ELIDES J. ROJAS L.| EL UNIVERSAL
martes 31 de diciembre de 2013 12:00 AM
Venezuela se conducirá bajo la presión de varios ajustes: devaluación, aumento de la gasolina y del servicio de electricidad.
Pronostican una inflación que cerrará 2014 entre 50 y 65 por ciento
El índice de escasez puede ubicarse entre 25 y 30 por ciento.
Por su parte el gobierno, que nunca ha pegado una en materia de inflación, presentó el proyecto de presupuesto donde fija una estimación de entre 26 y 28 por ciento y un crecimiento de 4.0 por ciento del PIB.
El precio del petróleo estará estable o bajando de los 100 dólares promedio que mantuvo en 2013. La crisis de divisas con unas reservas cayendo de 20 mil millones de dólares se agravará, justamente por el precio petrolero por debajo de lo que necesita el gobierno de Maduro para continuar con sus políticas de elevado gasto público.
El desempleo romperá la marca de 10%. Para el gobierno siempre se ubica entre 6 y 7 por ciento. No obstante, la mitad de la fuerza laboral del país está refugiada en la buhonería. La tendencia sobre inversiones privadas en el país seguirá a la baja, pues está frenada desde hace años por efecto de las políticas controladoras e intervencionistas del gobierno y en muchos casos confiscatorias y violatorias de la propiedad privada. Para invertir hay que ser chavista, amigo del chavismo o testaferro de algunos chavistas adinerados. Esa es la premisa general. Igual cosa ocurre con la inversión extranjera. En Venezuela ningún empresario que esté cuerdo arriesga dólares o euros en un país de políticas locas y de asaltantes. Ocurre igual que con el sector privado. Para invertir en el país el capital debe provenir de países de la cuerdita como China o Rusia.
La inseguridad, tapareada a punta de juicios contra los medios de comunicación y una efectiva campaña de propaganda y presión, seguirá en aumento, pues prevalece la idea de que aquí todo el mundo hace lo que le da la gana sin temor a la ley.
Es seguro el aumento de la gasolina, mientras la gente normal, no los chavistas adinerados, anda en sus carritos remendados por magos mecánicos. El BCV seguirá imprimiendo billetes para cubrir el déficit y poder pasarle bolívares a la quebrada Pdvsa. La deuda total que han armado los comunistas anda por los 220.000 millones de dólares. La calificación de esta deuda es cada vez más mala y por tanto más cara. Hay miedo de que el país deje de pagar por falta de recursos para hacerlo; luego, le cuesta mucho conseguir dinero fresco. No es una guerra económica impulsada desde el exterior. Es el más rotundo fracaso de un clan gobernando a un país.
Difícil un feliz Año 2014 bajo estas condiciones, pero hay que hacerlo siguiendo nuestras más acendradas tradiciones. Felicidades, Venezuela.
Pronostican una inflación que cerrará 2014 entre 50 y 65 por ciento
El índice de escasez puede ubicarse entre 25 y 30 por ciento.
Por su parte el gobierno, que nunca ha pegado una en materia de inflación, presentó el proyecto de presupuesto donde fija una estimación de entre 26 y 28 por ciento y un crecimiento de 4.0 por ciento del PIB.
El precio del petróleo estará estable o bajando de los 100 dólares promedio que mantuvo en 2013. La crisis de divisas con unas reservas cayendo de 20 mil millones de dólares se agravará, justamente por el precio petrolero por debajo de lo que necesita el gobierno de Maduro para continuar con sus políticas de elevado gasto público.
El desempleo romperá la marca de 10%. Para el gobierno siempre se ubica entre 6 y 7 por ciento. No obstante, la mitad de la fuerza laboral del país está refugiada en la buhonería. La tendencia sobre inversiones privadas en el país seguirá a la baja, pues está frenada desde hace años por efecto de las políticas controladoras e intervencionistas del gobierno y en muchos casos confiscatorias y violatorias de la propiedad privada. Para invertir hay que ser chavista, amigo del chavismo o testaferro de algunos chavistas adinerados. Esa es la premisa general. Igual cosa ocurre con la inversión extranjera. En Venezuela ningún empresario que esté cuerdo arriesga dólares o euros en un país de políticas locas y de asaltantes. Ocurre igual que con el sector privado. Para invertir en el país el capital debe provenir de países de la cuerdita como China o Rusia.
La inseguridad, tapareada a punta de juicios contra los medios de comunicación y una efectiva campaña de propaganda y presión, seguirá en aumento, pues prevalece la idea de que aquí todo el mundo hace lo que le da la gana sin temor a la ley.
Es seguro el aumento de la gasolina, mientras la gente normal, no los chavistas adinerados, anda en sus carritos remendados por magos mecánicos. El BCV seguirá imprimiendo billetes para cubrir el déficit y poder pasarle bolívares a la quebrada Pdvsa. La deuda total que han armado los comunistas anda por los 220.000 millones de dólares. La calificación de esta deuda es cada vez más mala y por tanto más cara. Hay miedo de que el país deje de pagar por falta de recursos para hacerlo; luego, le cuesta mucho conseguir dinero fresco. No es una guerra económica impulsada desde el exterior. Es el más rotundo fracaso de un clan gobernando a un país.
Difícil un feliz Año 2014 bajo estas condiciones, pero hay que hacerlo siguiendo nuestras más acendradas tradiciones. Felicidades, Venezuela.
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