NITU PÉREZ OSUNA | EL UNIVERSAL
miércoles 21 de septiembre de 2011 09:06 AM
El 3 de agosto de 2009, en la página oficialista http://www.aporrea.org/ se publicó, firmado por Luis Brito García, lo siguiente: "el presidente Hugo Chávez Frías expresó la posibilidad de que se desate una guerra contra Venezuela. Esta guerra no solo es posible, ha comenzado sin declaratoria. Por sus reservas de hidrocarburos, minerales, agua dulce, biodiversidad y su posición geográfica, Venezuela es el más codiciable objetivo estratégico en América del Sur y la clave para la dominación de ésta".
Sin disparar un solo tiro, sin utilizar los tanques, aviones y helicópteros rusos que nos han costado una millonada, la revolución y su líder, "un soldado de la patria", entrega los 159.500 km2 ricos en minerales y recursos hidrológicos que nos fueran arrebatados por el imperialismo británico y que desde hace más de un siglo venimos reclamando como nuestros, porque lo son.
La entrega o venta de nuestro territorio por parte del régimen, puede tener su inicio en febrero de 2004 cuando Chávez visita a Guyana y afirmara que: "el pasado ha quedado definitivamente atrás... avanzamos ahora hacia una verdadera integración".
En ese entonces, un grupo de expertos señalaba ya las pretensiones del gobierno chavista de entregar el territorio Esequibo a cambio de solidaridades ideológicas. La cancillería roja y no tricolor, acusó a la oposición de pretender desvirtuar las declaraciones dadas por el mandatario nacional luego de reunirse con su homólogo guyanés y afirmaba: "Venezuela no se opondrá a desarrollos de proyectos que beneficien a la población guyanesa en materia de salud, educación y otros como una zona de libre comercio y cooperación energética".
Integración fue el justificativo antes y ahora utilizado por el chavismo. ¿Integración regalando nuestro territorio? ¿A cambio de qué? ¿De ceder los derechos de Venezuela en relación con la reclamación del Esequibo y nuestra salida libre al Atlántico? ¿Dónde queda nuestra soberanía y su defensa por parte de la Fuerza Armada? ¿Son fuerza para qué? ¿Armada contra quién?
En una nota del portal http://www.lapatilla.com/, puede leerse que "Venezuela ha visto, desde 1830, cómo sus fronteras han cambiado, la mayor parte de las veces para peor. Esta vez es el Esequibo: la reclamación venezolana ha desaparecido de los mapas mundiales, como se puede ver en las imágenes que se descargan no solo de la página oficial del gobierno de Georgetown (http://www.op.gov.gy/), sino también en sitios como HRW y el Departamento de Estado -con su famoso World Factbook".
Este mismo portal recuerda que "la reclamación de Venezuela sobre parte del territorio Esequibo está vigente de acuerdo a lo estipulado en el Acuerdo de Ginebra de 1966".
La Constitución Bolivariana de Venezuela establece en sus artículos 10 y 12 que la Guayana Esequiba y su extensión aguas adentro en el océano Atlántico son porción integral de nuestros espacios geográficos y que los yacimientos de todas las clases de hidrocarburos existentes en ese territorio son bienes de dominio público y, por lo tanto, inalienables e imprescriptibles.
La Mesa de la Unidad Democrática ha fijado posición ante las acciones que adelanta el gobierno de Guyana, orientadas a extender de 200 a 350 millas su plataforma continental, incluyendo la porción costera del territorio en reclamación por parte de Venezuela y a afirmado que: "el gobierno de Venezuela debe protestar este acto unilateral. De no hacerlo, veríamos comprometida la proyección de nuestra plataforma continental".
El Gobierno guarda un silencio entreguista.
Sin disparar un solo tiro, sin utilizar los tanques, aviones y helicópteros rusos que nos han costado una millonada, la revolución y su líder, "un soldado de la patria", entrega los 159.500 km2 ricos en minerales y recursos hidrológicos que nos fueran arrebatados por el imperialismo británico y que desde hace más de un siglo venimos reclamando como nuestros, porque lo son.
La entrega o venta de nuestro territorio por parte del régimen, puede tener su inicio en febrero de 2004 cuando Chávez visita a Guyana y afirmara que: "el pasado ha quedado definitivamente atrás... avanzamos ahora hacia una verdadera integración".
En ese entonces, un grupo de expertos señalaba ya las pretensiones del gobierno chavista de entregar el territorio Esequibo a cambio de solidaridades ideológicas. La cancillería roja y no tricolor, acusó a la oposición de pretender desvirtuar las declaraciones dadas por el mandatario nacional luego de reunirse con su homólogo guyanés y afirmaba: "Venezuela no se opondrá a desarrollos de proyectos que beneficien a la población guyanesa en materia de salud, educación y otros como una zona de libre comercio y cooperación energética".
Integración fue el justificativo antes y ahora utilizado por el chavismo. ¿Integración regalando nuestro territorio? ¿A cambio de qué? ¿De ceder los derechos de Venezuela en relación con la reclamación del Esequibo y nuestra salida libre al Atlántico? ¿Dónde queda nuestra soberanía y su defensa por parte de la Fuerza Armada? ¿Son fuerza para qué? ¿Armada contra quién?
En una nota del portal http://www.lapatilla.com/, puede leerse que "Venezuela ha visto, desde 1830, cómo sus fronteras han cambiado, la mayor parte de las veces para peor. Esta vez es el Esequibo: la reclamación venezolana ha desaparecido de los mapas mundiales, como se puede ver en las imágenes que se descargan no solo de la página oficial del gobierno de Georgetown (http://www.op.gov.gy/), sino también en sitios como HRW y el Departamento de Estado -con su famoso World Factbook".
Este mismo portal recuerda que "la reclamación de Venezuela sobre parte del territorio Esequibo está vigente de acuerdo a lo estipulado en el Acuerdo de Ginebra de 1966".
La Constitución Bolivariana de Venezuela establece en sus artículos 10 y 12 que la Guayana Esequiba y su extensión aguas adentro en el océano Atlántico son porción integral de nuestros espacios geográficos y que los yacimientos de todas las clases de hidrocarburos existentes en ese territorio son bienes de dominio público y, por lo tanto, inalienables e imprescriptibles.
La Mesa de la Unidad Democrática ha fijado posición ante las acciones que adelanta el gobierno de Guyana, orientadas a extender de 200 a 350 millas su plataforma continental, incluyendo la porción costera del territorio en reclamación por parte de Venezuela y a afirmado que: "el gobierno de Venezuela debe protestar este acto unilateral. De no hacerlo, veríamos comprometida la proyección de nuestra plataforma continental".
El Gobierno guarda un silencio entreguista.
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