Monday, September 26, 2011

Retórica sediciosa

En: http://www.confirmado.com.ve/Noticias/Zona-3/Retorica-sediciosa.aspx

Victor Maldonado


El gobierno se derrumba un poco más con cada sesión de la Asamblea Nacional, en cada una de las intervenciones de los poderes públicos y en los inagotables desplantes presidenciales. “¿Qué es eso pa´mi?” es un reto que igual sirve para conjurar la enfermedad o desacatar las decisiones de los tribunales internacionales. Los que lo rodean ríen y celebran cada barbarismo, provocando con ello nuevos desplazamientos de la masa de tierra que amenaza desde hace tiempo con un entierro definitivo. ¿Sentirán ellos el rasguño de los pequeños deslizamientos que anticipan su propia catástrofe?
Desde el comienzo se marcó una brutal diferencia entre la administración del poder y el ejercicio del gobierno. Esa forma de organizar paso a paso la trama política para transformar un mandato quinquenal en un alegato de perpetuidad, marcó la suerte de una gestión que ahora vemos en forma de devastación. Nada diferente se ha hecho a la destrucción planificada del emprendimiento. No hay forma de entender por qué este gobierno se ensaña contra lo privado si antes no comprendemos cuáles son sus objetivos y quienes creen ellos que son sus adversarios. El control total del poder y su disfrute exclusivo encuentra resistencias y contradicciones en la autonomía de las empresas y en el uso disfrute y disposición de los bienes privados. Para ellos cada empresa representa una bofetada productiva a la cara del régimen que no puede construir un solo argumento en el plural tan propio de las democracias. “¿Qué es eso pa´mi?” es el verdadero lema de esta revolución porque en pocas palabras transmite esa desfachatez tan propia de los “regímenes egolatrautoritarios”. El duce murió con ese gesto en su cara…
En el libro de los Reyes se puede apreciar la recurrente petición de Salomón al Señor: “Da a tu siervo un corazón prudente para juzgar a tu pueblo y poder discernir entre lo bueno y lo malo”. No solicitaba otra cosa que sensatez y sentido de realidad para no incurrir en el pecado de la banalidad que había desbancado la obra de su padre. A veces eso significa no desear más allá de lo debido. Otras, simplemente callar. Siempre, mantener el control a pesar de saber que se puede ir más allá sin las consecuencias que el resto sufriría de inmediato, y no caer en la autocomplacencia de los que se creen todos los halagos. Todo está perdido cuando se pierde la capacidad de juzgar al pueblo y no se puede discriminar entre la lástima y el respaldo. La compasión por el pobre poderoso disminuido a desgranar su propia minusvalía no es necesariamente no es la mejor actitud para sostener, apoyar o confirmar una gestión de gobierno.
Es insustancial la elocuencia sin sabiduría, y lo mismo se puede decir de una gestión sin resultados. Hobbes reclamaba a Catilina la falta virtud que lo hacía presto para la sedición, los disturbios y la violencia a pesar de contar con un verbo formidable. Pero cada vez que discurseaba, en lugar de mejorar la suerte de su patria se conmovían los cimientos de la república romana. Pues bien, por azares del destino, nuestro país está plagado de remedos perturbadores que intentan hacer lo mismo, eso sí, desde el gobierno. Falta prudencia y decoro cuando las instituciones públicas y sus voceros más representativos se degradan hasta ser el coro del “¿Qué es eso pa´mi?” que con tanta arrogancia soltó el presidente para infatuarse de esa falsa seguridad que acompañan a los que saben que no tienen piso firme donde asentarse. La sedición desde el gobierno es un acto de suicidio político que opera en cámara lenta, mientras se siente esa falta de gobierno que nos niega servicios públicos de calidad y esperanzas de crecimiento económico traducido en bienestar. “Eso para ti” es la muerte de cualquier posibilidad de aferrarte al poder, extrañamente licuado por esa infección purulenta de un verbo especializado en ofender y una obra concentrada en destruir.
En su Leviatan Thomas Hobbes propuso cuáles son los deberes del soberano: Asegurar la soberanía del país, defendiéndolo contra los enemigos exteriores; mantener la paz interna, evitando las divisiones y las confrontaciones de unos contra otros; garantizar la vida de los ciudadanos; promover y generar el enriquecimiento compatible con la seguridad pública, y garantizar la libertad “para que todos gocen de las riquezas adquiridas por su trabajo”. Todo lo contrario a la agenda del chavismo, como si se hubieran propuesto contradecir cada uno de los consejos del viejo filósofo político. Como si su sino no fuera otro que conspirar contra sí mismos hasta quedar tapiados por sus propias obras, o falta de ellas. “¿Qué es eso pa´mi”? Ya verás…

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