En pocas palabras. Javier J. Jaspe / Washington D.C.
En estos días en que tanto Estados Unidos como Venezuela celebran la fecha de su independencia, resulta afortunado tener la oportunidad de leer la singular obra que la escritora Marie Arana ha dedicado a Simón Bolivar (Bolívar, American Liberator, Simon & Schuster) publicada este año. Se trata de un texto en inglés de 600 páginas, donde la distinguida escritora, nacida en Perú y residenciada en Washington D.C., analiza en forma amena y con profundidad, los acontecimientos más importantes en la vida del procer venezolano que tanto dió e hizo por la independencia de varios países de la región latinoamericana, sometidos entonces al coloniaje de la corona Española.
Arana es ampliamente conocida como escritora en Estados Unidos, donde sus libros han sido premiados (American China) y gracias a la columna que asíduamente escribe en The Washington Post, sin mencionar que además se desempeña como consultora principal de la Biblioteca del Congreso. En el otoño del año pasado tuvimos oportunidad de verla en acción, con motivo de la feria del libro en Washington D.C., ya que le correspondió dialogar con el distinguido escritor, Mario Vargas Llosa, en uno de los actos centrales de este evento. Sinembargo, en aquél momento estábamos bien lejos de poder imaginarnos que tenía en preparación su lúcida obra dedicada a El Libertador, Simón Bolivar.
Digamos de entrada que la obra de Arana reúne una doble virtud, ya que se lee fluídamente como una novela, pero dista mucho de ser el resultado de la imaginación. Ésto, porque la misma es producto de una seria investigación de la autora, la cual le permite referirse a los más variados aspectos en la vida de Bolívar, con auxilio de abundantes fuentes que respaldan las opiniones y apreciaciones allí emitidas. Entonces, más que una obra literaria (aunque le sobra valor literario), se trata de un texto de la historia que allí se incluye. Por tanto, en nuestra opinión, no es uno más de esos libros a los que se han identificado bajo el rubro ambigüo de “novela histórica”, sino una verdadera obra de historia.
Resultaría una tarea bien árdua referirse en este artículo, a los muy diversos tópicos abordados por Arana en relación con la vida de Bolivar. Esta vez, preferimos concentrarnos en algunos de los aspectos relacionados con la declaratoria de la independencia de Venezuela ocurrida el 5 de julio de 1811, con motivo de cumplirse en este mes un año más de aquella fecha, así como con su consecuencia más importante, la pérdida de la Primera República a un año de su fundación, según el tratamiento que realiza la comentada autora:
- Miranda y no Bolivar fue el gran actor el 5 de julio. Para la época Bolivar todavía carecía de experiencia y distaba mucho de reunir las credenciales acumuladas por Francisco de Miranda en sus actividades pro-independentistas. Es cierto que el impetuoso discurso de Bolivar durante la sesión de la Junta Patriótica en la noche del 4 de julio de 1811, en favor de la declaratoria de independencia absoluta de España, tuvo un impacto decisivo a la hora de persuadir el ánimo de sus miembros, pero fue la intervención de Miranda en la reunión del Congreso en la mañana del 5 de julio de 1811, el detonante fundamental de la declaratoria de la independencia adoptada en horas de la tarde. Durante su intervención, Miranda, conocedor de primera mano de la situación europea, ilustró a sus colegas congresistas sobre las últimas noticias que anunciaban la derrota de Napoleón por el Duque de Wellington. España, dijo, pronto estará libre de Napoleón y los generales españoles podrán dedicar mayor atención a sus colonias para subyugarlas y eliminar los breves momentos de libertad que venían disfrutando recientemente, libertad que en el caso de Venezuela, valga la acotación, había tenido el pretexto de defender los derechos monárquicos de Fernando VII, luego del primer grito o proclamación de la independencia, el 19 de abril de 1810, en contra de Vicente Emparan. “Es la hora de actuar”, concluyó Miranda en su aludido discurso.
- Miranda subestimó a Bolivar al comandar las fuerzas del ejército patriotico. Luego de la derrotas sufridas por el Marqués del Toro en las ciudades de Coro y Valencia, el Congreso nombró a Miranda comandante de las fuerzas del ejército patriotico. Miranda habría puesto como condición que Bolivar fuese removido de su puesto como comandante de la milicia de Aragua. Este hecho no dejó de irritar a Bolivar, quien fue acogido por el Marqués del Toro, como su ayudante personal, distinguéndose en la campaña que expulsó las fuerzas realistas de Valencia, a pocos días de la declaratoria de la independencia. A pesar de su condicionamiento anterior y de su carácter arrogante, Miranda no dejó de reconocer el valor demostrado por Bolivar en esta campaña y así lo reportó al congreso.
- Miranda se desilusionó rápidamente de la fuerza militar que comandaba. Las fuerzas que le habían puesto a su disposición distaban mucho de parecerse en formación y disciplina a otras que le había correspondido dirigir en su larga carrera de guerrero. Es más, al ver que en las batallas se enfrentaba a otros venezolanos, sintió que en realidad se encontraba comandando una de las facciones de una guerra civil entre ciudadanos de un mismo país, ya que las fuerzas realistas estaban formadas mayormente por venezolanos. A este desaliento también contribuyó el perdón otorgado por el congreso a los líderes de las fuerzas enemigas que se habían insubordinado en contra de la nueva república, a quienes Miranda había pedido se les aplicara la pena capital.
- El terremoto de Caracas del 26 de marzo de 1812 sirvió para desanimar aún más a los patriotas, pero ayudó a templar el carácter firme de Bolivar frente a las adversidades. En efecto, al número de bajas en las filas patrióticas, ocasionado por la campaña emprendida por las fuerzas realistas comandadas por Domingo de Monteverde, se unió un alto contingente de venezolanos que padecieron bajo los efectos del terremoto. Bolivar se enfrentó al desánimo pregonado por quienes veían el terremoto como un castigo a la declaración de independencia, llamando a luchar en contra de la naturaleza aún cuando ésta se opusiera: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
- El congreso de Estados Unidos se negó a reconocer a Venezuela como república independiente y soberana. En atención a un mensaje del presidente James Madison, donde expresaba cierta simpatía por la causa independentista suramericana, el mensaje del congreso fue claro: Estados Unidos no estaba dispuesto a reconocer las puras declaraciones de independencia como una evidencia de que los países suramericanos se habían erigido en naciones plenas, ni a contribuir a que éstos llevaran adelante sus planes revolucionarios. Posiblemente, a esta actitud del congreso contribuyó el fracaso de la expedición de Miranda que desembarcó en Coro en 1806, la cual fue apoyada por algunas personalidades de EEUU.
- Miranda es nombrado dictador por el congreso pero vacila a la hora de actuar. Luego de que el Marqués del Toro lo rechazara, el congreso decidió nombrar a Miranda dictador para que salvara la república, ante el avance de las fuerzas de Monteverde sobre Valencia, la capital de entonces. Miranda ordenó la evacuación de Valencia y encargó a Bolivar de defender la ciudad de Puerto Cabello, nombramiento que éste no le satisfizo pues deseaba estar en las fuerzas de vanguardia encargadas de detener a Monteverde. A pesar de que las fuerzas comandadas por Miranda (6.000) casi triplicaban las de Monteverde (1.500), Miranda observó una conducta pasiva y se negó a iniciar una ofensiva retirándose a La Victoria en junio de 1812. Estando en esta ciudad, las tropas patriotas rechazaron con éxito las fuerzas de Monteverde, pero Miranda perdió la oportunidad de ordenar un ataque en gran escala que, según el criterio de los historiadores, habría salvado la república.
- Bolivar pierde Puerto Cabello y los realistas toman el Fuerte de San Felipe donde se concentraba el grueso de armas y explosivos de las fuerzas patriotas. Bolivar trató de resistir lo más posible a la sedición comandada por el segundo comandante del Fuerte, Francisco Vinoni, quien se pasó con sus tropas a las fuerzas realistas. También pidió auxilio a Miranda para defender la plaza, pero su petición llegó tarde a las manos de éste. Al final, Bolivar tuvo que huir a Borburata para embarcarse allí rumbo a la Guaira el 6 de julio de 1812. Había transcurrido apenas un año desde la declaración de independencia. Fuertemente avergonzado, Bolivar escribió una carta a Miranda donde se hace responsable de este fracaso, que al decir de este último había herido gravemente a Venezuela en el corazón.
- Miranda capitula frente a Monteverde. Con el desánimo que lo inundaba ante la evolución de los acontecimientos en la guerra con Monteverde, Miranda inicia conversaciones con el Maqrués de Casa León, Ministro de Hacienda de la nueva república, quien aconseja llamar a una reunión ese mismo día con otros miembros del gobierno patriota, incluidos Francisco Espejo, Juan Germán Roscio, José de Sata y Bussy y Francisco Antonio Paúl. En esta reunión, Miranda se refiere al cuadro desolador de Venezuela en la hora presente y sugiere que es tiempo de llamar a Monteverde a conversaciones en busca de un armisticio, lo cual es unánimemente apoyado. El 12 de julio de 1812 se inician estas conversaciones en Valencia. Mientras tanto, Miranda se asegura de tener un barco a su disposición en La Guaira y pide al Marqués de Casa León se le suministre la cantidad de 22.000 pesos para su viaje al exterior. El 25 de julio de 1812 se firman en Valencia los acuerdos de capitulación que dan fin a la primera república y al reinicio del sometimiento de Venezuela a la monarquía Española. Miranda proclama el final de la guerra y declara extinguido el ejército patriota.
- Bolivar detiene a Miranda y lo entrega en prisión. Los patriotas en Caracas, incluido Bolivar, se sienten traicionados por Miranda a quien acusan de haberse precipitado y no haber dado buen uso a las fuerzas militares que le habían sido confiadas. Adicionalmente, encuentran pruebas de que Miranda ha congelado la salida de barcos desde el Puerto de La Guaira, hasta que se produzca su partida, lo cual planeaba hacer el 30 de julio de 1812, donde ya se encontraría embarcado su equipaje desde hace quince días en el buque inglés HMS Saphire, junto con el dinero solicitado al Marqués de Casa León. En la madrugada del 1o. de agosto de 1812, luego de despertar a Miranda, quien dormía plácidamente en la sede de la Guipuzcoana en La Guaira, a cargo del Marqués de Casa León, Bolivar y sus aliados lo detienen y se lo confían a este último. El Marqués, quien secretamente se había pasado a las filas realistas, entrega a Miranda en prisión a Monteverde. Miranda continúa en prisión hasta su muerte en España en la carcel de La Carraca, localizada en las afueras de Cadiz, el 14 de julio de 1816. Bolivar se las ingenia para salir de Venezuela, gracias a la ayuda de Francisco Iturbe, un amigo de las filas realistas con ascendencia sobre Monteverde, y parte para Curazao el 27 de agosto de 1812. De allí continuaría viaje para ingresar a Nueva Granada y proseguir su lucha independentista, pero ésta es otra historia…
En pocas palabras, el Bolivar de Marie Arana, un libro que bien vale la pena leer y que viene a enriquecer con gran distinción la ya rica bibliografía sobre El Libertador, para ayudar a comprender los acontecimientos históricos que rodearon su vida en la admirable empresa que emprendió al servicio de la causa independentista de varios países latinoamericanos. Veremos…
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