El líder opositor Leopoldo López es el preso político más vigilado y hostilizado por las autoridades venezolanas que le han cercenado los derechos humanos más elementales. Pese a la severidad de su cautiverio, concedió una entrevista a ABC con un cuestionario escrito. El ex alcalde Chacao está por cumplir, el 18 de febrero, un año en la cárcel militar de Ramo Verde, a 30 minutos en coche desde Caracas. El Gobierno lo acusa de instigar la violencia por proponer «la salida» del presidente Nicolás Maduro.
-¿Qué opina de las negociaciones que han hecho algunos partidos, como la opositora Mesa de la Unidad Democrática, MUD, con el gobierno para tener cargos en el Concejo Electoral y el máximo tribunal?
-Graves y lamentables. Graves por su miopía y lamentables por haberlas hecho a espaldas, en primer lugar, de los venezolanos que queremos un cambio y, en segundo lugar, del resto de la organizaciones que formamos parte de la MUD como cuerpo. Pero además, es claro que fueron totalmente ineficaces.
-¿Cómo percibe la situación de la MUD y su liderazgo en ella?
-La MUD es una institución que debe entenderse como lo que es, una alianza de partidos, pero en ella no se agota la oposición y mucho menos la unidad. La MUD es una institución necesaria y tiene que estar en permanente revisión y fortalecimiento.
-¿Peligra la unidad de la MUD?
-No lo creo. Las organizaciones políticas hemos construido con mucho esfuerzo la MUD que se caracteriza principalmente por su pluralidad. En su seno hacen vida varios partidos y movimientos políticos, todos ellos con sus colores e ideas, pero unidos con un solo fin: encaminarnos hacia la mejor Venezuela. En el marco de esa pluralidad es natural y hasta saludable que salgan y se discutan públicamente las diferencias.
-¿Esas diferencias chocan entre quienes buscan un cambio rápido y otros lento?
-Hoy hay quienes creen en mecanismos como la constituyente y en que debemos salir de este desastre lo más rápido posible por la vía constitucional y los que plantean esperar hasta el 2019. De esas diferencias salió fortalecida la MUD, la unidad y la oposición, a pesar de que muchos, como sucede hoy, decían que la unidad se dividiría.
-¿La cárcel ha afectado su liderazgo dentro de la oposición?
El día que me presenté ante la justicia injusta que hay en mi país
dije que si mi encarcelamiento valía para el despertar de un pueblo, lo
asumía completamente. Hoy creo que millones de venezolanos y el mundo
entero tienen absolutamente claro a lo que nos enfrentamos y ese es el
paso fundamental para lograr un cambio. A las injusticias se les planta
la cara con decisión, sin miramientos ni recelos, ni cálculos. Si la
cárcel ha afectado mi liderazgo o no, no lo creo importante, lo que
puedo afirmar es que sé que cuando salga en libertad estaré más fuerte
de alma, mente y cuerpo. Saldré fortalecido espiritualmente y sin
rencor. El odio, el resentimiento es lo que ha llevado que nuestro país
esté estancado.
-¿Qué pasó con «La Salida»?
-«La Salida» como propuesta política está más vigente que nunca. Al punto que algunos compañeros de la unidad que se mostraron críticos con ella hoy afortunadamente la reivindican aunque no la llamen así, que en verdad no es lo importante. Hoy el 80% de los venezolanos quiere un cambio y el 60 por ciento pide que Maduro renuncie.
-¿No es muy fuerte pedir la salida a un gobernante?
-Este planteamiento que presentamos al país hace un año se denomina así porque busca mostrarle a los venezolanos que si existe una salida a toda la crisis política, social y económica que vive nuestro país. Lo hemos dicho claramente, la salida es un planteamiento político frente al desastre que vive nuestro país y el sufrimiento de nuestro pueblo.
-¿Pero la protesta no ha impulsado un cambio de sistema ni la renuncia presidencial?
-No es cierto que consista solamente en intentar un cambio de sistema por medio de la protesta. La propuesta de la salida concibe la protesta popular constitucional, pacífica y no violenta como vía necesaria para activar cualquier mecanismo constitucional porque estamos frente a una dictadura que no le va a regalar nada a la sociedad democrática. Presión popular mediante la protesta pacífica y no violenta y activación de los mecanismos constitucionales es el planteamiento central de «La Salida».
-¿La crisis económica terminará echando a este régimen?
-En un sistema democrático con elecciones periódicas, transparentes y competitivas sin duda la economía y el desempeño de un gobierno en esta materia tienen un peso fundamental para cambiar a un gobierno. Pero este no es el caso de Venezuela.
-¿Cuál es entonces?
-En Venezuela hay una dictadura. Nosotros hemos hecho un esfuerzo pedagógico para que los venezolanos tomen conciencia sobre el tipo de régimen al que nos estamos enfrentando. Y nuestro pueblo es muy sabio. Hoy cerca del 60% de los venezolanos afirma que no estamos viviendo en un sistema democrático.
-¿La crisis económica puede producir un cambio político?
-No es cierto que sólo el deterioro económico y social sea el factor determinante para el cambio político. Allí está el ejemplo de Cuba, que para Venezuela no es un ejemplo teórico, ni lejano, sino más bien conductor. Más de cincuenta años de un deterioro económico descomunal y en paralelo la consolidación del régimen.
-Las organizaciones internacionales y ex
presidentes apoyan y piden su liberación, ¿qué hace falta para que el
gobierno lo ponga en libertad?
-Es cuestión de tiempo. No me he
fijado plazos. Sé que voy a salir en libertad. Está claro que cada día
se le hace más insostenible a Maduro mantenerme injusta y
arbitrariamente privado de libertad. No sólo los organismos más
importantes a nivel mundial sobre derechos humanos se han pronunciado
sobre nuestro caso exigiendo mi libertad y la de todos los presos
políticos en Venezuela. El 80% de los venezolanos, según recientes
sondeos de opinión, cree en nuestra inocencia.
-¿Qué le parece la reanudación de las relaciones entre EEUU y Cuba?
-Es un paso positivo hacia la convergencia de los pueblos y gobiernos en el continente. Crea una expectativa, que está por valorarse en el tiempo, de que Cuba pueda abrirse cada vez más y se den los cambios democráticos que tanto reclama el pueblo cubano. Por otro lado, lamento ver cómo, mientras esto sucede, mi país se aísla cada vez más del concierto internacional por su actuación antidemocrática y violatoria de los derechos humanos.
-¿Cómo ve las sanciones de EEUU contra los funcionarios venezolanos que han violado los derechos humanos?
-La reacción de Maduro y su cúpula corrupta fue tratar de manipular diciendo que esas sanciones eran contra el pueblo y el país. No, son contra los corruptos y violadores de derechos humanos. Maduro está muy lejos de representar al pueblo y al país. Nuestro pueblo no se verá afectado en lo más mínimo por estas sanciones.
-¿Cómo cree que saldrá este gobierno en medio de la tempestad que se avecina?
-Espero que esta tempestad traiga un nuevo amanecer sin los corruptos y represores en el poder. Esto supone liderazgo para que la activación del pueblo y la Constitución, pueda lograr este cambio de manera legítima, pacífica y democrática que es lo que buscamos y deseamos. Y así será.
-¿Qué opina del canje que planteó Nicolás Maduro sobre usted al gobierno de EEUU?
-Esa propuesta de Maduro evidencia nuestro carácter de preso político. Actúa como un jefe guerrillero proponiendo intercambiar rehenes. También que él controla todo el proceso judicial contra mí y pone en evidencia lo que me planteó hace un año y yo no acepté: su deseo de que abandonara Venezuela. Eso no sucederá jamás.
-Cuenta con una mujer y familia valientes, ¿cuál es su mensaje a los venezolanos?
-Mi principal bastión de apoyo ha sido mi esposa Lilian, mis hijos y mis padres. Si antes de este proceso estaba enamorado de mi esposa, hoy lo estoy mucho más. Mi mensaje a los venezolanos: hoy es particularmente grave la situación de nuestro pueblo por la escasez de alimentos y medicinas. El venezolano, sin distinción de clases social o de ideología, es sometido a largas colas bajo el sol y la lluvia por el desabastecimiento. Los invito a ver en la adversidad una gran oportunidad. Una oportunidad para el cambio que dependerá de nuestra capacidad de organizarnos, unirnos y movilizarnos políticamente.
Una entrevista confiscada dos veces
Nunca había sido tan costoso conseguir una
entrevista como la de Leopoldo López. Desde el mismo día en que se
entregó a las autoridades, el pasado 18 de febrero, he solicitado
entrevistar al líder del partido Voluntad Popular pero ha sido un camino
empedrado lleno de obstáculos. El 26 de abril de 2014, el fotógrafo
David Maris y yo acompañamos a su esposa Lilian Tintori hasta la puerta
de la prisión militar de Ramo Verde. Los guardias nos retuvieron durante
tres horas sin explicación alguna y confiscaron la cámara del
fotógrafo.
El ensañamiento con que los carceleros han tratado al líder
Leopoldo López es de antología. Le revisan todo papel, libreta y
bolígrafo que entra y sale de su celda. Nuestra entrevista tipo
cuestionario fue confiscada en dos ocasiones después de haberla escrito
con su puño y letra -también dos veces-, hasta que pudo salir por los
caminos verdes. Su trazo es menudo pero firme como si escribiera una
chuleta para un examen o una rendija por donde filtrar su manuscrito.
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