Tuesday, December 24, 2013

Ahora es más ilegítimo

En: http://www.eluniversal.com/opinion/131224/ahora-es-mas-ilegitimo

GUSTAVO BRICEÑO VIVAS| EL UNIVERSAL
martes 24 de diciembre de 2013 12:00 AM
Las verdaderas democracias se caracterizan porque cumplen con variados elementos que en todas convergen en dos situaciones muy concretas. Primeramente, sus clásicos elementos objetivos como la separación de poderes, la autonomía del Poder Judicial, el respeto a los derechos humanos, la autonomía del Poder Electoral, principio de legalidad y en fin la más importante, que son las manifestaciones de cultura democrática que todo gobernante debe exhibir en el ejercicio de sus funciones. Pero, ¿qué es exhibir una cultura democrática? Es básicamente un comportamiento social, pero más que social, personal. La conducta de Nicolás Maduro es formal y sustancialmente antidemocrática, no solo porque lo exhibe su gobierno al violar constantemente los principios y dogmas democráticos, sino principalmente por su conducta individual frente a sí mismo y frente a los demás.

Me consterna, lo que señalan muchos analistas políticos o politólogos cuando expresan que Nicolás Maduro ahora se legitimó en el último proceso electoral porque ganó en cantidad de votos a la oposición, cuando es una opinión muy limitada acerca del concepto de lo que es la verdadera democracia. Si consideramos que el que gana en votos, por eso ya es un demócrata y está legitimado para gobernar, está equivocado y refleja una consideración mediocre de lo que significa la expresión de una verdadera democracia. ¿Qué cantidad de gobernantes han llegado al poder por el voto popular y han ganado sobradamente y en el fondo de sus políticas públicas son antidemocráticos? Para quien suscribe este artículo, la democracia es una noción muy vinculada a la legitimidad de ejercicio de los poderes públicos. Se es o no se es demócrata. Pero, para tener y ostentar legitimidad de ejercicio es necesario estar acompañado de un comportamiento personal y cultural con visión democrática, con lo que la expresión supone en un contexto determinado, donde digamos la opinión del adversario se respeta en toda su extensión. Ciertamente, lo que menos podemos afirmar, es que Nicolás Maduro respeta a sus adversarios, luego es ilegítimo por antonomasia y por comportamiento.

La legitimidad de origen no solo corresponde a ganar en votos; no, la legitimidad de origen es un conjunto de consideraciones que instan decretar formalmente el inicio de un gobierno por vía democrática acompañada de comportamientos y aptitudes individuales del gobernante, por ejemplo, el respeto a la ley y a los principios fundamentales de una constitución. ¿Cómo puede ser democrático un gobernante que lo que hace es insultar y amedrentar a sus adversarios? ¿Cómo puede ser democrático un gobernante que desconoce las atribuciones de otros gobernantes que son de ideología distinta a la que ostenta? La democracia es una noción integral, no puede ser definida en partes ni en bloques, Nicolás Maduro no se legitimó en el proceso pasado, muy puntualmente porque solo el órgano electoral es parcializado en sus decisiones y el ventajismo de su gobierno fue aceptado por el propio órgano que declaró el resultado definitivo de la contienda.

Ahora es más ilegítimo que antes, la única manera de legitimarse es que asuma una conducta democrática, es decir, que acepte que más de la mitad de país le adversa, y que no puede imponer una política contraria a los verdaderos intereses de la sociedad venezolana. Así, los opinadores no se equivocan tanto.

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