JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO)| EL UNIVERSAL
viernes 5 de julio de 2013 12:00 AM
Por fin Nicolás, ¿quién te hizo la lista? ¿Diosdado, Fidel, Molero, Barrientos o Cilia? Reconozco que no la tuviste fácil, porque tus lealtades están marcadamente definidas y, al decidir los "descensos militares" te imagino como aquel que intenta complacer a Dios y al Diablo, como decimos en criollo. ¡Qué dilema! Supongo que, momentos como estos, son los que ponen a prueba tu capacidad de estratega, materia en la que hasta ahora has salido raspado.
Imagino que estos fueron días de mucho insomnio, de muchas llamadas a Cuba, de muchas reuniones con Molero y de otra serie de encuentros con Barrientos. Lo menos que te interesa es que se te caldeen los ánimos de quienes controlan las armas, los tanques, las fragatas, los aviones (ese mismo equipamiento militar que ustedes, los rojos rojitos, le han venido comprando a Rusia, entre otras naciones). Y vamos a estar claros: en teoría, constitucionalmente hablando, los militares deben su apego y su "incondicionalidad" a la Patria. No a los intereses ni a los lineamientos de un partido político, como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos.
Y mis suposiciones las baso en los análisis de mi respetada Rocío San Miguel, conocedora como nadie del asunto castrense, quien sin titubeo plantea tu conflicto existencial: ¿cómo escoger a un ministro de la Defensa que complazca a los Castro y mantenga contento a los militares que gestaron el golpe del 4 de Febrero? Conflicto que no tendrías si tuvieras "las botas bien puestas" y rechazaras tajantemente la injerencia cubana en los asuntos internos de nuestro país, e hicieras respetar nuestra soberanía, violada y entregada en bandeja de plata al tirano Fidel. Lo peor es que tú sabes bien que este asuntico de los cubanos filtrados en la Fuerza Armada no le gusta a muchos de los que hacen vida y carrera en la FANB. Así que, te sugiero estés pilas porque en tu afán por complacer a los Castro es mucho (demasiado) lo que arriesgas.
Además, chico, nuestra Constitución es muy clara al respecto: ¡Apégate a ella! Decide, basado en lo que establece la Carta Magna. No busques vericuetos ni acudas a comités para que interpreten entre línea lo que dicta el articulado al respecto. Los ascensos militares (corrijo: los llamaré descensos mientras sigan obedeciendo a los intereses de una ideología política) se alcanzan por méritos, trayectoria, vida militar impecable o plaza vacante. No condiciones una nueva estrella en la charretera a la fidelidad, lealtad y culto que puedan brindarte los militares.
Y a ustedes, señores militares, me permito recordarles que están en la obligación de deponer sus inclinaciones políticas: el único interés que debería prevalecer es la nación. Esto es mandatorio y no acepta discusiones. No me cansaré de señalarles que ustedes se deben a la institucionalidad de la Fuerza Armada Nacional y no a la parcialidad política, porque si es a la política a lo que quieren dedicarse: ¡pidan la baja! Renuncien a sus beneficios y dedíquense a la militancia; pero de otro tipo: la que se hace en el PSUV. Ustedes, son los primeros que deberían exigir la expulsión de los cubanos de sus filas. Ustedes están llamados a defender, por sobre todas las cosas, nuestra soberanía. Demuestren, de una vez por todas, a quiénes se deben: si al gobierno de turno o a la Patria.
Si bien no es nuevo en Venezuela que las decisiones de los ascensos militares hayan estado ligados a la política porque, algo de eso, hemos visto en el pasado, lo que sí es nuevo es que este gobierno tilde de "partido armado" a la FANB. Una aberración por completo. Raúl Salazar, exMinistro de la Defensa, consultado recientemente a propósito de los ascensos, hizo énfasis en cómo se viola la Constitución cuando se considera más aguerrido al oficial que en un desfile militar se deja ver como el más político. He allí la confusión, a quién obedecer: ¿a la ética y formación militar o a la ideología política de turno? No sé si en algo ayuda; pero, les recuerdo a los señores militares que los gobiernos pasan, sólo la institucionalidad prevalece.
Ascender de rango, ganar estrellas o soles, recibir un bastón de mando, o ser nombrado Ministro de la Defensa, no debe obedecer a la militancia político-partidista o a quien grite más fuerte y más veces la consigna del PSUV. Los militares deberían ser los primeros en repudiar las declaraciones de Maduro cuando les recordó en uno de los actos de ascensos que el chavismo es el cuerpo de ideas, doctrinas y valores; "es la ética de la profunda honestidad de la Patria y del profundo compromiso patrio". ¡¿Qué es eso?! ¿La FANB se debe al chavismo? Declaraciones lamentables de las que se hizo eco el Ministro de la Defensa quien exhortó a sus subalternos a mantener incólume la lealtad y la moral para defender la revolución que el difunto presidente instauró desde el Ejecutivo. ¡Terribles! Definitivamente, vista así las cosas: lo que hubo fue ¡descensos militares!
Imagino que estos fueron días de mucho insomnio, de muchas llamadas a Cuba, de muchas reuniones con Molero y de otra serie de encuentros con Barrientos. Lo menos que te interesa es que se te caldeen los ánimos de quienes controlan las armas, los tanques, las fragatas, los aviones (ese mismo equipamiento militar que ustedes, los rojos rojitos, le han venido comprando a Rusia, entre otras naciones). Y vamos a estar claros: en teoría, constitucionalmente hablando, los militares deben su apego y su "incondicionalidad" a la Patria. No a los intereses ni a los lineamientos de un partido político, como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos.
Y mis suposiciones las baso en los análisis de mi respetada Rocío San Miguel, conocedora como nadie del asunto castrense, quien sin titubeo plantea tu conflicto existencial: ¿cómo escoger a un ministro de la Defensa que complazca a los Castro y mantenga contento a los militares que gestaron el golpe del 4 de Febrero? Conflicto que no tendrías si tuvieras "las botas bien puestas" y rechazaras tajantemente la injerencia cubana en los asuntos internos de nuestro país, e hicieras respetar nuestra soberanía, violada y entregada en bandeja de plata al tirano Fidel. Lo peor es que tú sabes bien que este asuntico de los cubanos filtrados en la Fuerza Armada no le gusta a muchos de los que hacen vida y carrera en la FANB. Así que, te sugiero estés pilas porque en tu afán por complacer a los Castro es mucho (demasiado) lo que arriesgas.
Además, chico, nuestra Constitución es muy clara al respecto: ¡Apégate a ella! Decide, basado en lo que establece la Carta Magna. No busques vericuetos ni acudas a comités para que interpreten entre línea lo que dicta el articulado al respecto. Los ascensos militares (corrijo: los llamaré descensos mientras sigan obedeciendo a los intereses de una ideología política) se alcanzan por méritos, trayectoria, vida militar impecable o plaza vacante. No condiciones una nueva estrella en la charretera a la fidelidad, lealtad y culto que puedan brindarte los militares.
Y a ustedes, señores militares, me permito recordarles que están en la obligación de deponer sus inclinaciones políticas: el único interés que debería prevalecer es la nación. Esto es mandatorio y no acepta discusiones. No me cansaré de señalarles que ustedes se deben a la institucionalidad de la Fuerza Armada Nacional y no a la parcialidad política, porque si es a la política a lo que quieren dedicarse: ¡pidan la baja! Renuncien a sus beneficios y dedíquense a la militancia; pero de otro tipo: la que se hace en el PSUV. Ustedes, son los primeros que deberían exigir la expulsión de los cubanos de sus filas. Ustedes están llamados a defender, por sobre todas las cosas, nuestra soberanía. Demuestren, de una vez por todas, a quiénes se deben: si al gobierno de turno o a la Patria.
Si bien no es nuevo en Venezuela que las decisiones de los ascensos militares hayan estado ligados a la política porque, algo de eso, hemos visto en el pasado, lo que sí es nuevo es que este gobierno tilde de "partido armado" a la FANB. Una aberración por completo. Raúl Salazar, exMinistro de la Defensa, consultado recientemente a propósito de los ascensos, hizo énfasis en cómo se viola la Constitución cuando se considera más aguerrido al oficial que en un desfile militar se deja ver como el más político. He allí la confusión, a quién obedecer: ¿a la ética y formación militar o a la ideología política de turno? No sé si en algo ayuda; pero, les recuerdo a los señores militares que los gobiernos pasan, sólo la institucionalidad prevalece.
Ascender de rango, ganar estrellas o soles, recibir un bastón de mando, o ser nombrado Ministro de la Defensa, no debe obedecer a la militancia político-partidista o a quien grite más fuerte y más veces la consigna del PSUV. Los militares deberían ser los primeros en repudiar las declaraciones de Maduro cuando les recordó en uno de los actos de ascensos que el chavismo es el cuerpo de ideas, doctrinas y valores; "es la ética de la profunda honestidad de la Patria y del profundo compromiso patrio". ¡¿Qué es eso?! ¿La FANB se debe al chavismo? Declaraciones lamentables de las que se hizo eco el Ministro de la Defensa quien exhortó a sus subalternos a mantener incólume la lealtad y la moral para defender la revolución que el difunto presidente instauró desde el Ejecutivo. ¡Terribles! Definitivamente, vista así las cosas: lo que hubo fue ¡descensos militares!
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