ADOLFO R. TAYLHARDAT| EL UNIVERSAL
miércoles 10 de julio de 2013 12:00 AM
Desde que se creó Unasur sospeché que sería una organización de pacotilla, nacida de un capricho del fenecido exmandatario venezolano. Sin embargo, el apoyo de Brasil, y particularmente del expresidente Lula a esa iniciativa, así como la gradual incorporación de países serios, dotó de cierta consistencia a la naciente organización subregional.
El Tratado Constitutivo de Unasur dice que su objetivo central es: construir un espacio de integración y unión. Ninguna de sus disposiciones asigna a la organización un papel en el ámbito político. Su desnaturalización comenzó con la actuación que le hicieron jugar en el caso de la destitución -por vía legal y constitucional- del presidente de Paraguay. Ahora nuevamente Unasur es usada con una finalidad política en una situación que, de no ser porque la han convertido en un escándalo internacional, no habría pasado de ser un problema limitado a sus actores: Bolivia de una parte y Francia, Italia, Portugal y España. Este último ha recibido las descargas verbales más fuertes de parte de quienes han querido especular el incidente. El ilegítimo arremetió contra el presidente del gobierno español tildándolo de "indigno" y "abusador". "El día que el presidente Rajoy venga a sobrevolar nuestro espacio aéreo, nosotros podríamos bajarlo y revisarle el avión para ver si trae droga o si trae los euros que se roban del pueblo español". El mandatario ecuatoriano, en su afán de competir con el venezolano para llenar la vacante del fenecido exmandatario venezolano, se lanzó también a la diatriba: "España, Portugal, Francia e Italia pisotearon el derecho internacional" y llamó a "tomar medidas sobre esta afrenta a nuestra América". Además, para que el ilegítimo no le tomara la delantera, se apresuró a pedir la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Jefes de Estado de Unasur.
Según el Tratado Constitutivo los órganos de Unasur son: el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados y la Secretaría General. La reunión extraordinaria de Jefes de Estado fue instituida por el Protocolo Adicional al Tratado Constitutivo de Unasur sobre compromiso con la democracia, el cual, en su artículo 1 . Dispone que "cuando se produzca una ruptura o una amenaza de ruptura del orden democrático, de una violación del orden constitucional o de cualquier otra situación que ponga en riesgo el legítimo ejercicio del poder y la vigencia de los valores y principios democráticos en alguno de los países miembros", el presidente pro témpore podrá convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno o, en su defecto, del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores. En ninguna parte se contempla que el más alto órgano de Unasur pueda ser convocado de urgencia para ocuparse de una nimiedad como el caso del avión de Evo Morales. Una vez más se han violentado las normas que rigen la organización cuando es llamada a ocuparse de un caso no contemplado en el ordenamiento legal que la rige.
Al final, la "cumbre" convocada por el mandatario ecuatoriano resultó un fiasco. Los gobiernos serios (Brasil, Colombia, Chile y Perú) se abstuvieron de participar en esa reunión bufa para apoyar "incondicionalmente" al gobierno de Bolivia frente a la "desproporcionada e injusta agresión de Estados Unidos y sus aliados europeos", como la denominó el canciller ecuatoriano. En las escenas transmitidas por televisión se pudo ver una pancarta, "según la cual se trataba de una reunión de consulta". Para no involucrar a los ausentes, en la "declaración final" se habla acertadamente de los jefes de Estado y de gobierno reunidos en Cochabamba y exhortan a la a totalidad de los jefes de Estado de la unión a acompañar la declaración.
El tono y el lenguaje de ese documento revelan la influencia decisiva que tuvo en su redacción la comparsa de los radicales. Denunciamos, dice el documento. "la flagrante violación de los tratados internacionales que rigen la convivencia pacífica, solidaridad y cooperación entre nuestros Estados, que constituye un acto insólito, inamistoso y hostil, configurando un hecho ilícito que afecta la libertad de tránsito y desplazamiento de un jefe de Estado y su delegación oficial"... "el atropello y las prácticas neocoloniales que aún subsisten en nuestro planeta en pleno siglo XXI"... "el agravio sufrido por el presidente Evo Morales, que ofende no solamente al pueblo boliviano sino a todas nuestras naciones"...
"Exigimos a los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España presenten las disculpas públicas correspondientes en relación a los graves hechos suscitados".
Mientras tanto, Unasur permanece indiferente e ignora la situación de nuestro país, donde sí existe una situación de ruptura del orden democrático y se violan a diario los derechos fundamentales del individuo.
El Tratado Constitutivo de Unasur dice que su objetivo central es: construir un espacio de integración y unión. Ninguna de sus disposiciones asigna a la organización un papel en el ámbito político. Su desnaturalización comenzó con la actuación que le hicieron jugar en el caso de la destitución -por vía legal y constitucional- del presidente de Paraguay. Ahora nuevamente Unasur es usada con una finalidad política en una situación que, de no ser porque la han convertido en un escándalo internacional, no habría pasado de ser un problema limitado a sus actores: Bolivia de una parte y Francia, Italia, Portugal y España. Este último ha recibido las descargas verbales más fuertes de parte de quienes han querido especular el incidente. El ilegítimo arremetió contra el presidente del gobierno español tildándolo de "indigno" y "abusador". "El día que el presidente Rajoy venga a sobrevolar nuestro espacio aéreo, nosotros podríamos bajarlo y revisarle el avión para ver si trae droga o si trae los euros que se roban del pueblo español". El mandatario ecuatoriano, en su afán de competir con el venezolano para llenar la vacante del fenecido exmandatario venezolano, se lanzó también a la diatriba: "España, Portugal, Francia e Italia pisotearon el derecho internacional" y llamó a "tomar medidas sobre esta afrenta a nuestra América". Además, para que el ilegítimo no le tomara la delantera, se apresuró a pedir la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Jefes de Estado de Unasur.
Según el Tratado Constitutivo los órganos de Unasur son: el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, el Consejo de Delegados y la Secretaría General. La reunión extraordinaria de Jefes de Estado fue instituida por el Protocolo Adicional al Tratado Constitutivo de Unasur sobre compromiso con la democracia, el cual, en su artículo 1 . Dispone que "cuando se produzca una ruptura o una amenaza de ruptura del orden democrático, de una violación del orden constitucional o de cualquier otra situación que ponga en riesgo el legítimo ejercicio del poder y la vigencia de los valores y principios democráticos en alguno de los países miembros", el presidente pro témpore podrá convocar una reunión extraordinaria del Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno o, en su defecto, del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores. En ninguna parte se contempla que el más alto órgano de Unasur pueda ser convocado de urgencia para ocuparse de una nimiedad como el caso del avión de Evo Morales. Una vez más se han violentado las normas que rigen la organización cuando es llamada a ocuparse de un caso no contemplado en el ordenamiento legal que la rige.
Al final, la "cumbre" convocada por el mandatario ecuatoriano resultó un fiasco. Los gobiernos serios (Brasil, Colombia, Chile y Perú) se abstuvieron de participar en esa reunión bufa para apoyar "incondicionalmente" al gobierno de Bolivia frente a la "desproporcionada e injusta agresión de Estados Unidos y sus aliados europeos", como la denominó el canciller ecuatoriano. En las escenas transmitidas por televisión se pudo ver una pancarta, "según la cual se trataba de una reunión de consulta". Para no involucrar a los ausentes, en la "declaración final" se habla acertadamente de los jefes de Estado y de gobierno reunidos en Cochabamba y exhortan a la a totalidad de los jefes de Estado de la unión a acompañar la declaración.
El tono y el lenguaje de ese documento revelan la influencia decisiva que tuvo en su redacción la comparsa de los radicales. Denunciamos, dice el documento. "la flagrante violación de los tratados internacionales que rigen la convivencia pacífica, solidaridad y cooperación entre nuestros Estados, que constituye un acto insólito, inamistoso y hostil, configurando un hecho ilícito que afecta la libertad de tránsito y desplazamiento de un jefe de Estado y su delegación oficial"... "el atropello y las prácticas neocoloniales que aún subsisten en nuestro planeta en pleno siglo XXI"... "el agravio sufrido por el presidente Evo Morales, que ofende no solamente al pueblo boliviano sino a todas nuestras naciones"...
"Exigimos a los gobiernos de Francia, Portugal, Italia y España presenten las disculpas públicas correspondientes en relación a los graves hechos suscitados".
Mientras tanto, Unasur permanece indiferente e ignora la situación de nuestro país, donde sí existe una situación de ruptura del orden democrático y se violan a diario los derechos fundamentales del individuo.
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