MARÍA MAS HERRERA| EL UNIVERSAL
lunes 30 de diciembre de 2013 12:00 AM
Enero da miedo por muchas cosas, y conste, que hoy me hubiese gustado referirme a la paz, la reconciliación y el rescate ético entre los venezolanos a propósito de barruntarse el 2014, pero eso no es tan fácil en tiempos de látigo político.
Enero suena a desempleo, inflación, escasez, a trifulca dura y a más comunismo. Ése, que dilapida los ingresos petroleros exorbitantes que en los últimos años recibió Venezuela y que no se utilizaron para el desarrollo nacional, sino para la trama de hacer crecer un revolución herida de incompetencia y antiética, inviable en lo económico y criminal en cuanto a la siembra de odios entre venezolanos. Ya llegará el tiempo del exorcismo en este país.
Por una parte, un gobierno sin líder, imitador de oficio, intentando sortear los pedazos entre los recortes de los militares divididos en facciones políticas. ¿Los partidos? En igual condición, el pequeño gendarme, serrucho en mano contra el presidente cuya legitimidad y liderazgo es cada vez más enclenque. El pueblo convertido en dos Venezuelas, para desgracia de ambas.
Y llegamos al caso dólar. Quisiera que alguien poderoso de este gobierno sin economistas, asumiera que ni una, ni mil cuentas en twitter, dando información por minutos sobre especulación de la moneda y su paridad internacional podrían afectar, fundacionalmente, el precio entre demandantes y ofertas de dinero en el mercado internacional. Existen muchas razones y explicaciones económicas del porqué hay cada vez menos dólares a disposición de los agentes económicos de este país, si los ingresos del petróleo, ergo del país, se mantienen constantes.
En vez de aquel Viernes Negro del pasado, el 2013 ha sido, sin duda, el año negro pues sólo una nación con tanto petróleo y en neofascismo, soporta esta bomba atómica económica de tres devaluaciones solapadas en tan corto período de tiempo.
La sustentación de una economía está en su capacidad productiva y en su eficiencia. Un aparato productivo sano es la base de una economía floreciente, que crece y produce desarrollo. No hay que ser especialista, ni doctor en economía para percibir esto. Punto uno, los componentes de la producción: ¿si la mano de obra es venezolana de dónde son los insumos? Si hay que importarlos, hay que crear la tecnología para fabricarlos endógenamente. Pero en Venezuela lo estratégico se le confía a Cuba para justificar la millonada que le damos a cuenta de nada. Hasta los programas de capacitación para crear tecnología son hechos en Cuba. Revisen, cómo les cancelamos millonadas a profesores mucho menos formados que los nuestros y dejamos nuestros programas de creación de tecnología en las manos más atrasadas y burdas en la materia de toda Latinoamérica. Piensen en materia de turismo. Si Venezuela desarrolla su turismo el gran perjudicado es Cuba que sólo exporta brujos y jineteras. Inentendible dicha desgracia si no fuese por la política de dominación y la capacidad del gobierno de los dinosaurios Castro en adormecer a la mitad de los pueblos y vampirizar a los descerebrados ególatras con ansias de poder. Finalmente, tenemos que seguir comprando tecnología y eso nos hace dependientes con una función de producción cara. Problema estructural.
Luego, una ley de trabajo que no favorece al trabajador, ni al patrono. Y la seguridad económica es el tercer ingrediente de la pócima de la destrucción. Aquí el tridente del diablo en economía: Expropiación, estatización y estafa. Las tres "E" de este gobierno madurado hacia la pobreza. Te quitan el medio de producción, lo dejan perder o no lo saben administrar y luego saquen lo que existe. ¿Cómo crecer económicamente con semejante adefesio económico-administrativo?
Por último, gran final, si te quejas, criticas, propones cambios o denuncias algo, deberás hacerlo en tu nebulosa psíquica, pues no hay justicia dónde denunciar y la mayoría de los medios los vetan o se autocensuran por miedo; eres acusado con el dedo índice clavado sobre la frente y tildado de apátrida, escuálido, fascista y todas esas sandeces mediáticas, copiadas, pues ni eso han podido hacer, unos eslóganes propios.
¡Feliz año nuevo 2014 y que Dios nos agarre confesados!
Economista y profesora universitaria
Enero suena a desempleo, inflación, escasez, a trifulca dura y a más comunismo. Ése, que dilapida los ingresos petroleros exorbitantes que en los últimos años recibió Venezuela y que no se utilizaron para el desarrollo nacional, sino para la trama de hacer crecer un revolución herida de incompetencia y antiética, inviable en lo económico y criminal en cuanto a la siembra de odios entre venezolanos. Ya llegará el tiempo del exorcismo en este país.
Por una parte, un gobierno sin líder, imitador de oficio, intentando sortear los pedazos entre los recortes de los militares divididos en facciones políticas. ¿Los partidos? En igual condición, el pequeño gendarme, serrucho en mano contra el presidente cuya legitimidad y liderazgo es cada vez más enclenque. El pueblo convertido en dos Venezuelas, para desgracia de ambas.
Y llegamos al caso dólar. Quisiera que alguien poderoso de este gobierno sin economistas, asumiera que ni una, ni mil cuentas en twitter, dando información por minutos sobre especulación de la moneda y su paridad internacional podrían afectar, fundacionalmente, el precio entre demandantes y ofertas de dinero en el mercado internacional. Existen muchas razones y explicaciones económicas del porqué hay cada vez menos dólares a disposición de los agentes económicos de este país, si los ingresos del petróleo, ergo del país, se mantienen constantes.
En vez de aquel Viernes Negro del pasado, el 2013 ha sido, sin duda, el año negro pues sólo una nación con tanto petróleo y en neofascismo, soporta esta bomba atómica económica de tres devaluaciones solapadas en tan corto período de tiempo.
La sustentación de una economía está en su capacidad productiva y en su eficiencia. Un aparato productivo sano es la base de una economía floreciente, que crece y produce desarrollo. No hay que ser especialista, ni doctor en economía para percibir esto. Punto uno, los componentes de la producción: ¿si la mano de obra es venezolana de dónde son los insumos? Si hay que importarlos, hay que crear la tecnología para fabricarlos endógenamente. Pero en Venezuela lo estratégico se le confía a Cuba para justificar la millonada que le damos a cuenta de nada. Hasta los programas de capacitación para crear tecnología son hechos en Cuba. Revisen, cómo les cancelamos millonadas a profesores mucho menos formados que los nuestros y dejamos nuestros programas de creación de tecnología en las manos más atrasadas y burdas en la materia de toda Latinoamérica. Piensen en materia de turismo. Si Venezuela desarrolla su turismo el gran perjudicado es Cuba que sólo exporta brujos y jineteras. Inentendible dicha desgracia si no fuese por la política de dominación y la capacidad del gobierno de los dinosaurios Castro en adormecer a la mitad de los pueblos y vampirizar a los descerebrados ególatras con ansias de poder. Finalmente, tenemos que seguir comprando tecnología y eso nos hace dependientes con una función de producción cara. Problema estructural.
Luego, una ley de trabajo que no favorece al trabajador, ni al patrono. Y la seguridad económica es el tercer ingrediente de la pócima de la destrucción. Aquí el tridente del diablo en economía: Expropiación, estatización y estafa. Las tres "E" de este gobierno madurado hacia la pobreza. Te quitan el medio de producción, lo dejan perder o no lo saben administrar y luego saquen lo que existe. ¿Cómo crecer económicamente con semejante adefesio económico-administrativo?
Por último, gran final, si te quejas, criticas, propones cambios o denuncias algo, deberás hacerlo en tu nebulosa psíquica, pues no hay justicia dónde denunciar y la mayoría de los medios los vetan o se autocensuran por miedo; eres acusado con el dedo índice clavado sobre la frente y tildado de apátrida, escuálido, fascista y todas esas sandeces mediáticas, copiadas, pues ni eso han podido hacer, unos eslóganes propios.
¡Feliz año nuevo 2014 y que Dios nos agarre confesados!
Economista y profesora universitaria
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