Monday, September 19, 2011

La Corte o los derechos humanos no valen nada?

En: http://www.analitica.com/

Lunes 19 de septiembre de 2011

Editorial Analítica Premium

Al ponerse, el presidente Chávez, al margen de los órganos internacionales de protección de los derechos humanos se coloca en la extraña liga de los países que creen estar por encima del derecho

En otra declaración más con la que Chávez hace esfuerzos por convertir al país en un paria internacional, afirmó :” Para mi, la Corte no vale nada, es cero a la izquierda… El corte de mi cabello vale más que esa corte” Aparte del tono irrespetuoso hacia una institución a la que adhieren la gran mayoría de los países de nuestra región, decir que es un instrumento del Imperio es otra necedad a la que su anti-yanquismo visceral nos tiene acostumbrado; alguien debería informarle que los EE. UU. no son parte, ya que nunca ratificaron el tratado constitutivo y que los magistrados son de diversos países de nuestra región
Al ponerse, el presidente Chávez, al margen de los órganos internacionales de protección de los derechos humanos se coloca en la extraña liga de los países que creen estar por encima del derecho, unos porque son muy poderosos, otros porque su récord de violaciones a los derechos humanos son tales que no se permiten el lujo de ser juzgados por tribunales internacionales independientes.
Pero lo que si es evidente es que nuestro Presidente navega contra corriente. El estado todo poderoso que ignora los pedimentos válidos de sus ciudadanos es el residuo de los totalitarismos del siglo XX o también de aquellos estados que aún se consideran como hegemónicos. En todo caso en un verdadero mundo multipolar ello no tiene ya razón de ser.
Afortunadamente gracias a los medios de comunicación modernos y en particular a las redes sociales, se les hace cada día más difícil a los gobiernos ocultar las violaciones sistemáticas a los derechos humanos. No son las palabras altaneras de los funcionarios, ni el desconocimiento a los tratados los que van a salvarlos de su responsabilidad internacional por la violación de estos derechos de sus ciudadanos. Tarde o temprano la justicia los alcanzará.
Otro desvarío del Presidente es acusar, sin pruebas de delitos cometidos, a personas que la justicia penal venezolana ni ha ni juzgado y por lo tanto mucho menos condenado.
Y si de asesinos hablamos mejor debería poner su cabeza en remojo por lo ocurrido en Puente Llaguno cuando se pretende, gracias a la hegemonía mediática, tergiversar como ocurrieron los hechos y presentar una realidad muy distinta a la que fue; ¿será por eso que el gobierno nunca ha permitido que venga al país una comisión de la verdad para esclarecer lo que en realidad sucedió ese infausto día?
Los insultos, reducir todo a una maniobra urdida por el imperio, descalificar a todos los que no complazcan los designios del Presidente, son un recurso manido al que cada día más personas en nuestro país le ven las costuras. La mentira sirve por un tiempo pero al cabo de un rato se devuelve cual boomerang para callarle la boca al sempiterno mentiroso. Recordemos las sabias palabras del Presidente Abraham Lincoln: “Se puede engañar a todos algunas veces, incluso se puede engañar a algunos algunas veces, pero no se puede engañar a todos todas las veces.”

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