Victor Salmerón
El proyecto Análisis de Condiciones de Vida de la Población Venezolana 2014, elaborado
por la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de
Venezuela y la Universidad Simón Bolívar, tiene como base una encuesta
social que incluye una muestra de 1.500 hogares y un trabajo de campo
efectuado entre agosto y septiembre de 2014, para evaluar las
condiciones de la vivienda, salud, educación, trabajo, programas
sociales y nutrición entre otros aspectos.
Los académicos emplearon la misma
metodología que aplicó la antigua Oficina Central de Estadística e
Informática (OCEI), hoy Instituto Nacional de Estadística (INE), cuando
en 1998 elaboró la última encuesta social realizada por el sector
público.
El resultado ha sido que la proporción
de hogares en pobreza de acuerdo al ingreso que reciben es mayor que 16
años atrás: en 1998 la encuesta social arrojó que 45% de los hogares del
país eran pobres y el estudio llevado a cabo por la academia determina
que al cierre del año pasado la cifra se ubica en 48,4%.
2. ¿De cuántas familias estamos hablando?
Luis Pedro España, responsable del área de pobreza del estudio, precisa
que la proporción anterior significa que 3 millones 538 mil hogares son
pobres. Y de ese grupo, 1,7 millones están en condición de pobreza
extrema.
Para medir la cantidad de hogares en
penuria, de acuerdo al ingreso, el Instituto Nacional de Estadística y
el estudio llevado a cabo por las universidades contempla que las
familias que no obtienen suficiente dinero a través del salario, bonos,
becas, pensiones, para comprar cada mes una canasta de alimentos básicos
que permitan a cada integrante ingerir al menos 2 mil 200 calorías
diarias son catalogadas como pobres extremos. Luego, las familias en las
que su ingreso no les permite costear una canasta que añade a los
alimentos básicos servicios esenciales como luz eléctrica y transporte
son pobres.
El retroceso en materia de pobreza va de
la mano del acelerado incremento de los precios y la merma en la
capacidad de compra del ingreso. Las cifras del Banco Central registran
que en los últimos trece meses la inflación acumula un aumento de 150% y
el costo de los alimentos, la variable que más impacta a las familias
vulnerables, un salto de 227%.
3. ¿Qué papel juega la inflación?
La aceleración de la inflación se conecta con el estancamiento de los
precios del petróleo, que acabó con la posibilidad de satisfacer la
oferta con importaciones baratas y generó un déficit en las cuentas
públicas que el Gobierno cubre con la emisión de dinero sin respaldo.
Luis Pedro España señala que ha habido
un salto muy importante en lo que se denomina la pobreza coyuntural, es
decir, familias que han descendido en su calidad de vida por el declive
del ingreso pero que podrían dejar esta condición rápidamente si la
economía reacciona positivamente. Explica el profesor de la Universidad
Católica Andrés Bello:
“Tenemos por delante
nuevos pobres, 33% del país ha caído en pobreza y la pregunta es qué
vamos a hacer con esa población. Si la economía del país reaccionara
saldría con relativa rapidez de la pobreza pero si eso no ocurre y
seguimos empecinados en cerrar los ojos este 33% de nuevos pobres tienen
el riesgo de convertirse en pobres estructurales y eso es lo que hay
que evitar”
Agrega que “de mantenerse en el tiempo
este deterioro puede comenzar a afectar variables de carácter
estructural como la no asistencia escolar, nutrición, salud, estamos
asomando lo que pareciera ser el inicio de un deslave social muy grande
donde su primer síntoma es la caída del ingreso”.
4. ¿Qué puede esperarse? Las perspectivas no son buenas. Luis Pedro España destaca:
“Tenemos el
agravante de que nos falta 2015. Y para los venezolanos no es ninguna
novedad que será peor que 2014, por el descenso de los precios del
petróleo y la acumulación de desajustes económicos que han impedido que
tengamos una sociedad productiva. Los resultados de la encuesta
demuestran que Venezuela entró nuevamente en un ciclo de aumento de la
pobreza, tal y como se vivió en momentos de ajustes económicos como en
1989 y 1996, o de conmoción social como en 1992 y 2002. Este año
seguramente vamos a llegar a los niveles más altos de pobreza de ingreso
desde que esta medición se realiza”.
5. La verdad oficial. Las
últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística
corresponden a 2013 y coinciden con el estudio de las universidades, en
el sentido de que la cantidad de pobres está en franco crecimiento.
Al comparar 2013 con 2012, un total de 1
millón 795 mil 884 venezolanos ingresaron a las filas de la pobreza
que, al cierre de ese año, contaban con 9 millones 174 mil 142 personas.
En términos porcentuales se trata de un aumento que va desde 25,4%
hasta 32,1% de la población. Además, el número de pobres extremos
aumentó en 737 mil 364 personas, para ubicarse en 2 millones 791 mil
292. En términos porcentuales, esto se traduce en un salto que va desde
7,1% de la población hasta 9,8%.
Al observar la distribución por
regiones, los datos del INE desnudan que Sucre era el estado del país
con mayor pobreza. De hecho, 55 de cada 100 personas no podían cubrir la
cesta básica. Siguen en la lista Amazonas (con 53,3%), Portuguesa (con
51,3%), Monagas (con 51,2%) y Apure (con 49,7%).
6. ¿Y las Misiones? El estudio elaborado por las universidades indica que los planes de ayuda social del Gobierno, englobados bajo el término de Misiones, presentan fallas profundas que deben ser corregidas para proteger a los más vulnerables.
Luis Pedro España indica que, al
principio, las Misiones estaban dirigidas a la población excluida, pero
luego se convirtieron en programas para prácticamente todos los
venezolanos. Por ende, el resultado es que la mitad de las personas que
se benefician de estos programas no son pobres, aparte de que no tienen
la penetración que la propaganda del Gobierno les atribuye.
“Las Misiones
Sociales no son masivas, como la propaganda oficial pretende hacer ver.
En número de personas alcanzan a más de dos millones de personas. Hace
cinco años 2,5 millones se reconocían como beneficiarios, se evidencia
una reducción del 19,6%”
España complementa esta idea y señala
que “las Misiones Sociales no van dirigidas a los más vulnerables: sólo
el 19% son beneficiarios en pobreza extrema y hasta un 49% no son
pobres”.
7. ¿Qué concluir? Este
diagnóstico indica que si el Gobierno mejora la distribución de las
Misiones y las dirige en su totalidad a la población pobre, entonces
lograría un impacto positivo en poco tiempo. Pero habría un costo
político: habría que sacar de la lista de beneficiados a un número
importante de personas.
“Hay que recuperar o idear un conjunto
de programas que rescaten el sentido de auxilio social que se necesita
cuando se transitan momentos de crisis como el actual. Las Misiones
nunca fueron, y ahora menos, mecanismos para superar la pobreza. Se
impone diseñar un autentico plan de superación de la pobreza basado en
el esfuerzo y la productividad. La rémora socio-política que dejan las
misiones hará políticamente difícil esta tarea. Las Misiones son un
hecho comunicacional y su reforma exigirá un plan de comunicación muy
agresivo para que su transformación tenga viabilidad política,
cualquiera sea el gobierno o el momento en que se haga”, concluye Luis
Pedro España.
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