo aqueja. Su aspecto físico revela que su organismo no anda bien; su actitud, bonachona con los suyos y agresiva con los demás es la de siempre, aunque con baches en la voz y agudos en la psicopatía; semeja una descomunal voluntad de poder envuelta en un inflado globo verde-oliva. Debe vivir una contradicción severa: por una parte exhibe los efectos de su enfermedad y sus terapias, lo cual lo coloca en el mundo de lo sospechoso respecto a sus habilidades para continuar; pero necesita exhibir su voz, sus agresiones, sus insultos para que se sepa que es el de siempre. De allí que se vea a obligado a hablar cada vez que se levanta, para dañar a alguien y se escuche el latigazo sobre alguna espalda, con sonido amplificado para magnificar el miedo. Si Chávez no habla en cadena, no existe; si no daña a alguien, no manda.
La sospecha de que el hombre anda mal recorre las tuberías del sistema político, incluidos los suyos. Dicen los entendidos que está mal y al margen del grado de maluqueza en el cual se encuentre, la mera posibilidad de que no pueda competir electoralmente o que lo haga por televisión, ha desatado la guerra roja por la sucesión. Las aclaratorias que realiza sólo confirman la especie según la cual los distinguidos dirigentes del régimen, adornados con sus preciosas patas de palo y parches en los ojos, se pasean con las dagas entre los dientes para ampliar o defender sus espacios vitales. Puntualizar que Nicolás Maduro no anda en la búsqueda de la vicepresidencia sólo confirma que el debate existe.
El descabezamiento de la dirección política de su partido puede aludir a la necesidad de colocar allí a quienes realmente tienen la caja de machetes y defenestrar a los apoltronados. Sin embargo, puede haber un elemento más interesante, que es el intento de desvincularse dentro del PSUV y de la FAN de aquellos dirigentes que han sido señalados dentro de su propio movimiento de no ser honrados. Sin ignorar que una forma de anularlos es ascenderlos; ya antes varios han sido designados ministros o embajadores como forma de premiarlos al mismo tiempo que se les deja sin mando. No pasará mucho tiempo sin que se despeje el sentido final de estas permutaciones. Por lo pronto en el hospital que es el PSUV, el teniente Diosdado Cabello ha salido de la sala de terapia para asumir la dirección de traumatología, mientras varios de los más notables jefes del sanatorio han sido degradados y trasladados al recinto de cuarentena hasta que se les encuentre oficio.
MISIÓN SÁLVAME LA VIDA. Chávez ha vuelto a la situación de 2003 y 2004 cuando se tornó minoría. Recuérdese que el referéndum revocatorio fijado para 2003 fue aplazado porque el gobierno esgrimió la tesis de “las firmas planas” y la dirección opositora la aceptó a pesar de tener a su favor una sentencia del magistrado Alberto Martini Urdaneta, de la Sala Electoral del TSJ. Bajo el expreso consejo de Fidel Castro se iniciaron las “misiones”, el hombre recuperó una buena porción de sus votos y con la sazón del fraude triunfó en el revocatorio.
La fórmula se aplica nuevamente, aunque la situación es diferente. Las cartas marcadas del tahúr son observables a distancia. Los nuevos programas sociales son algunos de los viejos, relanzados, adaptados, pero con una hábil segmentación del universo de consumidores y del tipo de oferta. Hoy ofrece pocillos con asa y mañana pocillos sin asa; hoy se ocupa de los ciudadanos que tienen barba y mañana de los lampiños. Hoy simula que se ocupa de las madres solteras, la mayoría de las cuales se hicieron mujeres-niñas-madres en el marco de este régimen, asediadas por la falta de oportunidades, la pobreza y la exclusión. Son las niñas dejadas de la mano de Dios en la era chavista a quienes se les ofrece en 2012 la redención que no les ofrecieron en 2006, porque no eran votantes. Si este régimen continuara como planifica su dueño, a esas jóvenes madres, mañana convertidas en mujeres, les ofrecerá en 2018 que ante tanto abandono naturalmente culpa de la IV República, se creará la Gran Misión Madre Adulta Descreída.
UCV. Los acontecimientos recientes en la UCV telegrafían lo que el Gobierno quiere hacer con toda elección: si la pierde, arrebata. Para la dirección estudiantil y la representación de los estudiantes en los organismos de cogobierno el chavismo saboteó parcialmente el proceso, pero no pudo lograr su objetivo (que después sí logró a escala más limitada en la Escuela de Trabajo Social) que era impedir una consulta electoral en la que estaría -como estuvo- derrotado. ¿Por qué el chavismo no pudo lograr su objetivo en la UCV? Por dos razones: una porción importante de los sectores democráticos se apersonó a defender las elecciones; y porque la Comisión Electoral se comportó como árbitro íntegro y valiente.
La jornada electoral de la UCV muestra cómo puede intentar reaccionar el núcleo duro y desesperado del chavismo ante la posibilidad de una derrota electoral en 2012, con el agravante de que el árbitro nacional es una pieza que el Gobierno maneja a su antojo. La oposición hoy tiene los votos y, si escoge bien y se refuerza la unidad, puede tenerlos mañana. Pero no basta. Hay que hacer que se cuenten y para lograrlo es indispensable crear condiciones para que el árbitro no sea una ficha más del chavismo. De la firmeza opositora depende el cambio de condiciones electorales y que CNE reconozca la eventual victoria democrática
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