Antonio Sánchez García
4 Agosto, 2014
Del análisis y ponderación de la última encuesta Keller (http://www.el-nacional.com/antonio_sanchez_garcia/encuesta-Keller-Verdad-alienacion-Venezuela_0_436156486.html) deduje la existencia de un profundo hiato entre las auténticas querencias de los sectores populares, aplastadas por la inclemente manipulación del chavismo y la consecuente alienación de la conciencia política de sus masas de respaldo. Encuestados ítem a ítem sobre las políticas concretas adelantadas por Nicolás Maduro, las rechazaban de manera abultada y categórica, sin superar el 13% y alcanzando en algunas propuestas fundamentales – como la Ley de Precios Justos y la Ley de la Vivienda- un alarmante 5%. Para terminar borrando dichas verdaderas querencias de su conciencia y continuar ofreciéndole un respaldo del 40%. Utilizando la famosa categorización hegeliana de la conciencia en sí y la conciencia para si, de la que se serviría Georg Lukács en su trascendental Historia y Conciencia de Clase, los alienados sectores populares son anti chavistas en si y chavistas para sí.4 Agosto, 2014
Recibo la última de Consultores 21, de la que quisiera resaltar algunos aspectos, en función de la crisis por que atraviesa la oposición y la acefalía de la Mesa de Unidad Democrática ante la renuncia de sus coordinadores, Ramón Guillermo Aveledo y Ramón José Medina y la discusión abierta en torno a las transformaciones que se harían necesarias para poner su organización a tono con los desafíos históricos y cónsona con los deseos de las mayorías.
Destaca, en primer lugar, el mayoritario rechazo a las políticas económicas del gobierno, terreno clave escogido por el mismo gobierno para dar su batalla contra “la guerra económica”. Me limito a transmitir las conclusiones de cada segmento de la encuesta: 1) Cada vez son más los venezolanos que piensan que las medidas económicas que está tomando el gobierno harán que empeore la situación. 2) 3 de cada 4 venezolanos dice que durante la gestión del gobierno de Nicolás Maduro el bolívar se ha debilitado y no hay expectativas de que se fortalezca en el futuro. 3) 56% de los venezolanos considera que el presidente Maduro no está haciendo esfuerzos por mejor su situación económica y la de su familia.
Lo definitorio – y muy alarmante – se refiere, sin embargo, a la perspectiva global sobre la valoración del entorno: La situación actual del país es muy negativa, Venezuela está peor que hace un año y no hay expectativas de mejoría en el corto plazo. 67% de la población evalúa la situación del país como negativa, contra un 32,1 % que la evalúa positivamente; 69,3% la considera peor que hace un año y no se hace muchas ilusiones sobre lo que espera para el próximo. Al inquirir sobre la parte de responsabilidad que le cabe a Nicolás Maduro y su gobierno sobre este empeoramiento, 57,2% al 62,7 lo consideran culpable en distintos grados. 63% de los encuestados consideran que la escasez se agravará aún más. Ese mismo 63% culpa a Maduro por ello.
El resultado político concreto de tan dramáticas percepciones no podía ser más lógico: el 62,2 % de los venezolanos consideran que hay más que suficientes razones para protestar, contra un 35,4% que no lo considera. Respecto del futuro, el 69,2% considera que la crisis política continuará, contra un 26,9 % que da la crisis por terminada. La realidad le da amplia razón a los primeros: el 75,7% considera que las protestas de calle contra Maduro han persistido en sus barrios. El 23,2% lo desconoce.
La actuación represora del gobierno también recibe un fuerte rechazo: el 56,6% afirma que el gobierno cuenta con grupos violentos para ejercer su represión y el 56,7 considera que la actuación de la Guardia Nacional en la represión de las protestas ha sido incorrecta. Respecto del diálogo, aumentaron entre marzo y junio, lapso de la encuesta, quienes consideran que se agotaron las posibilidades de un diálogo entre la oposición y el gobierno. Pasaron del 50, 9% en marzo a 52,3% en junio, mientras quienes aún le ven posibilidades descendieron del 44, 8% al 41,6%. De extraordinaria importancia es la percepción de los sectores que propugnan el diálogo con condiciones del gobierno con la oposición. La pregunta reza: ¿Con quién está más de acuerdo: con los que piensan que el gobierno debe dialogar con la oposición, soltar los presos políticos y cambiar las cosas de la economía que no funcionan o con quienes piensan que lo que tiene que hacer es mantenerse firme y no concederle nada a la oposición? La respuesta es categórica: mientras un 62.1% está de acuerdo en que el gobierno dialogue y ceda, sólo un 32% le pide se mantenga firma y no ceda. Finalmente, 51,3% de los venezolanos desconfía de las intenciones dialogantes del gobierno y considera que lo emplea exclusivamente para ganar tiempo, mientras el 42% le reconoce intención de rectificar.
Las conclusiones políticas no pueden ser más negativas para el gobierno de Maduro. 58,4% lo califica de malo, contra 41% que lo califica de bueno, pero el extremo de evaluación negativo “muy malo” cuadruplica al extremo positivo de “muy bueno”. El 36,1% lo considera “muy malo”, mientras que apenas el 8,8% lo califica de “muy bueno”. Una variable de masa hipercrítica de extraordinaria importancia: enfrentar un adversario del cual un tercio considera al gobierno “muy malo” presagia una radicalidad en el rechazo que no puede más que acentuar la natural tendencia a la desestabilización y el agravamiento de la crisis, que la misma encuesta reconoce. Toda vez que la masa de respaldo absoluto ha registrado el valor más bajo desde el Referéndum Revocatorio de 2004. Con una significativa diferencia entre Chávez en el 2004 y Maduro en el 2014: el 53,7% considera que Maduro no actúa pensando en el beneficio de las mayorías sino pensando en su beneficio personal.
Que además de actuar en beneficio estrictamente personal y de las camarillas que lo respaldan, como quedara de manifiesto en el caso de Hugo Carvajal, Maduro normalmente miente es otra de las importantes conclusiones de la encuesta de Consultores 21. El 55,2% considera que el supuesto magnicidio es un invento de su gobierno y que Maduro normalmente no dice la verdad, 54,7%.
La variable más destacada en la evolución de la conciencia de la opinión pública constatada en este trimestre de marzo a junio se refiere a la valoración de individuales e instituciones. La autovaloración del venezolano alcanza el 80,2%; los estudiantes universitarios, el 69,6%. Lideran las preferencias de los encuestados con un extraordinario plus de autoconciencia que desmiente el pesimismo aparentemente reinante. Mientras que las FAN – un 51,4% al gobierno de Nicolás Maduro – un 46% – ocupan los últimos lugares, junto a la asamblea nacional y el CNE.
Asombra que la MUD sea menos valorada que las FAN y el TSJ y se encuentre dos décimas apenas por encima del CNE. Un dato que explica la grave crisis por que atraviesa, dado que la encuesta fue realizada con anterioridad al desarrollo de sus actuales dificultades. Sin duda producto, entre otras causas, de su notable pérdida de credibilidad y respetabilidad por efecto del papel que jugara junto al gobierno en la resolución de la crisis de febrero.
La otra consecuencia de dicha crisis es el exponencial crecimiento en la valoración pública de los líderes de la llamada Resistencia: Leopoldo López encabeza la lista del agrado popular, con un 49,4%, seguido por María Corina Machado con el 44,8%. Henry Falcón ocupa el tercer puesto, con 43,3%, Capriles ocupa el cuarto lugar, con un 43% y Maduro en el sexto, con un 40%, a una sola décima de Antonio Ledezma, con 39,9%. La consecuencia es notable: hay 4 líderes de la oposición que registran niveles de agrado superiores al de Nicolás Maduro. Pero más importante aún, es que quien encabeza la lista esta preso y quien le sigue continúa siendo sistemáticamente perseguida. Antonio Ledezma, por primera vez, se empina hasta las máximas alturas de las preferencias populares, lo cual se traduce en una manifiesta hegemonía de los tres líderes de la resistencia: López, Machado y Ledezma.
Imposible que estos resultados no afecten las discusiones que se desarrollan en estos momentos en el seno de la oposición para definir el destino de su organismo rector. El peso mayor, según la opinión pública, descansa en los líderes de la resistencia. Amanecerá y veremos.
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