LUIS OLIVEROS | EL UNIVERSAL
lunes 19 de septiembre de 2011 11:50 AM
Venezuela sufre el peor de los mundos en materia de inflación, porque (Gracias a Dios) no tenemos hiperinflación (que atacas con medidas de shock) ni tenemos inflación baja (que controlas con movimientos en la tasa de interés o políticas puntuales), la de nuestro país es intermedia, la cual es complicada (y hasta costosa) de atacar.
¿Cómo atacarla?: la imposición de reglas fiscales debe ser la primera acción a tomar. Luego el desmontaje progresivo y sistemático de todos los controles (precios y cambiario) que abundan en la economía venezolana. La distorsión que generan en nuestra economía no solo impactan los precios, también inciden directamente en el PIB por la ineficiente asignación de recursos en la economía que por ellos se realiza. Crear incentivos reales para incrementar la producción nacional.
Desorden (desastre) fiscal. Las decisiones en materia de economía en nuestro país tienen desde hace al menos 10 años un claro elemento político que no es ni cerca el mejor consejero a la hora de analizar los problemas económicos. A eso agrégale que estamos a un año de elecciones, y para el Gobierno eso es sinónimo de incremento fuerte del gasto público. Es más se espera que este año y el año que viene el gasto público en términos reales se incremento, algo que no hemos visto en los últimos 2-3 años. El acabar con la cantidad de fondos extrapresupuestarios que tiene el Gobierno, los cuales nadie audita ni controla cómo los gasta el Presidente es tarea fundamental y asignatura pendiente en cualquier plan antiinflacionario que se quiera poner en marcha. No obstante ¿querrá un nuevo gobierno (estamos claros que éste nunca lo hará) perder ese poder y el manejo de esos recursos por el bien de todos los venezolanos?
Inflación importada, importamos gran parte de nuestros alimentos, y a nivel mundial los alimentos han subido de precio, lo cual nos ha llevado a enfrentarnos a mayores precios a la hora de pagar (un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación dijo que "la inflación por alimentos de varios países asiáticos, incluyendo a India y China, ya se encuentra en los dos dígitos porcentuales, lo que incrementa los temores a que las presiones sobre los precios se contagien a otros sectores y amenacen a la estabilidad económica y social de la región").
Cuando llegó al poder la revolución (año 1998, fuente BCV) Venezuela contaba con un nivel de reservas de $14,85 millardos y M2 por Bs. 10,62 millardos. Para agosto de este año las reservas internacionales totalizaron $28.75 millardos y el M2 342.94 millardos lo que nos lleva a concluir que mientras los bolívares en la economía se incrementaron en casi un 3.130%, las reservas en dólares (soporte de la moneda) en 94%, números que explican por qué en 1998 la relación M2/RI era de Bs. 0.72 por cada dólar, y como HOY esa relación llegó a Bs. 11.9 por cada dólar. Presión monetaria genera inflación, recordemos a Friedman.
La desconfianza del ciudadano hacia su moneda hace que también se incremente la inflación. La incertidumbre cambiaria unida a políticas bastante erradas como una anacrónica y disfuncional Ley de Costos y Precios Justo (cosa que no existe), hacen que los agentes económicos tomen sus previsiones (incrementen sus precios). A eso agrégale incrementos en los salarios acompañados de caídas pronunciadas en la productividad en nuestro país.
Problema de incentivos: Dólares baratos, sobrevaluación e importaciones. ¿Cuál es el incentivo a producir, a montar una fábrica, a pasar una inmensidad de procesos engorrosos y burocráticos, a tener una gran cantidad de trabajadores que luego puedan sentirse con poder de quitarte la fábrica, si puedes importar, y lo mejor es que el Estado te incentiva, ofreciéndote divisas a un precio extraordinario?. Insisto, ¿para qué producir si puedo importar barato, vender caro y garantizarme dos negocios, uno comercial (diferencial de precio) y otro financiero (diferencial cambiario)? Obviamente este festín lo financia el Estado.
En la actualidad tenemos la mayor inflación del planeta, a pesar que ese 25-27% que ostentamos no es el mayor de nuestra historia. El tema es que ya en el mundo la inflación no es un problema grave, y prueba de eso son los resultados que exhiben los países de la región, quienes presentan tasas de inflación anuales que nosotros en muchos casos alcanzamos en tan sólo un mes: Colombia 3.17%, Perú 2.08%, Bolivia 2.6%, Brasil 5.9% y Ecuador 4.31%.
¿Cómo atacarla?: la imposición de reglas fiscales debe ser la primera acción a tomar. Luego el desmontaje progresivo y sistemático de todos los controles (precios y cambiario) que abundan en la economía venezolana. La distorsión que generan en nuestra economía no solo impactan los precios, también inciden directamente en el PIB por la ineficiente asignación de recursos en la economía que por ellos se realiza. Crear incentivos reales para incrementar la producción nacional.
Desorden (desastre) fiscal. Las decisiones en materia de economía en nuestro país tienen desde hace al menos 10 años un claro elemento político que no es ni cerca el mejor consejero a la hora de analizar los problemas económicos. A eso agrégale que estamos a un año de elecciones, y para el Gobierno eso es sinónimo de incremento fuerte del gasto público. Es más se espera que este año y el año que viene el gasto público en términos reales se incremento, algo que no hemos visto en los últimos 2-3 años. El acabar con la cantidad de fondos extrapresupuestarios que tiene el Gobierno, los cuales nadie audita ni controla cómo los gasta el Presidente es tarea fundamental y asignatura pendiente en cualquier plan antiinflacionario que se quiera poner en marcha. No obstante ¿querrá un nuevo gobierno (estamos claros que éste nunca lo hará) perder ese poder y el manejo de esos recursos por el bien de todos los venezolanos?
Inflación importada, importamos gran parte de nuestros alimentos, y a nivel mundial los alimentos han subido de precio, lo cual nos ha llevado a enfrentarnos a mayores precios a la hora de pagar (un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación dijo que "la inflación por alimentos de varios países asiáticos, incluyendo a India y China, ya se encuentra en los dos dígitos porcentuales, lo que incrementa los temores a que las presiones sobre los precios se contagien a otros sectores y amenacen a la estabilidad económica y social de la región").
Cuando llegó al poder la revolución (año 1998, fuente BCV) Venezuela contaba con un nivel de reservas de $14,85 millardos y M2 por Bs. 10,62 millardos. Para agosto de este año las reservas internacionales totalizaron $28.75 millardos y el M2 342.94 millardos lo que nos lleva a concluir que mientras los bolívares en la economía se incrementaron en casi un 3.130%, las reservas en dólares (soporte de la moneda) en 94%, números que explican por qué en 1998 la relación M2/RI era de Bs. 0.72 por cada dólar, y como HOY esa relación llegó a Bs. 11.9 por cada dólar. Presión monetaria genera inflación, recordemos a Friedman.
La desconfianza del ciudadano hacia su moneda hace que también se incremente la inflación. La incertidumbre cambiaria unida a políticas bastante erradas como una anacrónica y disfuncional Ley de Costos y Precios Justo (cosa que no existe), hacen que los agentes económicos tomen sus previsiones (incrementen sus precios). A eso agrégale incrementos en los salarios acompañados de caídas pronunciadas en la productividad en nuestro país.
Problema de incentivos: Dólares baratos, sobrevaluación e importaciones. ¿Cuál es el incentivo a producir, a montar una fábrica, a pasar una inmensidad de procesos engorrosos y burocráticos, a tener una gran cantidad de trabajadores que luego puedan sentirse con poder de quitarte la fábrica, si puedes importar, y lo mejor es que el Estado te incentiva, ofreciéndote divisas a un precio extraordinario?. Insisto, ¿para qué producir si puedo importar barato, vender caro y garantizarme dos negocios, uno comercial (diferencial de precio) y otro financiero (diferencial cambiario)? Obviamente este festín lo financia el Estado.
En la actualidad tenemos la mayor inflación del planeta, a pesar que ese 25-27% que ostentamos no es el mayor de nuestra historia. El tema es que ya en el mundo la inflación no es un problema grave, y prueba de eso son los resultados que exhiben los países de la región, quienes presentan tasas de inflación anuales que nosotros en muchos casos alcanzamos en tan sólo un mes: Colombia 3.17%, Perú 2.08%, Bolivia 2.6%, Brasil 5.9% y Ecuador 4.31%.
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