VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 6 de diciembre de 2011 12:00 AM
Tras dos años de recesión la disparada de los precios del petróleo provee impulso para que la economía comience a avanzar, no obstante, desequilibrios de fondo como el desmoronamiento de la inversión privada colocan una pared a escasos metros de distancia.
El Banco Central de Venezuela registra que entre 2007 y 2010 la inversión del sector privado en máquinas, equipos y edificaciones que permiten ampliar la producción se desploma 43,6% para ubicarse en lo más bajo de los últimos siete años.
Aún el Banco Central no publica datos específicos sobre la inversión privada en 2011 y sólo difunde estadísticas que incluyen al sector público, pero todo indica que no ha habido cambio alguno en el ánimo de las empresas.
Una muestra es que la inversión total, pública y privada, de los primeros nueve meses de este año es prácticamente igual a la registrada en el mismo lapso de 2010.
Analistas consideran que en un ambiente de negocios signado por control de precios, control de cambio, control de la ganancia y expropiaciones lo lógico es que las decisiones de inversión se posterguen.
Las consecuencias son importantes. En este momento, el Gobierno alienta el consumo y las empresas incrementan las ventas, pero una vez se empleen al máximo las máquinas y equipos disponibles el crecimiento tocará techo frenando la creación de empleos.
Máquina de pobres
En su libro La inversión privada y el proceso de empobrecimiento de Venezuela: ¿Cómo se ensambló la máquina de fabricar pobres?, el economista y profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, analiza el desequilibrio que el país no ha logrado superar en tres décadas.
"Desde hace veintisiete años la economía no se las ha podido arreglar para crear puestos de trabajo en el sector formal al ritmo de crecimiento de la fuerza laboral", explica Miguel Ángel Santos y añade que esta incapacidad explica la pobreza en el país y el avance de la informalidad.
El diagnóstico concluye que "la inversión privada surge no sólo como una alternativa viable sino posiblemente como la única, vista la capacidad cada vez más reducida de la renta petrolera para atender las necesidades de la población".
Podría pensarse que en un entorno en el que la deuda pública ha crecido a paso firme, la inversión del Estado también lo ha hecho ya que una parte importante de los recursos obtenidos con las emisiones de bonos ha debido destinarse a proyectos productivos, pero las cifras oficiales indican que este no es el caso.
Entre 2008 y 2010 la deuda en dólares de la República crece 41% mientras que la inversión pública se contrae 4%.
Industria fría
El desenvolvimiento de la producción de la industria privada indica que en áreas clave existe un retroceso de magnitudes considerables y las empresas no utilizan del todo una capacidad instalada que con el paso del tiempo comienza a hacerse obsoleta.
Al cierre del tercer trimestre de este año la fabricación de metales comunes, maquinaria y equipos, vehículos, productos textiles y calzado se ubica por debajo de 1997.
Al reducir el ámbito del análisis a este año surge como dato positivo que la producción de la industria privada crece 4% al contrastar los primeros nueve meses con el mismo lapso de 2010, pero se trata de un avance que no tiene mayor incidencia para alcanzar el reto de diversificar las exportaciones y abastecer eficientemente al mercado interno.
La producción de alimentos y bebidas retrocede 1,58% al comparar enero-septiembre de 2011 con el mismo período del año pasado.
Para evitar que la escasez aumente el Gobierno recurre activamente a las importaciones desde países como Brasil, Argentina y Uruguay.
El Banco Central de Venezuela registra que entre 2007 y 2010 la inversión del sector privado en máquinas, equipos y edificaciones que permiten ampliar la producción se desploma 43,6% para ubicarse en lo más bajo de los últimos siete años.
Aún el Banco Central no publica datos específicos sobre la inversión privada en 2011 y sólo difunde estadísticas que incluyen al sector público, pero todo indica que no ha habido cambio alguno en el ánimo de las empresas.
Una muestra es que la inversión total, pública y privada, de los primeros nueve meses de este año es prácticamente igual a la registrada en el mismo lapso de 2010.
Analistas consideran que en un ambiente de negocios signado por control de precios, control de cambio, control de la ganancia y expropiaciones lo lógico es que las decisiones de inversión se posterguen.
Las consecuencias son importantes. En este momento, el Gobierno alienta el consumo y las empresas incrementan las ventas, pero una vez se empleen al máximo las máquinas y equipos disponibles el crecimiento tocará techo frenando la creación de empleos.
Máquina de pobres
En su libro La inversión privada y el proceso de empobrecimiento de Venezuela: ¿Cómo se ensambló la máquina de fabricar pobres?, el economista y profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, analiza el desequilibrio que el país no ha logrado superar en tres décadas.
"Desde hace veintisiete años la economía no se las ha podido arreglar para crear puestos de trabajo en el sector formal al ritmo de crecimiento de la fuerza laboral", explica Miguel Ángel Santos y añade que esta incapacidad explica la pobreza en el país y el avance de la informalidad.
El diagnóstico concluye que "la inversión privada surge no sólo como una alternativa viable sino posiblemente como la única, vista la capacidad cada vez más reducida de la renta petrolera para atender las necesidades de la población".
Podría pensarse que en un entorno en el que la deuda pública ha crecido a paso firme, la inversión del Estado también lo ha hecho ya que una parte importante de los recursos obtenidos con las emisiones de bonos ha debido destinarse a proyectos productivos, pero las cifras oficiales indican que este no es el caso.
Entre 2008 y 2010 la deuda en dólares de la República crece 41% mientras que la inversión pública se contrae 4%.
Industria fría
El desenvolvimiento de la producción de la industria privada indica que en áreas clave existe un retroceso de magnitudes considerables y las empresas no utilizan del todo una capacidad instalada que con el paso del tiempo comienza a hacerse obsoleta.
Al cierre del tercer trimestre de este año la fabricación de metales comunes, maquinaria y equipos, vehículos, productos textiles y calzado se ubica por debajo de 1997.
Al reducir el ámbito del análisis a este año surge como dato positivo que la producción de la industria privada crece 4% al contrastar los primeros nueve meses con el mismo lapso de 2010, pero se trata de un avance que no tiene mayor incidencia para alcanzar el reto de diversificar las exportaciones y abastecer eficientemente al mercado interno.
La producción de alimentos y bebidas retrocede 1,58% al comparar enero-septiembre de 2011 con el mismo período del año pasado.
Para evitar que la escasez aumente el Gobierno recurre activamente a las importaciones desde países como Brasil, Argentina y Uruguay.
VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 6 de diciembre de 2011 12:00 AM
Tras dos años de recesión la disparada de los precios del petróleo provee impulso para que la economía comience a avanzar, no obstante, desequilibrios de fondo como el desmoronamiento de la inversión privada colocan una pared a escasos metros de distancia.
El Banco Central de Venezuela registra que entre 2007 y 2010 la inversión del sector privado en máquinas, equipos y edificaciones que permiten ampliar la producción se desploma 43,6% para ubicarse en lo más bajo de los últimos siete años.
Aún el Banco Central no publica datos específicos sobre la inversión privada en 2011 y sólo difunde estadísticas que incluyen al sector público, pero todo indica que no ha habido cambio alguno en el ánimo de las empresas.
Una muestra es que la inversión total, pública y privada, de los primeros nueve meses de este año es prácticamente igual a la registrada en el mismo lapso de 2010.
Analistas consideran que en un ambiente de negocios signado por control de precios, control de cambio, control de la ganancia y expropiaciones lo lógico es que las decisiones de inversión se posterguen.
Las consecuencias son importantes. En este momento, el Gobierno alienta el consumo y las empresas incrementan las ventas, pero una vez se empleen al máximo las máquinas y equipos disponibles el crecimiento tocará techo frenando la creación de empleos.
Máquina de pobres
En su libro La inversión privada y el proceso de empobrecimiento de Venezuela: ¿Cómo se ensambló la máquina de fabricar pobres?, el economista y profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, analiza el desequilibrio que el país no ha logrado superar en tres décadas.
"Desde hace veintisiete años la economía no se las ha podido arreglar para crear puestos de trabajo en el sector formal al ritmo de crecimiento de la fuerza laboral", explica Miguel Ángel Santos y añade que esta incapacidad explica la pobreza en el país y el avance de la informalidad.
El diagnóstico concluye que "la inversión privada surge no sólo como una alternativa viable sino posiblemente como la única, vista la capacidad cada vez más reducida de la renta petrolera para atender las necesidades de la población".
Podría pensarse que en un entorno en el que la deuda pública ha crecido a paso firme, la inversión del Estado también lo ha hecho ya que una parte importante de los recursos obtenidos con las emisiones de bonos ha debido destinarse a proyectos productivos, pero las cifras oficiales indican que este no es el caso.
Entre 2008 y 2010 la deuda en dólares de la República crece 41% mientras que la inversión pública se contrae 4%.
Industria fría
El desenvolvimiento de la producción de la industria privada indica que en áreas clave existe un retroceso de magnitudes considerables y las empresas no utilizan del todo una capacidad instalada que con el paso del tiempo comienza a hacerse obsoleta.
Al cierre del tercer trimestre de este año la fabricación de metales comunes, maquinaria y equipos, vehículos, productos textiles y calzado se ubica por debajo de 1997.
Al reducir el ámbito del análisis a este año surge como dato positivo que la producción de la industria privada crece 4% al contrastar los primeros nueve meses con el mismo lapso de 2010, pero se trata de un avance que no tiene mayor incidencia para alcanzar el reto de diversificar las exportaciones y abastecer eficientemente al mercado interno.
La producción de alimentos y bebidas retrocede 1,58% al comparar enero-septiembre de 2011 con el mismo período del año pasado.
Para evitar que la escasez aumente el Gobierno recurre activamente a las importaciones desde países como Brasil, Argentina y Uruguay.
El Banco Central de Venezuela registra que entre 2007 y 2010 la inversión del sector privado en máquinas, equipos y edificaciones que permiten ampliar la producción se desploma 43,6% para ubicarse en lo más bajo de los últimos siete años.
Aún el Banco Central no publica datos específicos sobre la inversión privada en 2011 y sólo difunde estadísticas que incluyen al sector público, pero todo indica que no ha habido cambio alguno en el ánimo de las empresas.
Una muestra es que la inversión total, pública y privada, de los primeros nueve meses de este año es prácticamente igual a la registrada en el mismo lapso de 2010.
Analistas consideran que en un ambiente de negocios signado por control de precios, control de cambio, control de la ganancia y expropiaciones lo lógico es que las decisiones de inversión se posterguen.
Las consecuencias son importantes. En este momento, el Gobierno alienta el consumo y las empresas incrementan las ventas, pero una vez se empleen al máximo las máquinas y equipos disponibles el crecimiento tocará techo frenando la creación de empleos.
Máquina de pobres
En su libro La inversión privada y el proceso de empobrecimiento de Venezuela: ¿Cómo se ensambló la máquina de fabricar pobres?, el economista y profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, analiza el desequilibrio que el país no ha logrado superar en tres décadas.
"Desde hace veintisiete años la economía no se las ha podido arreglar para crear puestos de trabajo en el sector formal al ritmo de crecimiento de la fuerza laboral", explica Miguel Ángel Santos y añade que esta incapacidad explica la pobreza en el país y el avance de la informalidad.
El diagnóstico concluye que "la inversión privada surge no sólo como una alternativa viable sino posiblemente como la única, vista la capacidad cada vez más reducida de la renta petrolera para atender las necesidades de la población".
Podría pensarse que en un entorno en el que la deuda pública ha crecido a paso firme, la inversión del Estado también lo ha hecho ya que una parte importante de los recursos obtenidos con las emisiones de bonos ha debido destinarse a proyectos productivos, pero las cifras oficiales indican que este no es el caso.
Entre 2008 y 2010 la deuda en dólares de la República crece 41% mientras que la inversión pública se contrae 4%.
Industria fría
El desenvolvimiento de la producción de la industria privada indica que en áreas clave existe un retroceso de magnitudes considerables y las empresas no utilizan del todo una capacidad instalada que con el paso del tiempo comienza a hacerse obsoleta.
Al cierre del tercer trimestre de este año la fabricación de metales comunes, maquinaria y equipos, vehículos, productos textiles y calzado se ubica por debajo de 1997.
Al reducir el ámbito del análisis a este año surge como dato positivo que la producción de la industria privada crece 4% al contrastar los primeros nueve meses con el mismo lapso de 2010, pero se trata de un avance que no tiene mayor incidencia para alcanzar el reto de diversificar las exportaciones y abastecer eficientemente al mercado interno.
La producción de alimentos y bebidas retrocede 1,58% al comparar enero-septiembre de 2011 con el mismo período del año pasado.
Para evitar que la escasez aumente el Gobierno recurre activamente a las importaciones desde países como Brasil, Argentina y Uruguay.
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