EDUARDO BATTISTINI| EL UNIVERSAL
miércoles 31 de julio de 2013 12:00 AM
Mucho se ha hablado en los últimos 14 años del papel en la sociedad de los militares, calificativos que van desde los más ofensivos hasta los más halagadores, pero quizás la mayor discusión que se ha dado en torno a ellos es su "supuesto" privilegio como estamento militar dentro de la sociedad venezolana; se ha llegado a afirmar que ser militar prácticamente es señal de ser millonario o enchufado . Hoy quiero afirmar que esta realidad que muchas veces pensamos, no existe dentro de las FANB.
La mayoría de los mandos medios, tropa profesional, efectivos de bajo rango que son al final la mayoría que integran nuestras fuerzas armadas y algunos generales, no sólo son oficiales honestos sino que padecen y viven las mismas penurias que todas las familias venezolanas. He conversado con muchos de ellos que me han contado cómo hacen magia para poder rendir los salarios que devengan a los fines de poder lograr alimentar a sus familias, de poder pagar las escuelas de sus niños, los créditos de sus viviendas o vehículos, a esa fuerza armada, a esos oficiales que son miles, hay que respetarlos en toda la extensión de la palabra, para ellos también estamos luchando por conquistar una mejor Venezuela.
Pero es innegable que hay dentro de las FANB una cúpula que se enriquece y que sin duda sí ha pasado a formar parte de una clase privilegiada y lo que es peor aún le ha impregnado a nuestro cuerpo castrense una imagen de corrupción y falta de valores, a ellos, a esa cúpula la tenemos que condenar con toda la fuerza moral y republicana. Yo estoy orgulloso de nuestros militares honestos, los respeto y los reconozco como hermanos de esta patria de Bolívar; a los corruptos los reconozco como ¡traidores!
La mayoría de los mandos medios, tropa profesional, efectivos de bajo rango que son al final la mayoría que integran nuestras fuerzas armadas y algunos generales, no sólo son oficiales honestos sino que padecen y viven las mismas penurias que todas las familias venezolanas. He conversado con muchos de ellos que me han contado cómo hacen magia para poder rendir los salarios que devengan a los fines de poder lograr alimentar a sus familias, de poder pagar las escuelas de sus niños, los créditos de sus viviendas o vehículos, a esa fuerza armada, a esos oficiales que son miles, hay que respetarlos en toda la extensión de la palabra, para ellos también estamos luchando por conquistar una mejor Venezuela.
Pero es innegable que hay dentro de las FANB una cúpula que se enriquece y que sin duda sí ha pasado a formar parte de una clase privilegiada y lo que es peor aún le ha impregnado a nuestro cuerpo castrense una imagen de corrupción y falta de valores, a ellos, a esa cúpula la tenemos que condenar con toda la fuerza moral y republicana. Yo estoy orgulloso de nuestros militares honestos, los respeto y los reconozco como hermanos de esta patria de Bolívar; a los corruptos los reconozco como ¡traidores!
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