MARÍA TERESA ROMERO| EL UNIVERSAL
miércoles 4 de diciembre de 2013 12:00 AM
No queda otra sino votar para botar a estos pobres venezolanos de espíritu, moral y luces que nos desgobiernan, destruyen nuestro país, sus instituciones, soberanía y cultura democrática.
Sí, es cierto que durante esta campaña a las municipales los sucesores de Hugo Chávez, de la mano de la dirigencia castrista cubana, han abusado y pisado al pueblo más que en cualquiera de los procesos electorales anteriores. Los miserables han utilizado los poderes y recursos del Estado, de todos los ciudadanos, sin restricción alguna; han engañado, adoctrinado y manipulado sin escrúpulos; han perseguido y maltratado de palabra y obra -hasta físicamente- sin contención, sin piedad.
Sí, es cierto que el alto mando militar y la directiva del CNE, los actores que podrían equilibrar la contienda, velar por nuestros derechos y por unos resultados electorales justos y transparentes, responden hoy más que nunca, sin apenas ocultarlo, al gobernante ilegítimo y su proyecto de poder.
Sí, es verdad que la ofensiva gubernamental ha logrado una asquerosa degradación entre los venezolanos más ignorantes, indiferentes, y pillos de todos los sectores de nuestra sociedad: pobres, ricos o de clase media; políticos, empresarios, obreros, profesionales, artistas o religiosos; sean oficialistas, opositores o independientes.
Pese a todo, sólo queda votar. ¿Por qué? Porque la mayoría ciudadana, por fortuna, no es gobierno ni está arrodillada a él. Porque la mayoría estamos hartos y no queremos seguir en este camino de destrucción neocomunista. Porque somos demócratas y, por tanto, sólo contamos con las armas cívicas y pacíficas del voto y las acciones enmarcadas en la Constitución; no somos terroristas, ni suicidas políticos ni queremos la lucha armada. Porque ningún extranjero nos va a hacer el trabajo ni queremos que lo hagan.
Este es el camino de lucha democrática que la mayoría de los venezolanos hemos escogido. Es el más largo y duro, pero el más civilizado, inteligente, humanista y digno.
Sí, es cierto que durante esta campaña a las municipales los sucesores de Hugo Chávez, de la mano de la dirigencia castrista cubana, han abusado y pisado al pueblo más que en cualquiera de los procesos electorales anteriores. Los miserables han utilizado los poderes y recursos del Estado, de todos los ciudadanos, sin restricción alguna; han engañado, adoctrinado y manipulado sin escrúpulos; han perseguido y maltratado de palabra y obra -hasta físicamente- sin contención, sin piedad.
Sí, es cierto que el alto mando militar y la directiva del CNE, los actores que podrían equilibrar la contienda, velar por nuestros derechos y por unos resultados electorales justos y transparentes, responden hoy más que nunca, sin apenas ocultarlo, al gobernante ilegítimo y su proyecto de poder.
Sí, es verdad que la ofensiva gubernamental ha logrado una asquerosa degradación entre los venezolanos más ignorantes, indiferentes, y pillos de todos los sectores de nuestra sociedad: pobres, ricos o de clase media; políticos, empresarios, obreros, profesionales, artistas o religiosos; sean oficialistas, opositores o independientes.
Pese a todo, sólo queda votar. ¿Por qué? Porque la mayoría ciudadana, por fortuna, no es gobierno ni está arrodillada a él. Porque la mayoría estamos hartos y no queremos seguir en este camino de destrucción neocomunista. Porque somos demócratas y, por tanto, sólo contamos con las armas cívicas y pacíficas del voto y las acciones enmarcadas en la Constitución; no somos terroristas, ni suicidas políticos ni queremos la lucha armada. Porque ningún extranjero nos va a hacer el trabajo ni queremos que lo hagan.
Este es el camino de lucha democrática que la mayoría de los venezolanos hemos escogido. Es el más largo y duro, pero el más civilizado, inteligente, humanista y digno.
No comments:
Post a Comment