VALENTÍN ARENAS AMIGÓ
| EL UNIVERSAL
lunes 22 de septiembre de 2014 12:00 AM
La MUD que agrupa a los
partidos democráticos ha dicho reiteradamente que para salir de este
régimen su vía es la electoral. Excelente y consecuente con la cultura
democrática del pueblo venezolano. ¿Pero en qué consiste una elección?
Cuando se trata de nombrar servidores públicos nacionales, regionales o
municipales, el acto electoral consiste en que el soberano pueblo
expresa su voluntad y designa a los funcionarios que lo van a gobernar.
Cuando se vive en una democracia el árbitro se convierte en vocero del
pueblo que de esta manera se autogobierna. Pero cuando se vive en una
autocracia en ocasiones el Gobierno utiliza las elecciones como
"careta" para simular que existe la democracia que no practica.
El próximo año tendremos elecciones parlamentarias como también las tuvimos en el año 2005 cuando previamente se cambiaron las circunscripciones electorales y de esta manera se produjo el fenómeno revolucionario de que los candidatos del régimen con menos votos obtuvieron la mayoría de los diputados. Milagros que hace la revolución que así burló a través de un instrumento que es propio de la democracia como son las elecciones la voluntad soberana del pueblo venezolano. El resultado proclamado fue después ampliamente difundido no así la integración parcializada del CNE y la modificación de los circuitos electorales que fueron los verdaderos ganadores.
El antecedente de las elecciones del 2005 obliga ahora a la MUD a exigir que sea designado un árbitro imparcial o mejor uno parcializado a favor de la voluntad popular para que dirija transparentemente el proceso electoral del año próximo. De esta manera el pueblo volverá a escoger a quienes lo van a gobernar como sucede en cualquier verdadera democracia. No basta que se celebren elecciones diez veces en el mismo año, se necesita que el convocante y árbitro electoral respete y proclame a los candidatos que el pueblo seleccione. Por eso no se explica el retardo que existe en el nombramiento de ese nuevo árbitro imparcial que se necesita para poder afirmar que en Venezuela existe una verdadera democracia participativa donde el pueblo es quien gobierna y no un solo ciudadano que dice después ser "el intérprete" de la voluntad popular lo que confirma la propaganda oficial cuando le añade a todas los ministerios del Estado las siglas P.P. anunciando de esta manera que la soberanía popular fue burlada a través de un árbitro parcializado convertido nada menos que en vocero de ese pueblo burlado.
Que la MUD busque en la vía electoral la salida para la situación actual es lo correcto pero siempre que las elecciones parlamentarias del próximo año sean el instrumento confiable para conocer la voluntad del soberano y no para simular con el P.P. la voluntad del pueblo burlada. O el soberano pueblo de Venezuela puede expresarse con la garantía de que su voluntad será proclamada o el régimen estará confesando que la vía electoral es un acto de simulación democrática y el soberano masivamente en la calle sustituirá esta vía practicando el Artículo 350 de la Constitución. Recordemos que en el 2005 de manera irregular se controló la Asamblea y a través de ese control los restantes poderes del Estado quedaron también controlados. Esto no puede repetirse más. Basta de simulación democrática.
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
El próximo año tendremos elecciones parlamentarias como también las tuvimos en el año 2005 cuando previamente se cambiaron las circunscripciones electorales y de esta manera se produjo el fenómeno revolucionario de que los candidatos del régimen con menos votos obtuvieron la mayoría de los diputados. Milagros que hace la revolución que así burló a través de un instrumento que es propio de la democracia como son las elecciones la voluntad soberana del pueblo venezolano. El resultado proclamado fue después ampliamente difundido no así la integración parcializada del CNE y la modificación de los circuitos electorales que fueron los verdaderos ganadores.
El antecedente de las elecciones del 2005 obliga ahora a la MUD a exigir que sea designado un árbitro imparcial o mejor uno parcializado a favor de la voluntad popular para que dirija transparentemente el proceso electoral del año próximo. De esta manera el pueblo volverá a escoger a quienes lo van a gobernar como sucede en cualquier verdadera democracia. No basta que se celebren elecciones diez veces en el mismo año, se necesita que el convocante y árbitro electoral respete y proclame a los candidatos que el pueblo seleccione. Por eso no se explica el retardo que existe en el nombramiento de ese nuevo árbitro imparcial que se necesita para poder afirmar que en Venezuela existe una verdadera democracia participativa donde el pueblo es quien gobierna y no un solo ciudadano que dice después ser "el intérprete" de la voluntad popular lo que confirma la propaganda oficial cuando le añade a todas los ministerios del Estado las siglas P.P. anunciando de esta manera que la soberanía popular fue burlada a través de un árbitro parcializado convertido nada menos que en vocero de ese pueblo burlado.
Que la MUD busque en la vía electoral la salida para la situación actual es lo correcto pero siempre que las elecciones parlamentarias del próximo año sean el instrumento confiable para conocer la voluntad del soberano y no para simular con el P.P. la voluntad del pueblo burlada. O el soberano pueblo de Venezuela puede expresarse con la garantía de que su voluntad será proclamada o el régimen estará confesando que la vía electoral es un acto de simulación democrática y el soberano masivamente en la calle sustituirá esta vía practicando el Artículo 350 de la Constitución. Recordemos que en el 2005 de manera irregular se controló la Asamblea y a través de ese control los restantes poderes del Estado quedaron también controlados. Esto no puede repetirse más. Basta de simulación democrática.
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
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