ERNESTO ALVARENGA| EL UNIVERSAL
miércoles 4 de diciembre de 2013 12:00 AM
Estando a muy pocos días de las elecciones, la campaña y el mismo acto de votación se realizarán en un ambiente lleno de tensiones, conflictos y rumores, desarrollados desde el alto gobierno. El régimen usa de manera ilegal y sin ningún de pudor, las arcas del Estado; despilfarrando el dinero de los venezolanos, para promover todo tipo de agresiones, pretender obtener un ventajismo y así evitar una derrota, que a todas luces está anunciada y se sabe inevitable.
El alto gobierno sabe que los resultados del 14A han generado sospechas entre los electores, es por ello que quieren evitar el carácter de plebiscito que acertadamente ha anunciado Henrique Capriles Radonski con respecto al venidero acto electoral. Quizás puedan conservar un número mayor de alcaldías, pero en las capitales de estados, con más alto número de votantes, ellos saben que están perdidos. La auditoría negada sobre los resultados de abril, de alguna forma, poco usual, saldrá a la luz pública, colocando así al oficialismo en una minoría que usurpa el poder, pasando a ser un gobierno ilegitimo, de origen y desempeño.
Estamos en la obligación de votar y cuidar los votos. Ello significa que los candidatos a alcaldes, concejales, militantes de partidos, testigos, sociedad civil organizada y simpatizantes de la oposición, deben estar preparados para una jornada fuerte pero satisfactoria, donde, la arbitrariedad y las provocaciones serán una constante. No podemos flaquear y caer en el juego de la anarquía, dejar que ellos sean los violentos, pues de esta forma el país y el mundo comprenderán nuestros señalamientos, por nuestros reclamos fundamentados en premisas verdaderas.
Debemos buscar la forma de derrotar el llamado rumor eterno del fraude que es estimulado y propagado por el Gobierno, con la complacencia y la complicidad de la mayoría de los rectores del CNE. El propósito de estos rumores es claro, ellos lo que quieren es generar desconfianza, desmotivación y desmovilización en los electores opositores, para así estimular la abstención, tenemos que hacer oído sordos a todo tipo de rumor por el medio que sea. La tarea no es fácil, ni sencilla, pero lograremos la reinstitucionalización que urge en nuestro país. A votar y a ganar el 8D.
El alto gobierno sabe que los resultados del 14A han generado sospechas entre los electores, es por ello que quieren evitar el carácter de plebiscito que acertadamente ha anunciado Henrique Capriles Radonski con respecto al venidero acto electoral. Quizás puedan conservar un número mayor de alcaldías, pero en las capitales de estados, con más alto número de votantes, ellos saben que están perdidos. La auditoría negada sobre los resultados de abril, de alguna forma, poco usual, saldrá a la luz pública, colocando así al oficialismo en una minoría que usurpa el poder, pasando a ser un gobierno ilegitimo, de origen y desempeño.
Estamos en la obligación de votar y cuidar los votos. Ello significa que los candidatos a alcaldes, concejales, militantes de partidos, testigos, sociedad civil organizada y simpatizantes de la oposición, deben estar preparados para una jornada fuerte pero satisfactoria, donde, la arbitrariedad y las provocaciones serán una constante. No podemos flaquear y caer en el juego de la anarquía, dejar que ellos sean los violentos, pues de esta forma el país y el mundo comprenderán nuestros señalamientos, por nuestros reclamos fundamentados en premisas verdaderas.
Debemos buscar la forma de derrotar el llamado rumor eterno del fraude que es estimulado y propagado por el Gobierno, con la complacencia y la complicidad de la mayoría de los rectores del CNE. El propósito de estos rumores es claro, ellos lo que quieren es generar desconfianza, desmotivación y desmovilización en los electores opositores, para así estimular la abstención, tenemos que hacer oído sordos a todo tipo de rumor por el medio que sea. La tarea no es fácil, ni sencilla, pero lograremos la reinstitucionalización que urge en nuestro país. A votar y a ganar el 8D.
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