JOSÉ LUIS MÉNDEZ LA FUENTE | EL UNIVERSAL
jueves 15 de septiembre de 2011 11:30 AM
Venezuela se ha convertido en esta última década en un gran circo político, con equilibristas y malabaristas de todo tipo, es increíble lo que hacen ciertos políticos para no caerse y tratar de justificar lo injustificable; trapecistas, basta con ver los saltos que han dado algunos desde el chavismo a la oposición y viceversa (Miquelena, Arias Cárdenas, Didalco Bolívar, Henry Falcón, etc.) y, por supuesto, con muchos payasos.
El tema electoral y el de la enfermedad de Chávez, muy unidos, forman parte del espectáculo. Chávez ha desplegado su enfermedad, como una gran carpa circense. Cuando la oposición esgrimió la tesis de que el gobierno pretendía sacar provecho de aquella última, tratando de crear un sentimiento de lástima en el electorado que levantase la popularidad de Chávez, éste contestó que la que daba lástima era la oposición; y cuando la oposición se refirió al cáncer del presidente-comandante para desearle una pronta mejoría, éste hizo alusión al cáncer que sufre la oposición, esperando que los que venzan su cáncer sean los de la oposición "para que no sigan contaminando a Venezuela".
El enfrentar su enfermedad como si de una batalla se tratara, de la que surgirá también victorioso, o eso que dice Chávez de que estará a finales de este año "saliendo de la retaguardia" para volver a los barrios con su pueblo, para sacar la caballería en el 2012, son algunas de las varias maneras en que el oficialismo intenta decirnos que Chávez es invencible, de que puede renacer, como el Ave Fénix de sus cenizas, y de hacerle sentir a su electorado que su voto no se perderá, pues hay Chávez para rato. Sacar ventaja de su estado de salud puede ser criticable, pero lo cierto es que también puede dar sus frutos, si de mantener la sintonía con el electorado se trata. Más aún, cuando se puede aprovechar convenientemente, "el chiste, el cuento y la melodía", para decirlo en criollo, dentro del anecdotario del "Aló Presidente" y las otras cadenas presidenciales, como parte permanente del discurso cotidiano con el que se le da su dosis de humor al pueblo, todos los días. Por eso, hacer un chiste de su falta de pelo, efecto de la quimioterapia, o de que ahora pasa del "coco rapado" al estilo afro y que va imponer una moda, o de "los churrucaítos" que le empiezan a salir en el cuero cabelludo, más que una fórmula de optimismo con la cual vencer el cáncer, es una forma de venderle confianza a sus seguidores con la cual puedan vencer su miedo a una derrota electoral.
Del mismo modo actúa el "show" montado en las ultimas semanas, con misas, santería, curanderos, chamanes y diferentes rituales de todo tipo, dirigidos a su plena recuperación. Por la misma razón, Chávez, en su rol de gran cacique, entre penachos y bendiciones, no desperdicia la ocasión para hacer votos por el "resurgimiento espiritual del colectivo nacional" y por que "brote con mucha fuerza la espiritualidad venezolana", en aras de la unidad del país. Un mensaje que apunta directamente al corazón del electorado y a la idea, para quienes piensan que Chávez debe cambiar; o como ya lo ha señalado el propio Chávez, de que su enfermedad lo ha transformado, provocándole un resurgimiento espiritual que lo llevó a "reencontrarse con las profundidades de su alma". Espíritu y materia, todo sea por tocar el corazón del votante. "Yo me considero indio, soy mezcla de negro con indio, afrodescendiente". Chávez habla para las multitudes que son como él y anuncia un "nocaut" en el 2012.
Mientras, la oposición espera cautelosa; busca su estrella, quizás un domador de fieras o un gran mago. El circo electoral apenas comienza.
El tema electoral y el de la enfermedad de Chávez, muy unidos, forman parte del espectáculo. Chávez ha desplegado su enfermedad, como una gran carpa circense. Cuando la oposición esgrimió la tesis de que el gobierno pretendía sacar provecho de aquella última, tratando de crear un sentimiento de lástima en el electorado que levantase la popularidad de Chávez, éste contestó que la que daba lástima era la oposición; y cuando la oposición se refirió al cáncer del presidente-comandante para desearle una pronta mejoría, éste hizo alusión al cáncer que sufre la oposición, esperando que los que venzan su cáncer sean los de la oposición "para que no sigan contaminando a Venezuela".
El enfrentar su enfermedad como si de una batalla se tratara, de la que surgirá también victorioso, o eso que dice Chávez de que estará a finales de este año "saliendo de la retaguardia" para volver a los barrios con su pueblo, para sacar la caballería en el 2012, son algunas de las varias maneras en que el oficialismo intenta decirnos que Chávez es invencible, de que puede renacer, como el Ave Fénix de sus cenizas, y de hacerle sentir a su electorado que su voto no se perderá, pues hay Chávez para rato. Sacar ventaja de su estado de salud puede ser criticable, pero lo cierto es que también puede dar sus frutos, si de mantener la sintonía con el electorado se trata. Más aún, cuando se puede aprovechar convenientemente, "el chiste, el cuento y la melodía", para decirlo en criollo, dentro del anecdotario del "Aló Presidente" y las otras cadenas presidenciales, como parte permanente del discurso cotidiano con el que se le da su dosis de humor al pueblo, todos los días. Por eso, hacer un chiste de su falta de pelo, efecto de la quimioterapia, o de que ahora pasa del "coco rapado" al estilo afro y que va imponer una moda, o de "los churrucaítos" que le empiezan a salir en el cuero cabelludo, más que una fórmula de optimismo con la cual vencer el cáncer, es una forma de venderle confianza a sus seguidores con la cual puedan vencer su miedo a una derrota electoral.
Del mismo modo actúa el "show" montado en las ultimas semanas, con misas, santería, curanderos, chamanes y diferentes rituales de todo tipo, dirigidos a su plena recuperación. Por la misma razón, Chávez, en su rol de gran cacique, entre penachos y bendiciones, no desperdicia la ocasión para hacer votos por el "resurgimiento espiritual del colectivo nacional" y por que "brote con mucha fuerza la espiritualidad venezolana", en aras de la unidad del país. Un mensaje que apunta directamente al corazón del electorado y a la idea, para quienes piensan que Chávez debe cambiar; o como ya lo ha señalado el propio Chávez, de que su enfermedad lo ha transformado, provocándole un resurgimiento espiritual que lo llevó a "reencontrarse con las profundidades de su alma". Espíritu y materia, todo sea por tocar el corazón del votante. "Yo me considero indio, soy mezcla de negro con indio, afrodescendiente". Chávez habla para las multitudes que son como él y anuncia un "nocaut" en el 2012.
Mientras, la oposición espera cautelosa; busca su estrella, quizás un domador de fieras o un gran mago. El circo electoral apenas comienza.
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