Está en marcha un profundo reacomodo del sistema mediático venezolano en
términos de la propiedad de medios de comunicación y, salta a la vista, en
materia del reajuste de sus líneas editoriales. Públicamente han cambiado de
manos la Cadena Capriles, Globovisión, El Universal y ahora Notitarde
Andrés Cañizales
Como suelen decir los abogados,
la venta del diario Notitarde es un hecho público y
notorio. Desde mi punto de vista es un nuevo capítulo, dentro de una telenovela
que todavía está lejos de terminar y cuyo final, lamentablemente, no tenemos
indicios de cómo se manifestará.
Hay señales claras, sí, de que
está en marcha un profundo reacomodo del sistema mediático venezolano en
términos de la propiedad de medios de comunicación y, salta a la vista, en
materia del reajuste de sus líneas editoriales. Públicamente han cambiado de
manos la Cadena Capriles (ahora rebautizada como Grupo Últimas
Noticias),Globovisión, El Universal y
ahora Notitarde.
Con menos escándalo algunos
medios regionales han tenido reacomodos accionarios, especialmente en medios
que tienen un capital de origen más diverso. Hay varias consideraciones sobre
esto que ya podemos llamar una tendencia en el país.
Los medios son un negocio.
Efectivamente los medios de comunicación en tanto empresas son parte de
dinámicas empresariales, en las cuales caben perfectamente las compras y
ventas. Llaman poderosamente la atención algunos detalles. Quienes aparecen
comprando los medios no provienen del mundo mediático y eso es significativo.
En la Venezuela actual un medio
de comunicación es un negocio pero también es un dolor de cabeza. La prensa
tiene acceso restringido al papel para imprimir, los anuncios han caído
producto de la propia contracción económica, el Estado es el principal anunciante
publicitario del país y asigna a discreción los avisos para favorecer a los
suyos, e informar en Venezuelano es tarea fácil. Con este cuadro cualquiera se
pregunta por qué comprar un medio de comunicación hoy.
Todos los medios vendidos eran
muy críticos del gobierno. Con excepción de la otrora Cadena Capriles, estas
transacciones han involucrado a medios con una clara línea editorial de crítica
al gobierno. Fue así en Globovisión, en El
Universal y ahora en Notitarde.
Cabe preguntarse si existen
agendas subalternas para trastocar esa línea, suavizarla. Los hechos vienen a
demostrar que eso ha ocurrido, hasta ahora, en todos los cambios de dueño. Globovisión cambió
radicalmente, la primera página de El Universal de hoy
poco tiene que ver con la de hace un año.
Incluso en la Cadena Capriles se
produjo un desmantelamiento de la unidad de investigación que tantos dolores de
cabeza le producía al director Eleazar Díaz Rangel, con sus reportajes de fin
de semana.
En todos los casos, antes de
Notitarde, se dijo que se respetaría el trabajo de los periodistas y la línea
editorial y eso terminó siendo una falsa promesa, posiblemente destinada a
evitar una desbandada masiva e inmediata de personal que terminara colocando en
riesgo las operaciones de los medios comprados.
Capitales cebolla. Si usted comienza a pelar una
cebolla son capas y capas antes de llegar a su corazón. Así está pasando con
estos capitales que compran medios de comunicación en Venezuela. Hay
empresarios que aparecen como compradores, luego se develan otras figuras
detrás de las transacciones, que en realidad son operadores o testaferros de
los testaferros.
Con los medios no sólo se compra
un negocio, para generar ganancias, sino que principalmente se adquiere una
manera de hacer política, de intervenir en la discusión pública, no tengo la
menor duda de que intereses de políticos están detrás de todo. Ya llegará la
hora en que se descubran las verdaderas agendas detrás de estas transacciones.
Una hipótesis final. Quienes compran medios de
comunicación en la Venezuela de hoy están blindándose para cuando ya no estén
en el poder.
EL
PEOR AÑO
El 2014 fue el peor de los últimos 20 años para la libertad de expresión en Venezuela, con casi 580 violaciones, según un informe difundido por Espacio Público. Es la cifra más alta registrada en Venezuela de los últimos 20 años. En 2013, esa misma organización había reportado 220 casos de violación de la libertad de expresión en el país, mientras que en 2012 la cifra fue de 169.
El 2014 fue el peor de los últimos 20 años para la libertad de expresión en Venezuela, con casi 580 violaciones, según un informe difundido por Espacio Público. Es la cifra más alta registrada en Venezuela de los últimos 20 años. En 2013, esa misma organización había reportado 220 casos de violación de la libertad de expresión en el país, mientras que en 2012 la cifra fue de 169.
El aumento de la cifra en los últimos
dos años coincide con la llegada de Nicolás Maduro a la Presidencia, recuerda
Carlos Correa, director de Espacio Público. Las agresiones e intimidación a
periodistas, reporteros gráficos o periodistas ciudadanos constituyen la
segunda y tercera forma de violación entre los casos registrados, sólo después
de los hechos de censura.
Vía Tal Cual
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