En: http://www.lapatilla.com/site/2015/02/24/el-made-in-mexico-reina-en-hollywood-o-no/
México rebosó de orgullo el domingo con el triunfo de Alejandro
González Iñárritu (“Birdman”) en la gala de los Óscar pero, retirada la
alfombra roja, se pregunta si ha significado la consagración de su cine o
de una generación dorada empujada a emigrar.
por Carola Solé/AFP
Para sorpresa de muchos, González Iñárritu no sólo ganó los premios a
Mejor Película y Guión sino que -desbancando por completo a la odisea
fílmica de “Boyhood”- acabó haciéndose también con la estatuilla a Mejor
Dirección sólo un año después de que su amigo y compatriota Alfonso
Cuarón hiciera historia consiguiéndola por “Gravedad”.
“Quizás el año que viene el gobierno (de Estados Unidos) deba imponer
reglas migratorias a la Academia porque dos mexicanos ganando en años
consecutivos es sospechoso”, ironizó el cineasta, de 51 años, al recibir
la más famosa distinción del mundo del cine, que también premió por
segundo año consecutivo a su director de fotografía mexicano Emmanuel
Lubezki.
Afincado en Los Ángeles desde hace 12 años, González Iñárritu siguió
el camino de sus amigos Cuarón y Guillermo del Toro, que también
cruzaron “al otro lado” (como los mexicanos llaman a Estados Unidos) a
inicios de la década de 2000 buscando una alternativa a las difíciles
condiciones para hacer cine en México.
Y, lo cierto, es que los llamados “The Three Amigos” y Lubezki han
visto reconocido su talento en la influyente industria estadounidense
lejos de cualquier prejuicio y con películas rodadas fuera de su tierra
natal, con millonarios presupuestos, y estrellas de Hollywood como Sean
Penn, quien en la ceremonia le gastó una polémica broma sobre su permiso
migratorio.
- Limitantes de hacer cine en México -
La lluvia de premios “es un reconocimiento a cineastas mexicanos en
Hollywood. Por desgracia no trabajan en México porque los presupuestos
del país no alcanzan para sus visiones”, considera el crítico y
exdirector de la Cineteca Nacional de México (2006-2010), Leonardo
García Tsao.
El afamado actor Demián Bichir, también afincado en Hollywood y
nominado al Oscar por “A Better Life” (2011), coincide con que Estados
Unidos ha sido un terreno de acogida y crecimiento para los mexicanos.
“El que es buen gallo donde sea canta. Iñárritu y Cuarón encontraron
en Estados Unidos el nicho ideal para desarrollar sus ideas. Escogieron
el sitio más competido en donde abundan los grandes cineastas y han
explotado su talento universalmente”, dijo Bichir a la AFP.
El diferencial de los mexicanos en Hollywood se encuentra en su
“sello de autor” y en “una mirada crítica, un arrojo formal y una
ambición artística que muchos otros cineastas en Estados Unidos no
tienen”, estima García Tsao.
El atrevimiento, el tratamiento de temas muy presentes en la cultura
mexicana, como la familia o la religión, y un gusto por la fantasía
influenciado por la literatura del realismo mágico son también otros
aspectos clave para su éxito, consideran los expertos.
- Lejos y cerca de México -
Si bien algunos mexicanos les achacan haberse desmarcado de la dura
realidad del país, los directores han demostrado con gestos y hechos un
compromiso personal más allá de sus películas.
González Iñárritu no se olvidó el domingo de sus compatriotas y,
dedicándoles sus Óscars, hizo votos para que México tenga finalmente “el
gobierno que merece”, al tiempo que pidió “dignidad y respeto” para los
inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
El presidente Enrique Peña Nieto defendió este lunes que su gobierno
trabaja para que México “tenga los mejores espacios, para que cada
individuo pueda escribir sus historias personales de éxito”.
Hace unas semanas, Iñárritu firmó un manifiesto junto con Cuarón y
Del Toro pidiendo justicia por la desaparición y presumible masacre de
43 estudiantes a manos del narcotráfico mientras que, en abril, Cuarón
mandó una carta abierta al presidente Enrique Peña Nieto pidiéndole
explicaciones por la reforma con la que abrió el nacionalizado sector
petrolero a la iniciativa privada.
Con Hollywood rendido a “Los Tres Amigos”, el cine mexicano vive un momento especialmente dulce.
Más allá de las grandes producciones, una floreciente hornada de
cineastas que reivindican lo autóctono y abordan temas espinosos como el
narcotráfico o la migración en películas de corte independientes están
siendo aclamados en los más prestigiosos festivales internacionales.
El último en hacerlo fue Gabriel Ripstein, que ganó la semana pasada
el premio a la mejor ópera prima en la Berlinale (Alemania) por “600
millas”, sumándose a los reconocimientos conseguidos el año pasado por
Amat Escalante en Cannes (Francia) o Fernando Eimbcke en San Sebastián
(España).
“Es un momento afortunado para el cine mexicano”, celebra García Tsao. A
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