Quienes mandan en los países que durante décadas han mantenido el recuerdo de la Guerra Fría en el Caribe son hombres. Pero las manos encargadas de comenzar el deshielo son las de Roberta Jacobson y Josefina Vidal, con larga trayectoria en el terreno de la diplomacia.
Por
Alicia Hernández @por_puesto.-
Una estudió en la Universidad de Brown. La otra en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú. La primera habla con el español con un dejo inglés y marca la ‘z’ como si fuera ‘s’, al estilo latino. La segunda, habla inglés con el acento de quien se crió en Las Antillas. Y ambas, Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, y Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, no son primerizas en la diplomacia. Ahora son las responsables de llevar los acuerdos que profundicen el encuentro entre el país del norte y la isla.
Roberta Jacobson estuvo dos años en el Centro para el Desarrollo Social y Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. De ahí, pasó en 1988 al Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Entre los años 94 y 96 vino la primera oportunidad de tocar el tema antillano desde la coordinación de la Oficina de Asuntos Cubanos. No fue hasta 2000 que tuvo su primer destino en el exterior: en Perú ocupó el cargo como ministra consejera de la embajada. Trató con otro país de habla hispana desde la dirección de la Oficina de Asuntos Mexicanos al poco tiempo de salir de Perú y hasta 2007, pasa luego pasar a la Subsecretaría para Canadá y México hasta que en 2010 llegó a su destino actual, donde primero fungió como Secretaria Adjunta y, desde 2012, como Subsecretaria.
”Como elemento central de nuestra política, presionamos al gobierno cubano para que mejore las condiciones de los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión”, dijo Jacobson.
“Cuba no responde bien a la presión”, apuntó días después Josefina Vidal. También agregó que su país tiene “ experiencias interesantes que mostrar y compartir en lo que se refiere al disfrute de los derechos humanos, no solo en nuestro país, sino que hemos contribuido también, muy modestamente, a la mejoría de los derechos humanos en otros países del mundo y a las condiciones de vida de muchos pueblos del mundo”.
Josefina Vidal es experta en Estados Unidos. Fue la primera investigadora sobre el tema en la Universidad de La Habana. Sus labores diplomáticas empezaron en los ochenta. De 1990 a 1997 estuvo en la embajada de Cuba en Francia. Luego ocupó el cargo de especialista principal de la Dirección de América del Norte de la Cancillería. De 1999 a 2003 fue primera Secretaria de la Sección de Intereses de Cuba en Washington. Entró a la institución de la que ahora y desde 2012 es directora general en 2004, como subdirectora.
“Cuba ha dicho que sería difícil concebir un restablecimiento de relaciones mientras permanezca en la lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional”, dijo Vidal en una rueda de prensa el pasado 22 de enero.
La respuesta de Jacobson llegó días después también en declaraciones a la prensa: “Una comisión está estudiando la inclusión de Cuba en esa lista”.
Jacobson es la enviada de más alto nivel que pisa Cuba en décadas. Pero no es la primera vez. Ya en enero de 2011 estuvo en La Habana en la cuarta ronda de diálogo migratorio entre ambos países. Vidal tampoco es una persona extraña en Estados Unidos. En 2013, por ejemplo, en un evento en la Universidad de Columbia, se le presentaba como una “negociadora confiable”, también como una sofisticada estudiosa y, lo más resaltable, una persona “con notables resultados en la apertura de posibles relaciones entre Estados Unidos y Cuba”. Quién sabe si ya por ese entonces su perfil estaba marcado para el acercamiento entre ambos países.
A pesar de la tarjeta de presentación que tienen las dos diplomáticas, pausadas, amables, cordiales, cada una parece tener una postura firme en los puntos clave para sus países. “No abandonaré a la oposición cubana”, dijo Jacobson en una entrevista con el Miami Herald. También dejó claro que “negociaciones no constituyen concesiones”. Y tal vez la más dilapidaría: “no tenemos ilusiones sobre ese gobierno (el cubano)”. Vidal dejó claro en declaraciones a la prensa que “Cuba no renunciará a sus principios”. También criticó que Jacobson se reuniera con disidentes porque “ese grupo no representa a la sociedad cubana”.
El deshielo puede comenzar, pero parece que aún queda mucho para el calor fraterno.
Una estudió en la Universidad de Brown. La otra en el Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú. La primera habla con el español con un dejo inglés y marca la ‘z’ como si fuera ‘s’, al estilo latino. La segunda, habla inglés con el acento de quien se crió en Las Antillas. Y ambas, Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, y Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, no son primerizas en la diplomacia. Ahora son las responsables de llevar los acuerdos que profundicen el encuentro entre el país del norte y la isla.
Roberta Jacobson estuvo dos años en el Centro para el Desarrollo Social y Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. De ahí, pasó en 1988 al Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos. Entre los años 94 y 96 vino la primera oportunidad de tocar el tema antillano desde la coordinación de la Oficina de Asuntos Cubanos. No fue hasta 2000 que tuvo su primer destino en el exterior: en Perú ocupó el cargo como ministra consejera de la embajada. Trató con otro país de habla hispana desde la dirección de la Oficina de Asuntos Mexicanos al poco tiempo de salir de Perú y hasta 2007, pasa luego pasar a la Subsecretaría para Canadá y México hasta que en 2010 llegó a su destino actual, donde primero fungió como Secretaria Adjunta y, desde 2012, como Subsecretaria.
”Como elemento central de nuestra política, presionamos al gobierno cubano para que mejore las condiciones de los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de reunión”, dijo Jacobson.
“Cuba no responde bien a la presión”, apuntó días después Josefina Vidal. También agregó que su país tiene “ experiencias interesantes que mostrar y compartir en lo que se refiere al disfrute de los derechos humanos, no solo en nuestro país, sino que hemos contribuido también, muy modestamente, a la mejoría de los derechos humanos en otros países del mundo y a las condiciones de vida de muchos pueblos del mundo”.
Josefina Vidal es experta en Estados Unidos. Fue la primera investigadora sobre el tema en la Universidad de La Habana. Sus labores diplomáticas empezaron en los ochenta. De 1990 a 1997 estuvo en la embajada de Cuba en Francia. Luego ocupó el cargo de especialista principal de la Dirección de América del Norte de la Cancillería. De 1999 a 2003 fue primera Secretaria de la Sección de Intereses de Cuba en Washington. Entró a la institución de la que ahora y desde 2012 es directora general en 2004, como subdirectora.
“Cuba ha dicho que sería difícil concebir un restablecimiento de relaciones mientras permanezca en la lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional”, dijo Vidal en una rueda de prensa el pasado 22 de enero.
La respuesta de Jacobson llegó días después también en declaraciones a la prensa: “Una comisión está estudiando la inclusión de Cuba en esa lista”.
Jacobson es la enviada de más alto nivel que pisa Cuba en décadas. Pero no es la primera vez. Ya en enero de 2011 estuvo en La Habana en la cuarta ronda de diálogo migratorio entre ambos países. Vidal tampoco es una persona extraña en Estados Unidos. En 2013, por ejemplo, en un evento en la Universidad de Columbia, se le presentaba como una “negociadora confiable”, también como una sofisticada estudiosa y, lo más resaltable, una persona “con notables resultados en la apertura de posibles relaciones entre Estados Unidos y Cuba”. Quién sabe si ya por ese entonces su perfil estaba marcado para el acercamiento entre ambos países.
A pesar de la tarjeta de presentación que tienen las dos diplomáticas, pausadas, amables, cordiales, cada una parece tener una postura firme en los puntos clave para sus países. “No abandonaré a la oposición cubana”, dijo Jacobson en una entrevista con el Miami Herald. También dejó claro que “negociaciones no constituyen concesiones”. Y tal vez la más dilapidaría: “no tenemos ilusiones sobre ese gobierno (el cubano)”. Vidal dejó claro en declaraciones a la prensa que “Cuba no renunciará a sus principios”. También criticó que Jacobson se reuniera con disidentes porque “ese grupo no representa a la sociedad cubana”.
El deshielo puede comenzar, pero parece que aún queda mucho para el calor fraterno.
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