En pocas palabras. Javier J. Jaspe / Washington D.C.
Las publicaciones del fin de semana nos trajeron la noticia sobre el nuevo viaje del teniente-coronel Hugo Chávez Frías a Cuba, con el fin de someterse a otra operación quirúrgica relacionada con el cancer que ha venido padeciendo, según sus propias declaraciones. Dado el hermetismo que tanto Chávez como los hermanos Castro han mantenido sobre la enfermedad del primero, a raíz de estas noticias, el posible desenlace de esta situación en Venezuela es de una gran incertidumbre, rodeada de un sinfín de especulaciones. Algunos de los escenarios posibles en torno a este tema nos merecen los breves comentarios siguientes.
El primer escenario, es el del llamado “milagro divino”, mediante el cual, bajo el amparo de los Castro, Chávez tendría la oportunidad de regresar al país, esta vez completamente curado del cancer, para asumir el período presidencial que arranca el próximo 10 de enero de 2013. En su reciente alocución en cadena al país, Chávez destacó que la providencia divina lo había beneficiado con muchos milagros en su carrera política, librándolo de peligros y brindándole protección en el desarrollo de su indicada enfermedad, la misma que esperaba seguir disfrutando con motivo del nuevo trance quirúrgico que debía enfrentar en Cuba para vencer el supuesto cancer que padece.
Llama la atención, posiblemente debido a serios conflictos entre los diferentes bandos que se disputan el poder en el seno del chavismo, entre ellos, el grupo moderado de Nicolás Maduro, el ala militarista comandada por Diosdado Cabello y el sector radical donde concurren ciertos commandos anarquistas, el hecho ostensible de que, a pesar de las alabanzas al Vicepresidente Nicolás Maduro y su designación como su posible sucesor, en caso de que se de el segundo escenario descrito más adelante, Chávez no haya encargado a Nicolás Maduro de la presidencia de la República mientras dure su permanencia en Cuba. Así también lo ha confirmado el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, quien ha manifestado al país que el viaje de Chávez a Cuba no constituye una ausencia temporal, a los efectos previstos en el artículo 234 de la constitución, por lo que éste sigue ejerciendo sus funciones como presidente de la república.
El nuevo viaje de Chávez para curarse en Cuba, también tendría como propósito, el de despertar el sentimiento de lástima en los votantes chavistas, quienes han mostrado desgano en concurrir a votar en las elecciones para gobernadores del próximo 16 de diciembre, logrando así no solo retener las gobernaciones en manos de copartidarios chavistas, sino también conquistar algunas gobernaciones de importantes estados actualmente en manos de la oposición democratica, como son los casos de Carabobo, Miranda, Táchira y Zulia. Un Chávez repotenciado y con un apoyo aplastante de gobernaciones de estados en manos chavistas, para emprender con mayores bríos la profundización del castro-comunismo en Venezuela, estaría en el centro del dial de los objetivos perseguidos en el escenario del milagro divino.
El segundo escenario, denominado como “la sucesión chavista”, se produciría en caso de que Chávez muera o quede inhabilitado para ejercer la presidencia de Venezuela como consecuencia de su señalada enfermedad. En este escenario, Chávez informó al país, y especialmente a los votantes chavistas, en una declaración que no ha dejado de producir ronchas entre los indicados bandos del chavismo y que pueden dar lugar a fracturas de significación, que en caso de que deban celebrarse elecciones para la designación de un nuevo presidente, su inequívoca y absoluta preferencia se inclina por la elección del Vicepresidente, Nicolás Maduro, quien por cierto, para ser candidato en tales elecciones debería renunciar a la Vicepresidencia, según lo exige el artículo 229 de la constitución.
Aunque no resulta posible prever con anticipación el momento en que el escenario de la sucesión chavista pudiese ocurrir, es importante tomar en consideración que la regulación constitucional en Venezuela (Artículo 233) permitiría distinguir al menos las siguientes hipótesis, en el caso de la sucesión de Chávez, según que su muerte o inhabilitación se produzca en los siguientes lapsos temporales:
(i) si es antes del 10 de enero de 2013, fecha en que Chávez debe tomar posesión como presidente de la republica para su nuevo período, al Vicepresidente (actualmente, Nicolás Maduro) le correspondería ejercer la presidencia (Artículo 233, último párrafo), debiendo procederse a realizar una elección dentro de los 30 días siguientes para designar un nuevo presidente; caso en el cual y mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente, la presidencia correspondería ejercerla al presidente de la Asamblea Nacional (actualmente Diosdado Cabello) (Artículo 233, segundo párrafo);
(ii) si es después del 10 de enero de 2013 y Chávez se posesiona, habría que distinguir dos variantes: (a) si se produce en los primeros cuatro años del nuevo período presidencial de Chávez, habría que proceder a una nueva elección dentro de los treinta días siguientes y la presidencia le correspondería ejercerla al Vicepresidente mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente, quien luego desempeñaría la presidencia por el resto del período presidencial (Artículo 233, tercer y cuarto párrafos); y b) si ocurre en los dos últimos años del período presidencial, correspondería al Vicepresidente ejercer la presidencia por el resto que queda de dicho período (Artículo 233, último párrafo).
Por supuesto, que a la oposición democratica le tocaría jugar un papel de primer orden en el desenvolvimiento de cualquiera de los escenarios antes descritos. Aunque resultaría prematuro adelantar comentarios sobre este papel en alguna de las elecciones que deberían convocarse para elegir un nuevo presidente, en el escenario de la sucesión de Chávez arriba descrito, no es aventurado indicar que en este supuesto, la oposición democratica debería hacer lo posible por mantenerse unida, capitalizar y potenciar el nada despreciable caudal electoral (6 y medio millones de votos) obtenidos en las elecciones del pasado 7 de octubre (7O). En este contexto, sin que nos quede duda alguna, el nombre de Henrique Capriles, al lado del de otros distinguidos venezolanos, destaca entre los posibles candidatos a ser considerados.
Un comentario adicional sería de rigor, pues, como se dijo, Venezuela está llamada a celebrar elecciones para la designación de gobernadores de los estados, el próximo domingo 16 de los corrientes (16D). Este hecho obliga a considerar el posible efecto que el nuevo viaje de Chávez a Cuba pueda tener en tales comicios, en lo que atañe a los electores favorables a los candidatos a gobernadores de la oposición democrática. En este sentido, basados en la idea de que el segundo escenario arriba descrito abriría la posibilidad de celebrar nuevas elecciones para presidente de la República, nos inclinamos por pensar que el aludido viaje de Chávez puede servir de estímulo para contrarrestar cierta apatía observada en dichos electores en el curso del proceso electoral en curso.
Efectivamente, el posible desenlace de la enfermedad de Chávez en unas eventuales elecciones presidenciales podría mover al electorado opositor con mayor fuerza a votar para mantener las gobernaciones que actualmente ejerce la oposición, y hasta a aumentar su cuota de poder conquistando gobernaciones en estados adicionales, como plataforma para tales elecciones presidenciales. Por otra parte, antes que el efecto que se pretendería lograr en los votantes chavistas con el escenario del milagro divino, arriba descrito, mucho me temo que en virtud de que parte importante del voto en favor de Chávez el 7O se obtuvo gracias a la presión que ejerció el gobierno, mediante regalos, amenazas y la operación remolque, sería igualmente posible que muchos de estos votantes, al verse engañados por Chávez, quien aseguró estar completamente sano de cancer hace apenas unas pocas semanas, opten por abstenerse de votar o decidir votar en favor de los candidatos a gobernadores postulados por la oposición democratica.
En pocas palabras, el anuncio del viaje de Chávez a Cuba para someterse a una nueva intervención quirúrgica y la designación de Nicolás Maduro como su posible sucesor, en caso de muerte on inhabilitación, plantea una situación de incertidumbre sobre el desenvolvimiento del actual cuadro politico venezolano en los tiempos inmediatos. Entre los escenarios que se vislumbran, destacan la posibilidad de un supuesto nuevo milagro que permita a Chávez regresar triunfante y curado al amparo de los Castro, para continuar en su empeño de implantar el comunismo en Venezuela., o el desencadenamiento de su muerte o inhabilitación, caso en el cual se daría lugar a la celebración de nuevas elecciones según lo prevé el texto constitucional. En cualesquiera de estos escenarios, incluidas las elecciones para gobernadores de estados del próximo domingo 16, corresponderá a la oposición democratica desempeñar un papel de primer orden para el restablecimiento de la libertad y la democracia en Venezuela. Veremos….
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