En: http://www.el-nacional.com/opinion/ganan-pierden_0_547745282.html
Guillermo Cochez
La geopolítica nos ha enseñado que los hechos internacionales siempre
tienen su razón de ser, muchas veces ignoradas por las grandes
mayorías. Sin embargo, estos sucesos afectan no solo a los que
participan directamente en ellos, caso del anuncio de restablecimiento
de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, sino también a otros actores
de la vida internacional.
Definitivamente que el romper el hielo
existente por más de 53 años beneficia más que todo a los dos
protagonistas principales. A Cuba, porque se le permite reincorporarse
al mundo que existía antes de la emergencia de Fidel Castro en la vida
de su país, aunque con parámetros distintos, que implicarán en cierta
forma renegar algunos de los principios de la inicial revolución. Ello
conllevará una serie de oportunidades que los cubanos nunca encontraron
ni con la presencia soviética y mucho menos con la gran ayuda de
Venezuela. Tendrán acceso a un universo de cosas a las que solo tenían
acceso a través de la televisión y de lo que les contaban quienes los
visitaban.
La inyección económica que recibirá Cuba tendrá que ir
de la mano del bienestar de la población, no solo en sus condiciones de
vida, sino en el respeto a sus derechos humanos y el mejoramiento de las
condiciones políticas de todos. Los ojos de mundo se posarán ahora en
lo que haga el régimen cubano para adaptarse en mejor forma a esta gran
apertura a la que se enfrenta desde el inicio de la Revolución cubana.
Por
el lado de Estados Unidos las ventajas serán, particularmente, en el
acceso económico que sus productores agrícolas e industriales tendrán al
mercado cubano, vetado por tantos años. Pero en la parte política gana
mucho porque desarma el discurso antiimperialista liderado por Cuba
durante tantos años y seguido por unos segundones que lo aprendieron
mal, como es el caso de Maduro, Evo, Cristina, Correa y Ortega. La
decisión cubana, que me imagino no fue consultada con ninguno de sus
pares del ALBA, a pesar de que días antes se celebraba en La Habana el X
aniversario de la fundación de la polémica agrupación, echada de menos
desde la muerte de Chávez. Esa bandera del bloqueo a Cuba desaparece y,
con ello, las excusas para renegar de Estados Unidos. Pudo Vietnam
reconciliarse con sus mortales enemigos, no lo iba a hacer Cuba a solo
90 millas de distancia de sus costas.
Pero hay otros ganadores.
Países como Canadá, factor importante en el acercamiento, aumentará su
presencia económica en la isla, al haber sido de los pocos que nunca
dejó de estar allí, particularmente en el sector minero. España, por
igual, tendrá más posibilidades que otros por esa misma razón, sobretodo
en el sector turístico.
También la participación del papa
Francisco en lo ocurrido fortalecerá el papel de la Iglesia Católica en
Cuba, que de seguro será el faro a seguir en los cambios a venir para la
población, favoreciendo al mismo tiempo a otras iglesias que
disfrutarán de mejor clima para la realización de sus actividades
pastorales.
Panamá, por igual, por el comercio que regularmente
realizaba con Cuba, al desaparecer el bloqueo podrá suplir a la isla de
muchos más productos a través de la Zona Libre de Colón, hoy tan
golpeada por la deteriorada situación venezolana y por las trabas de
Colombia.
En fin, creo que el panorama se ve, como dirían los
gringos como un “win-win”, donde todos son ganadores. En esto, como en
cualquier cosa, siempre hay excepciones molestas, y en esta ocasión será
la desnudez con que han dejado al régimen de Nicolás Maduro y sus
compinches, ahora más solo que nunca, cuando hasta los cubanos se han
cambiado, de ser los guías de la izquierda latinoamericana a ser ahora
los líderes del pragmatismo capitalista, tan criticado hasta hace poco
por algunos pelafustanes como Nicolás Maduro.
*Embajador de Panamá en OEA 2009-2013
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