MIGUEL BAHACHILLE M.| EL UNIVERSAL
lunes 30 de diciembre de 2013 12:00 AM
El mayor éxito político, no social ni económico, logrado por el finado, fue dar con la clave para el procesamiento de imágenes que retrataban un pueblo arruinado y destruido por quienes gobernaron durante lo que peyorativamente conceptuó "La IV República". Pues ocurre todo lo contrario. Luego de 15 años de gestión quijotesca, el pueblo ahora sí está efectivamente empobrecido y sus derechos desvalijados no obstante la incitación reivindicativa de saquear de bienes particulares. Como la fiebre "del plasma" y equipos de sonido, por efímeras, perdieron eficacia y los recursos del Estado merman paulatinamente, Maduro recurre al "consenso necesario".
La manipulación perversa ha sido el mayor éxito del régimen hasta el presente. Sin embargo es evidente el desgaste de la fábula originaria que sedujo a buena parte de la población. La ofensa ya no da los frutos buscados. Las protestas diarias así lo evidencian y el pueblo comienza a exigir respuestas; no mitos. Los fantasmas de la élite chavista que aún pululan por Miraflores están desesperados tratando de amoldar las masas a los nuevos objetivos maduristas que no son otros que continuar con la arrogancia y locuacidad fatigosa. Cuando el ardid prospera, la gente desestima otros ordenamientos sociales por los cuales podría optar. El 8-D demostró que, por ahora, el 50% de la población se inclina por otras opciones.
¿Por qué Maduro convoca a la oposición y estrecha efusivamente la mano de quien días atrás calificara de ladrón y prometía encarcelarlo? El círculo se achica ante la crisis social que amenaza con estallar en 2014 y para la cual Nicolás "solito" no está preparado para afrontarla. Necesita del consenso como acicate para distribuir culpas. No se trata sólo de una trama para imponer el sonado paquete sino de enterrar la insostenible alegoría vivida durante 15 años. La gente no resiste seguir atajada a una suerte de naufragio definitivo mientras los marxistas que operan desde el gobierno continúan inculpando a la "biosfera capitalista" por el incremento de la pobreza.
Las elecciones del 8-D también evidenciaron que el PSUV y su combo ya no son los dueños del "orden social" tal como lo había preconizado Chávez. Las condiciones especiales de la Venezuela de abundantes recursos y pocas restricciones para derrochar, está llegando a su fin. Las ventajas económicas y sociales colosales que tuvo el finado con petróleo a 100 dólares, repartiendo dinero de la nación con prodigalidad, difícilmente podrán repetirse. ¡Entonces es hora de llamar a la oposición; por sí acaso!
Los grupos democráticos no podían negarse a acudir al llamado de Maduro; sin embargo hay que estar alerta ante cualquier acusación que inculpe "de algo a alguien" al estilo Carreño que le da por inventar delitos y delincuentes al voleo. ¿Insistirá la oposición en pedir la normalidad del sistema de mercado fundado en la propiedad privada; única que produce incorporaciones constantes a los estratos superiores y medios? ¿Seguirá echándose abajo la libre empresa con acciones punitivas? ¿Continuarán las amenazas contra la prensa libre valiéndose del poder la Fiscalía?
Como si fuera poco, las autoridades escolares oficialistas, obligadas a brindar una educación equilibrada acorde con el indetenible avance del proceso tecnológico a nivel mundial, dedican el tiempo y dinero para imponer una rutina consagrada al elogio de ídolos supremos casi con connotaciones religiosas. ¿Tendrá consenso el encaje de la efigie de Chávez en libros de primaria ocupando todos los espacios, sumando, multiplicando, refutando e historiando a su manera?
La justicia no puede ser otra que acabar con la inseguridad personal y producir bienes y servicios acordes con el crecimiento tal como ocurre en Perú, Colombia, Ecuador, Panamá, entre otros. No se cita el Norte para evitar alergias fingidas de muchos revolucionarios que con frecuencia se pasean por malls imperiales luciendo trajes de marcas conocidas. Así, pues, esperemos a ver cuáles áreas pueden ser consensuadas y velar que no sea otra trampa montada para librar al régimen de toda culpa. Entretanto, ¡Feliz Año!
La manipulación perversa ha sido el mayor éxito del régimen hasta el presente. Sin embargo es evidente el desgaste de la fábula originaria que sedujo a buena parte de la población. La ofensa ya no da los frutos buscados. Las protestas diarias así lo evidencian y el pueblo comienza a exigir respuestas; no mitos. Los fantasmas de la élite chavista que aún pululan por Miraflores están desesperados tratando de amoldar las masas a los nuevos objetivos maduristas que no son otros que continuar con la arrogancia y locuacidad fatigosa. Cuando el ardid prospera, la gente desestima otros ordenamientos sociales por los cuales podría optar. El 8-D demostró que, por ahora, el 50% de la población se inclina por otras opciones.
¿Por qué Maduro convoca a la oposición y estrecha efusivamente la mano de quien días atrás calificara de ladrón y prometía encarcelarlo? El círculo se achica ante la crisis social que amenaza con estallar en 2014 y para la cual Nicolás "solito" no está preparado para afrontarla. Necesita del consenso como acicate para distribuir culpas. No se trata sólo de una trama para imponer el sonado paquete sino de enterrar la insostenible alegoría vivida durante 15 años. La gente no resiste seguir atajada a una suerte de naufragio definitivo mientras los marxistas que operan desde el gobierno continúan inculpando a la "biosfera capitalista" por el incremento de la pobreza.
Las elecciones del 8-D también evidenciaron que el PSUV y su combo ya no son los dueños del "orden social" tal como lo había preconizado Chávez. Las condiciones especiales de la Venezuela de abundantes recursos y pocas restricciones para derrochar, está llegando a su fin. Las ventajas económicas y sociales colosales que tuvo el finado con petróleo a 100 dólares, repartiendo dinero de la nación con prodigalidad, difícilmente podrán repetirse. ¡Entonces es hora de llamar a la oposición; por sí acaso!
Los grupos democráticos no podían negarse a acudir al llamado de Maduro; sin embargo hay que estar alerta ante cualquier acusación que inculpe "de algo a alguien" al estilo Carreño que le da por inventar delitos y delincuentes al voleo. ¿Insistirá la oposición en pedir la normalidad del sistema de mercado fundado en la propiedad privada; única que produce incorporaciones constantes a los estratos superiores y medios? ¿Seguirá echándose abajo la libre empresa con acciones punitivas? ¿Continuarán las amenazas contra la prensa libre valiéndose del poder la Fiscalía?
Como si fuera poco, las autoridades escolares oficialistas, obligadas a brindar una educación equilibrada acorde con el indetenible avance del proceso tecnológico a nivel mundial, dedican el tiempo y dinero para imponer una rutina consagrada al elogio de ídolos supremos casi con connotaciones religiosas. ¿Tendrá consenso el encaje de la efigie de Chávez en libros de primaria ocupando todos los espacios, sumando, multiplicando, refutando e historiando a su manera?
La justicia no puede ser otra que acabar con la inseguridad personal y producir bienes y servicios acordes con el crecimiento tal como ocurre en Perú, Colombia, Ecuador, Panamá, entre otros. No se cita el Norte para evitar alergias fingidas de muchos revolucionarios que con frecuencia se pasean por malls imperiales luciendo trajes de marcas conocidas. Así, pues, esperemos a ver cuáles áreas pueden ser consensuadas y velar que no sea otra trampa montada para librar al régimen de toda culpa. Entretanto, ¡Feliz Año!
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