Por
David Placer @dplacer (Madrid).-
Escotet ha hecho un negocio redondo
con la compra del banco gallego hoy conocido como Abanca, el referente
histórico de la banca en esa comunidad autónoma. Algunos sectores
financieros ya hablan de un “pelotazo”, es decir, una inversión privada
que garantiza beneficios estratosféricos casi siempre gracias a ayudas
públicas.
Escotet
se comprometió a comprar Abanca por mil millones de euros en diciembre
del año pasado. Pero hasta cinco meses después, no había pagado ni un
sólo euro. Fue en mayo cuando efectuó el primer desembolso: 400 millones
de euros, casi la misma cantidad que los beneficios generados durante
los seis primeros meses de gestión venezolana (440 millones de euros).
Es decir, la compra de Abanca tiene músculo propio y las ganancias
apenas comienzan.
Los
auditores de Deloitte han estimado que el banco de Escotet ya vale más
del doble de lo que se comprometió a pagar por él. De los 1.000 millones
pactados con el gobierno español, la entidad ha disparado su valor
hasta los 2.600 millones de euros. La misma firma también calcula que el
primer banco comprado por Escotet en España, el Etcheverría, tiene un
valor de unos 100 millones de euros. El cálculo del valor de ambas
entidades no es un estimado a trazo grueso, sino que se ha hecho luego
de un análisis detallado que la ley española obliga a ejecutar antes de
una fusión con un auditor independiente.
Si la
entidad gallega mantiene su desempeño financiero durante el primer
semestre, acumulará unos beneficios de 800 millones de euros por sus
operaciones en 2014. La ganancia será suficiente para que Escotet
afronte con máxima comodidad el segundo pago por Abanca: 100 millones de
euros a mediados del próximo año. Así, tendrá liquidez de sobra para
asumir los 200 millones en 2017 y los 300 millones restantes en 2018.
La
entidad gallega fue rescatada por el gobierno español con una inyección
que superó los 9.000 millones de euros, además de liberarla de activos y
préstamos tóxicos que fueron asumidos por el llamado “banco malo”, la
entidad que se tragó todos los activos envenenados durante la crisis
financiera española.
Pese a
que liquidez parece que no falta, Banesco emitirá el próximo mes 270
millones de euros en bonos convertibles con una rentabilidad sin
parangón en el mercado español: 10%. Es un retorno equivalente a
inversiones de alto riesgo. Pero Escotet y otros accionistas, como
Miguel Ángel Marcano y Javier Luján, quieren demostrar seguridad en la
operación y han comprado el 40% de los bonos.
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