Marianella Salazar
12 Diciembre, 2012
Se nos negó a los venezolanos el derecho incuestionable a una información veraz y completa del diagnóstico médico presidencial, que inhabilitaba al presidente Chávez para asumir a plenitud la campaña electoral, sin embargo, asumió el costo de la candidatura presidencial a costa de su vida y acortó su tiempo restante. La salud del mandatario es un asunto de Estado, incumbe a todos los venezolanos porque su desenlace puede arrastrarnos a situaciones turbulentas e impredecibles.Efectos devastadores.
Los que creyeron de buena fe que estaba curado del cáncer, como aseguró reiteradamente en su campaña, sufrieron una tremenda conmoción al presenciar las caras de circunstancias del presidente de la Asamblea Nacional y del vicepresidente-canciller que arropaban al presidente Chávez en la cadena del sábado pasado, cuando delegó el poder en manos del vicepresidente y admitió que podría quedar inhabilitado para asumir su próximo mandato. Chávez conjuró por ahora la lucha a muerte entre los sectores del chavismo que pugnan por el control del poder político, económico y militar, tuvo que poner en marcha un mecanismo sucesorio y designó a su heredero político. Vio cualidades suficientes en Nicolás Maduro para sustituirlo que no reconoce en Diosdado Cabello y mucho menos en José Vicente Rangel, que quería pasar a la historia como el autor de la transición pacífica. La guerra silente por controlar feudos que consideran vitales continuará en el PSUV. Cabello domina un importante sector militar y tiene un peso específico, además del supuesto poder económico que le atribuyen. Es difícil que el chavismo sin Chávez sobreviva. Aunque el caudillo había dicho que después de él sucedería un diluvio, hace lo imposible por salvar del naufragio a la revolución bolivariana. Cree que el chavismo permanecerá con diferentes tendencias, como sucedió en Argentina con el peronismo.
Tic tac Golpismo. El avispero provocado en sectores de la Fuerza Armada por el tema de la sucesión presidencial, esta siendo analizado por la contrainteligencia militar: “Militares opuestos a Chávez quieren formar una junta cívico-militar, con un gabinete formado por nuevos líderes políticos del chavismo light y de la oposición. Pretenden que las elecciones no se realicen en 30 días sino en un año, para dar tiempo a que surja un nuevo líder político y sacar de raíz al chavismo radical”.
Oposición. Nicolás Maduro, candidato oficial del PSUV y de los hermanos Castro, tendrá que medirse en unas elecciones presidenciales el próximo año con el candidato de oposición, que todavía no tiene nombre ni apellido. El resultado de las elecciones en el estado Miranda, este domingo, será determinante para saber si Capriles tendrá una nueva oportunidad o si pasó su momento político. Una segunda derrota de Capriles es plomo en el ala para enfrentar a Maduro. La candidatura presidencial es un tema urgente en la MUD.
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