Por Johan Rodríguez Perozo.-
La
historia electoral de Venezuela recoge diversas experiencias, acerca de
fenómenos electorales bien sea de candidatos o agrupaciones
partidistas. Se considera en esta clasificación a personeros o partidos
que, sin mayor trayectoria y raigambre política, se convirtieron
sorpresivamente en receptáculos de cotas electorales de importancia. Los
llamados “aluviones electorales” suelen ocurrir en circunstancias
disímiles atribuidas a movimientos complejos de la opinión pública.
Hasta la aparición en el ámbito electoral de la Cruzada Cívica Nacionalista, la
historia en este campo conoció de dos fenómenos representados en la
votación obtenida por Wolfgang Larrazabal, en las elecciones de 1958 y
la de Arturo Uslar Pietri y el FND en los comicios de 1963.
El proceso de
recomposición política de Venezuela, luego de la caída de la dictadura
encabezada por Marcos Pérez Jiménez y los inicios de la instauración del
proyecto democrático, vivió tiempos de turbulencia inéditos para la
época. A pesar de la solidez de los entendimientos derivados del Pacto de Punto Fijo,
como plataforma de acuerdos entre las principales fuerzas democráticas,
distintos factores y situaciones surgidas en ese tiempo atentaron
significativamente contra la estabilidad del sistema. Intentonas de
golpe de Estado, la subversión armada o lucha guerrillera, las
divisiones o escisiones sufridas por algunos de los principales partidos
y el clima de inestabilidad general de la época, probablemente
propiciaron los cambios en la cultura electoral de los venezolanos.
Aunque el fenómeno de votaciones inesperadas por candidatos y partidos
favorecidos, según los registros electorales, se manifestaron
fundamentalmente en la capital, sin embargo ello produjo resultados que
alteraron la conformación de algunos estamentos del Estado, como por
ejemplo, el Congreso Nacional. Es por ello, que las llamadas “votaciones
sorpresivas”, siempre fueron consideradas como una suerte de fenómeno
“caraqueño”.
El partido Cruzada
Cívica Nacionalista se fundó en el año 1963, pero fue en las elecciones
de 1968 cuando participó por primera vez en el proceso electoral.
Algunos de los fundadores de Cruzada Cívica Nacionalista, de destacada
actuación en la época, fueron Edwin Burguera y Rómulo Moncada. La misión
fundamental que se trazó esta agrupación fue la de rescatar la
influencia que, según sus fundadores, aún ejercía la imagen de Marcos
Pérez Jiménez en buena parte de la población. El partido buscaba,
además, rescatar los planteamientos e ideas políticas que dieron vida
al extinto Frente Electoral Independiente (FEI)inspirado
en la idea de Pérez Jiménez del Nuevo Ideal Nacional. Una Patria
próspera, digna y fuerte, capaz de transformar a Venezuela no sólo en el
aspecto físico sino además, en el plano de las condiciones morales e
intelectuales de los venezolanos. Los promotores del partido tomaron las
ideas de Pérez Jiménez, quien a su vez las tomó de su proceso de
formación en la Escuela Militar de Chorrillos en Perú. Los militares con
los cuales se codeó en esa etapa, promulgaban la idea según la cual la
institución militar era la llamada a dirigir los destinos de la sociedad
latinoamericana. Al menos era esa la proclama.
El mismo año de la
fundación, a Cruzada Cívica Nacionalista le tocó vivir la prueba de
fuego como partido político. En agosto de ese año, por gestiones del
gobierno de Rómulo Betancourt, Pérez Jiménez fue extraditado desde
Estados Unidos con la finalidad de enjuiciarlo en el país. Sentenciado a
cuatro años de prisión, por haber incurrido en delitos de peculado y
malversación, fue recluido en la Cárcel Modelo de Caracas. Una vez
liberado, Pérez Jiménez se residenció en España, para nunca más regresar
a Venezuela.
No obstante el tránsito
tortuoso vivido por el líder inspirador de la organización política, sus
principales mentores se prepararon para entrar en liza en la campaña
para las elecciones de 1968. Ese año, convulso y complejo, lleno además
de acontecimientos políticos diversos, significó para la Cruzada Cívica
Nacionalista un debut relativamente exitoso. Paralelamente a las
complicaciones derivadas de la tercera división de AD, lo cual dio
origen al Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) de Luis Beltrán Prieto; a
la creación del frente político y electoral integrado por URD, FND y
MENI, en apoyo a Miguel Ángel Burelli Rivas, más la incursión electoral
de los antiguos guerrilleros sometidos a la política de pacificación, a
través del UPA, la Cruzada Cívica Nacionalista, aunque no apoyó ninguna
de las candidaturas presidenciales, si presentó sus propias listas para
integrar el Congreso Nacional. Los resultados electorales rindieron sus
primeros frutos. En el siguiente cuadro, se puede observar el número de
Senadores y Diputados del Congreso, tal como fue la distribución de
acuerdo con los votos obtenidos por los diferentes partidos concurrentes
a las elecciones:
Año
|
Electores
|
Sen.
|
Dip.
|
Partidos
|
Senad.
|
Diput.
|
1968
|
3.907.823
|
52
|
214
|
AD
|
19
|
66
|
COPEI
|
16
|
59
|
||||
MEP
|
5
|
25
|
||||
CCN
|
4
|
21
|
||||
URD
|
3
|
18
|
||||
FDP
|
2
|
10
|
||||
UPA
|
1
|
5
|
||||
FND
|
1
|
4
|
||||
PRIN
|
1
|
4
|
Cono se puede inferir de
los números anteriores, Cruzada Cívica Nacionalista se convirtió en el
fenómeno electoral de esos comicios. Emulando la figuración anterior de
Larrazabal y Uslar Pietri, esta vez asumió el rol de partido receptor de
aproximadamente 400.300 votos, lo cual le permitió colocarse en el
cuarto lugar, con una buena cantidad de parlamentarios elegidos por el
voto popular. De esta manera, el llamado perezjimenismo validó
el hecho democrático con la participación en las elecciones. Es de
resaltar que se le atribuye a la presentación de la candidatura de
Marcos Pérez Jiménez, como candidato a senador por Caracas, una de las
razones de la alta votación obtenida, dado que fue en esta entidad donde
obtuvo la cifra mayor de votos a favor de esta agrupación política. Al
igual que para el resto de los partidos, las de 1968 serían las últimas
elecciones en las cuales se utilizó las tarjetas separadas y
“ensobradas”. La de CCN era una tarjeta cuyo color de fondo rojo servía
de marco a la imagen o silueta de la cara de un indio, emulando a los
aborígenes venezolanos. La tarjeta identificaba las siglas del organismo
electoral y la fecha de la elección, y de manera oblicua, el nombre del
partido con la imagen del indio en el centro del motivo.
Pérez Jiménez resultó
elegido como Senador, pero una acción judicial promovida por AD y otros
partidos, logró que la Corte Suprema de Justicia anulara la elección,
alegando las mismas razones que conllevaron al enjuiciamiento anterior.
Edwin Burguera y Rómulo Moncada, en su condición de máximos
representantes de la CCN, en entrevista con Sofía Ímber y Carlos Rangel
en Radio Caracas Televisión, el día viernes 11 de abril de 1969,
expresaron la posición del partido frente a la inhabilitación a Pérez
Jiménez como senador electo al Congreso Nacional, sentenciada por la
Corte Suprema de Justicia: “El
9 de abril de 1969 (fecha de la sentencia de la Corte Suprema que anuló
la elección de Pérez Jiménez), quedará como una fecha trágica para la
democracia venezolana. El 9 de abril de 1948, dijo Burguera, fue
asesinado en Bogotá el gran líder Jorge Eliécer Gaitán; el 9 de abril de
1969, cuatro accióndemocratistas, disfrazados de jueces, asesinaron la
democracia venezolana. Allá, al asesino lo descuartizó el pueblo; aquí,
han quedado descuartizados moralmente”.
Seguramente, porque ya
tendrían un plan en ese sentido y conscientes de la importancia de la
votación obtenida, los líderes antes mencionados agregaron a su
declaración, lo que probablemente fue un acto premonitorio: “Con
esto acaban de hacerle un pedestal al general Pérez Jiménez y preparan
el éxito de su candidatura presidencial en 1973. Hubiera sido, sin
embargo, preferible que pudiera incorporarse al Senado para que mostrara
al país otra faceta de su personalidad: su capacidad para el diálogo, a
la vez que hubiera demostrado una voluntad implacable de denunciar a
quienes han hipotecado al país, porque estamos de acuerdo en que la
democracia merece ser pagada a alto precio, pero a Venezuela le ha
costado demasiado cara”.
El partido no se arredró
y optó por desarrollar una política desde el parlamento, con base a lo
cual buscó ampliar la base de apoyo lograda en las elecciones. Desde la
instancia parlamentaria respaldó al gobierno de Rafael Caldera, quien al
haber obtenido una victoria sumamente estrecha en votos, no pudo
hacerse con la mayoría parlamentaria para su partido. Una alianza a
nivel parlamentario, con el apoyo fundamental de CCN, permitió aislar a
AD como primera fuerza, a objeto de la elección de las directivas de las
Cámaras. Este episodio ocurrido en el ámbito parlamentario, quizás sea
uno de los hechos más notorios de los cuales se conozca en la historia
del Congreso Nacional. Resalta como hecho histórico, porque fue la
primera ocasión en la que AD como partido mayoritario, además de perder
el poder del gobierno, también perdió el control de la instancia
parlamentaria. Todo ello, con el concurso de una de las agrupaciones
consideradas, por razones obvias, de las adversarias más radicales.
Como aliado estratégico
del gobierno de Caldera, la CCN mantuvo el ritmo político y electoral.
En este sentido, de cara a las elecciones presidenciales pautadas para
el año 1973, la organización se dispuso a presentar la candidatura de
Marcos Pérez Jiménez para la Presidencia. No obstante haber apoyado al
gobierno de Caldera, sin embargo, el partido Copei no tuvo ningún
complejo en apoyar a AD en la promoción de una enmienda constitucional
mediante la cual se declaró, de manera retroactiva, la inhabilitación de
Pérez Jiménez como candidato. Con base a las mismas razones por las
cuales fue enjuiciado y que fueron utilizadas también para anular su
elección como Senador de la República, Pérez Jiménez quedó impedido de
participar en las elecciones como candidato presidencial. De tal manera
que, en vista de la imposibilidad de participar políticamente en
Venezuela, éste decidió quedarse en Madrid con lo cual hizo de España su
residencia definitiva. No obstante la inhabilitación de Pérez Jiménez
como candidato presidencial, la Cruzada Cívica Nacionalista logro elegir
en esta ocasión 1 senador y 7 diputados al Congreso.
Luego de estas
incursiones políticas y electorales, la Cruzada Cívica Nacionalista
intentó sobrevivir en el entramado político partidista nacional. Pero la
suerte política ya no sería la misma y aunque muchos candidatos
persistieron en buscar el apoyo público de Pérez Jiménez en elecciones
posteriores, el partido se mantuvo incólume en su posición. Para las
elecciones de 1978 presentaron la candidatura propia de Pablo Salas
Castillo, con la cual marcaron el proceso de decadencia de la
agrupación. Salas Castillo apenas obtuvo 6.000 votos, lo cual resultó
una cifra irrisoria y muy por debajo de las expectativas del partido.
Posteriormente, la CCN hizo mutis por el foro en materia electoral y
reapareció en las elecciones de 1988 con la candidatura del militar
retirado Luis Hernández Campos, quien apenas logra la cantidad de 2.500
votos aproximadamente. La última candidatura con la cual se decretó la
desaparición definitiva del escenario político y electoral, fue la de
Carmen de González, quien obtuvo 860 votos en las elecciones 1993. La
última batalla electoral con la cual intentaron obtener un puesto en el
parlamento, la dieron en alianza con los partidos OPINA, Movimiento
Republicano y Presencia Vecinal.
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