En: http://www.lapatilla.com/site/2014/09/20/fausto-maso-circo-sin-pan/
Fausto Masó
Primer caso en la historia de las revoluciones, algo que no
imaginaron Robespierre, ni Lenin ni Fidel Castro, algo que no ha
ocurrido nunca. A la revolución venezolana le interesa darle al país
circo, mucho circo, y nada de pan. Falta hasta la canilla, sobra el
circo, circo malo, pero circo al fin. No hay dólares para medicinas,
importar insumos para las industrias, pero los hay para que los equipos
de beisbol paguen a los jugadores internacionales. Esta revolución se
cuida de advertir que habrá whisky en diciembre. A un enfermo de cáncer
le faltan las medicinas, cierran industrias por falta de divisas, pero
sigue el espectáculo de siempre, con jugadores importados, claro. Hay,
pues, circo.
¿A Nicolás Maduro le hubiera hecho más daño una temporada de beisbol
mediocre que la falta de medicinas? Pues, parece que así lo piensa.
¿Tendrá razón?
Lo que va de ayer a hoy; aquel Castro melodramático que asaltó el
cuartel Moncada, hoy se retrata en un escenario hogareño con este Maduro
preocupado por darle circo a la gente. Le cayeron encima los años a
Castro y se volvió cómplice del simulacro venezolano. Veremos los juegos
de pelota por televisión, mientras los enfermos se mueren.
Esas son las prioridades de esta revolución. Circo, no pan ni
medicinas, solo que hoy los chavistas están muy molestos, lo que no los
vuelve antichavistas, ni adecos, ni de Primero Justicia, por una razón:
la oposición no presenta una alternativa a esta catástrofe, el país oye
su crítica y concluye que Maduro no es Chávez. Maduro no hace otra cosa
que ensalzar a Chávez sin decir nunca quién es él, ni qué le propone a
Venezuela. Los chavistas se han vuelto antimaduristas, pero el país no
está imaginando un nuevo modelo económico, nadie se lo propone.
En Cuba caló profundamente la lectura de Martí con su vago discurso
revolucionario, su exigencia de una Cuba nueva. Fidel Castro fue un
lector empedernido del “apóstol” y de su mensaje antinorteamericano, los
que lo conocieron de joven recuerdan que repetía de memoria discursos,
cartas, artículos de Martí, no de Lenin o de Marx. Martí, un hombre
noble, no admitía términos medios, prefirió buscar la muerte, suicidarse
en realidad, a aceptar que los caudillos militares dirigieran la lucha
por la Independencia, practicó el patria o muerte. En su defensa por el
ataque al cuartel Moncada, Castro proclamó ante el tribunal: “Parecía
que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se
extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha
muerto… hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a
su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el
alma de la patria”.
Hay que alegrarse de que Venezuela no sea una copia al carbón de
Cuba, sino un simulacro, una parodia, sin fusilamientos ni actos
heroicos, como enviar soldados a combatir al África o Asia.
Maduro no habla de Bolívar y solo le ofende que critiquen a Chávez,
trata de aparecer mucho en televisión para disminuir su impopularidad.
No le sirve de nada, sigue en caída libre. Maduro debe preocuparse de
los propios chavistas, no de la oposición. Cualquier visita a los
barrios, o al interior de Venezuela, comprueba el hondo malestar que
invade al país y que no tiene expresión política. La gente está harta de
Maduro, pero sigue siendo chavista. ¿Cómo hacer para que corran a
inscribirse en AD, PJ o VP? No les atrae mucho el espectáculo de la
pelea de gatos de la oposición.
Mientras tanto unos quieren hacer una constituyente y otros señalan
lo obvio, la cercanía de las elecciones para la Asamblea. No habrá
constituyente, y a este paso falta ya poco tiempo para escoger los
candidatos de la oposición. En la MUD no encuentran reemplazo a Aveledo.
Cosa que no llama la atención de los chavistas que no tragan a Nicolás
Maduro, por eso quizá la ocurrencia de entregarles dólares directamente a
las comunas. Otra locura. Palos de ciego.
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