Gustavo Coronel
Henrique:
Deseo comentar su entrevista aparecida hoy en www.noticierodigital.com .
Usted
continúa utilizando su voz y liderazgo para arremeter contra la
oposición que piensa diferente a usted. Si usted se fija bien, la
oposición que tomó la calle no lo combatió a usted. Combatió y combate
al régimen. Le pregunto: Por qué usted dialoga con el régimen y hostiga a
la oposición que no piensa como usted? Y, es que, además, sus
argumentos son débiles, Henrique. Usted dice, al referirse a quienes
abogaron por la salida: “No
nieguen lo que somos, porque hay gente que quiere negar lo que es, y lo
que somos es pacíficos. Ni tú vas a tomar un fusil para que las cosas
cambien ni yo lo voy a tomar. La única vida que estoy dispuesto a
arriesgar es la mía”.
Dice
usted esto para garantizarle a Maduro que usted jamás tomará las armas
contra el régimen. Es decir, se congracia con Maduro, aun cuando los
partidarios de la salida no han tomado ni planifican tomar las armas. Se
vacuna usted en salud contra toda posibilidad de insurgencia abierta y
reitera su adhesión al evento electoral como la única manera de
acelerar la salida del régimen.
Henrique,
si Bolívar en la plaza central de su Caracas hubiese dicho lo que usted
dice, todavía estaría Venezuela bajo el dominio español. Pero él no
dijo eso. Dijo que debíamos luchar contra la tiranía y la opresión en
todos los terrenos y con todas las armas disponibles.
Pero usted repite: “No
pretendo llegar al poder en base a la lucha violenta; no creo en ella,
porque lo que se logra con violencia solo se puede defender con
violencia”. Y agrega: “en el seno de la oposición hay mensajes en ese
sentido, al menos de intolerancia… se parecen mucho a los del
Gobierno”.
Henrique:
usted se empeña en hacer profesión de pacifismo y en regañar a parte de
la oposición, cuando nadie en la oposición democrática está
propiciando la violencia sino el pleno ejercicio de sus derechos. Se
obstina usted en antagonizar a la oposición en lugar de antagonizar
decididamente al gobierno, con cuyos representantes se ha sentado usted a
hablar y a tomar el té.
Henrique, menciona usted que la gente le dice en la calle: “‘Mire, usted ganó las elecciones, no las cobramos y las cobraremos’. El cambio se va a cristalizar (…); está
como cantado que vendrá el cambio, para lo cual se requiere consolidar el respaldo electoral popular”. No
es el pueblo el que debe decirle a usted que va a cobrar. Es usted
quien ha debido liderar el cobro en su momento, en lugar de quedarse
callado. Y añado: para cuando sea el voto el que rescate a Venezuela,
sin presiones de calle, es poco lo que quedará por rescatar.
Agrega usted, Henrique, que: “La
confrontación no es el pueblo contra el pueblo, es contra los que están
en el Gobierno, esa cúpula corrupta que hoy está en el poder”. Pero
el problema radica, Henrique, en que usted no lo está haciendo, no está
confrontando al gobierno los 364 dias del año sino que solo
lo quiere hacer el día de las elecciones, con el mismo CNE y con el
mismo ejército corrupto vigilándolo, con la misma andanada de
propaganda y ventajismo oficial. Perdone usted, Henrique, pero la
confrontación con este régimen de hampones que nos destruye todos los
días no puede darse una vez al año, tiene que darse todos los días. Y
usted no lo hace, usted comparte su liderazgo oposicionista con su tarea
de gobernar en Miranda. Esa dualidad lo enfrenta – no lo envidio – con
un conflicto permanente entre lo que quisiera realmente decir y lo que
no puede decir, so riesgo de que su labor en la gobernación se vea
impedida
Dice usted: “Yo
no acompañé (La Salida) y si volviera a surgir tampoco la
acompañaría”, advirtiendo sobre una estrategia que juzgó de
“completamente equivocada, [pues] tiene un problema de fondo y es que no
convoca a la mayoría de los venezolanos, que son los que viven en los
barrios de los sectores populares”. La protesta, Henrique, como
en todos los países del mundo, se inicia generalmente entre la clase
media y luego se extiende al grueso de la población. Venezuela no es una
excepción, sobre todo por la cantidad de dinero petrolero utilizado
para comprar conciencias a los más pobres y vulnerables al bozal de
arepas. Pero, más grave aún, Henrique, usted se permite dar clases de
civismo a quienes están presos por hacer lo que creían necesario: “no fomenten el odio. Venezuela requiere de justicia y no venganza”.
Su ataque es desconsiderado, Henrique, pues se hace en contra de
compatriotas quienes actuaron de acuerdo a su conciencia, con el
apoyo de miles de venezolanos y han estado dispuestos a pagar el
precio. La salida fue clave para debilitar profundamente al régimen y
para lograr que la opinión pública internacional condenara y condene
casi unanimemente al régimen. Eso no lo logró usted, yéndose tranquilo a
su casa después de haber sido despojado de la presidencia. Y ahora el
nuevo Secretario general de la MUD dice: “La noticia es que la MUD se va
a la calle”. No es ello, acaso, una negación de su liderazgo paciente y
edulcorado?
Menciona
usted, Henrique, a Nelson Mandela y dice que cometió el error de
plantear la lucha armada estando preso. Usted comete un grave error,
Henrique. Mandela se planteó la lucha armada antes de ir preso y esa
lucha continuó mientras estuvo preso. Fue solamente al lograr la
victoria que se mostró magnánimo y conciliador, no mientras estuvo en la
lucha. Usted pretende mostrarse magnánimo y conciliador mientras es
víctima del régimen. Eso no es magnanimidad, Henrique, eso es
majaretismo.
En
reciente entrevista Américo Martín se dolía que yo estuviera criticando
a la MUD y a Henrique Capriles, cuando debiera propiciar la unidad.
Pero, Américo, que difícil es no reaccionar contra este tipo de
declaraciones de quien pretende ser uno de nuestros líderes!
No comments:
Post a Comment