Mario Vargas Llosa
Ceuta (España), 11 jul (EFE) / Rafael Peña.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa ha dicho que se debe “combatir” la idea de que la cultura sea un “mero entretenimiento pasajero” y ha defendido la importancia de la misma contra “la violencia o el sectarismo”.
El Nobel de Literatura, que anoche recibió en Ceuta (España) el Premio Internacional de Convivencia, ha explicado en una entrevista con Efe que la cultura “es una de las mejores defensas que tenemos contra la brutalidad, la violencia o el sectarismo, por lo que la vida cultural debe ser una preocupación central de toda sociedad que quiera mejorar o progresar”.
El escritor peruano entiende que la cultura debe formar una parte “central o neurálgica de la educación, de la formación de las nuevas generaciones y no solo la difusión de la cultura es importante sino la preservación de la cultura como excelencia, creatividad o originalidad”.
Por ello, ha abogado por “combatir la idea de que la cultura debe ser un mero entretenimiento pasajero”.
El fenómeno migratorio, tan presente en España y sobre todo en ciudades fronterizas como Ceuta y Melilla, provoca también una alusión: “Hay que combatir el prejuicio tan extendido, por desgracia, de que la inmigración es un problema cuando en verdad es una solución a un problema que está por detrás de esos movimientos masivos de poblaciones”.
En opinión de Vargas Llosa, los emigrantes “tratan de escapar al infortunio, muchas veces a la opresión, a la discriminación y a la violencia y que buscan un lugar donde vivir en paz y realizar sus anhelos”, y que además inyectan “una sangre nueva llena de ilusiones y esperanzas en sociedades que la necesitan”.
Para el Nobel, “ese aporte debe ser bienvenido y facilitado con disposiciones e iniciativas que eviten los roces y las dificultades que produce siempre la adaptación de una comunidad en una nueva sociedad”.
Su próxima novela, “El héroe discreto”, verá la luz en septiembre con alusiones a su Perú natal.
“Es una novela situada en el Perú de nuestros días, una sociedad que está viviendo un periodo muy interesante de prosperidad y apertura de nuevas oportunidades, donde se está combatiendo la pobreza de una manera positiva y ese contexto de crecimiento y progreso también tiene sus problemas y ahí ocurre la historia de esta novela”, ha comentado a Efe.
A la hora de ser más explícito, ha señalado que “ocurren en dos ciudades peruanas a la que ha estado ligada toda mi experiencia como Lima y Piura, al norte del país”.
Vargas Llosa tiene su reflexión para la juventud que quiere optar por la escritura como medio de vida: “El que tenga una vocación debe tratar de sacarla adelante porque si no lo intenta será muy infeliz ya que una de las mayores razones de la infelicidad humana es no poder dedicar su tiempo a lo que a uno le gusta y tener que dedicarlas a actividades reñidas con lo que es su vocación”.
Por este motivo, ha enfatizado en que los jóvenes que tienen “amor” por la literatura deben “dedicarse y si lo hacen con disciplina, empeño y perseverancia a la larga encontrarán una manera de vivir, no desanimarse y pensar que la vocación que uno practica es lo mejor que puede haberle pasado en la vida y da mucha fuerza para resistir a la adversidad y superar todos los obstáculos que nos encontramos en la vida”.
Sobre su estancia en Ceuta ha apuntado su sorpresa por ver la convivencia en la ciudad de cristianos, musulmanes, hebreos e hindúes.
“También hay pequeñas comunidades asiático y todas coexisten en un ambiente de respeto, es un ejemplo para el mundo donde, por desgracia, estamos viendo como la intransigencia y el fanatismo provocan guerras y violencias y hacen la existencia de las naciones multirraciales sumamente difíciles”. EFE
El escritor peruano entiende que la cultura debe formar una parte “central o neurálgica de la educación, de la formación de las nuevas generaciones y no solo la difusión de la cultura es importante sino la preservación de la cultura como excelencia, creatividad o originalidad”.
Por ello, ha abogado por “combatir la idea de que la cultura debe ser un mero entretenimiento pasajero”.
El fenómeno migratorio, tan presente en España y sobre todo en ciudades fronterizas como Ceuta y Melilla, provoca también una alusión: “Hay que combatir el prejuicio tan extendido, por desgracia, de que la inmigración es un problema cuando en verdad es una solución a un problema que está por detrás de esos movimientos masivos de poblaciones”.
En opinión de Vargas Llosa, los emigrantes “tratan de escapar al infortunio, muchas veces a la opresión, a la discriminación y a la violencia y que buscan un lugar donde vivir en paz y realizar sus anhelos”, y que además inyectan “una sangre nueva llena de ilusiones y esperanzas en sociedades que la necesitan”.
Para el Nobel, “ese aporte debe ser bienvenido y facilitado con disposiciones e iniciativas que eviten los roces y las dificultades que produce siempre la adaptación de una comunidad en una nueva sociedad”.
Su próxima novela, “El héroe discreto”, verá la luz en septiembre con alusiones a su Perú natal.
“Es una novela situada en el Perú de nuestros días, una sociedad que está viviendo un periodo muy interesante de prosperidad y apertura de nuevas oportunidades, donde se está combatiendo la pobreza de una manera positiva y ese contexto de crecimiento y progreso también tiene sus problemas y ahí ocurre la historia de esta novela”, ha comentado a Efe.
A la hora de ser más explícito, ha señalado que “ocurren en dos ciudades peruanas a la que ha estado ligada toda mi experiencia como Lima y Piura, al norte del país”.
Vargas Llosa tiene su reflexión para la juventud que quiere optar por la escritura como medio de vida: “El que tenga una vocación debe tratar de sacarla adelante porque si no lo intenta será muy infeliz ya que una de las mayores razones de la infelicidad humana es no poder dedicar su tiempo a lo que a uno le gusta y tener que dedicarlas a actividades reñidas con lo que es su vocación”.
Por este motivo, ha enfatizado en que los jóvenes que tienen “amor” por la literatura deben “dedicarse y si lo hacen con disciplina, empeño y perseverancia a la larga encontrarán una manera de vivir, no desanimarse y pensar que la vocación que uno practica es lo mejor que puede haberle pasado en la vida y da mucha fuerza para resistir a la adversidad y superar todos los obstáculos que nos encontramos en la vida”.
Sobre su estancia en Ceuta ha apuntado su sorpresa por ver la convivencia en la ciudad de cristianos, musulmanes, hebreos e hindúes.
“También hay pequeñas comunidades asiático y todas coexisten en un ambiente de respeto, es un ejemplo para el mundo donde, por desgracia, estamos viendo como la intransigencia y el fanatismo provocan guerras y violencias y hacen la existencia de las naciones multirraciales sumamente difíciles”. EFE
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