En pocas palabras. Javier J. Jaspe / Washington D.C.
Las noticias que nos llegan de Venezuela muestran un ambiente confuso, por no decir caótico, en la recta final de la campaña electoral para las elecciones que se realizarán el próximo 8 de diciembre (8D), con el objeto de designar los alcaldes y otras autoridades locales. El país todavía no se recupera de las consecuencias nefastas del llamado que hizo en días pasados, el gobierno usurpador e ilegítimo de Nicolás Maduro (también: “madurazo”), de vaciar los anaqueles de algunos locales comerciales privados, bajo el pretendido pretexto de luchar contra el acaparamiento y la especulación, mientras utilizaba el poder judicial y empleaba prácticas corruptas con el fin de lograr la aprobación de la llamada Ley Habilitante y obtener poderes para dictar leyes mediante decretos.
Hablamos de un pretendido pretexto, por cuanto realmente los principales objetivos de esta nueva acción del gobierno madurista fueron dos. En primer término, producir un sacudón en la masa chavista para contrarrestar la declinación de apoyo popular que venía sufriendo el gobierno en las encuestas, con sus esperadas consecuencias en las elecciones del 8D. En segundo lugar, incrementar los mecanismos de control totalitario del gobierno sobre la sociedad y especialmente la economía privada, con el fin de favorecer la consolidación del castrocomunismo en Venezuela, a través de la implementación del así llamado “Plan de la Patria” (en lo adelante: “PP”), ideado por los Castro en Cuba para servir de plataforma electoral al finado Hugo Chávez durante las elecciones del 7 de octubre del año pasado.
De inicio, creo necesario señalar que el PP fue concebido como un mecanismo para profundizar y ampliar las acciones que habían sido emprendidas por el finado Chávez en sus períodos gubernamentales anteriores para destruir el sector privado y expandir el área económica sometida al control de su gobierno. Estas acciones estuvieron encaminadas a golpear la industria y la agricultura nacional, sometiéndo éstas a medidas de racionamiento en la entrega de dólares del control de cambios, o aplicándoles medidas confiscatorias que le permitieron al gobierno y sus secuaces apropiarse de empresas importantes que fueron llevadas con el iempo a su completa ruina.
El resultado de tales acciones no se hizo esperar, pues ante la destrucción del aparato productivo nacional, el país se hizo cada vez más dependiente de las importaciones. Todo, con el agravante de que el despilfarro de los inmensos recursos petroleros efectuado por el finado Chávez y ahora por Maduro, para subsidiar al gobierno cubano, comprar armas inútiles, prácticamente regular la gasolin de consumo interno y alimentar la corrupción, ha hecho escasear las divisas necesarias para financiar la obtención de los bienes y servicios que el país requiere comprar al exterior.
El guión del PP propone que el gobierno madurista fortalezca su carácter totatlitario en esta nueva estapa para implantar el castrocomunismo en Venezuela, pasando a controlar los sectores de distribución de los bienes y servicios que integran el sector terciario de la economía, entre los cuales se encuentran los canales comerciales privados que aún se utilizan para dicha distribución. Por su parte, la escasez de divisas manifestada en la caída significativa de las reservas líquidas del Banco Central, agudizada por los numerosos problemas que enfrenta PDVSA debido a la pésima administración del gobierno, ha llevado a los Castro a requerir a Maduro la centralización gubernamental de las importaciones venezolanas, como una forma de garantizar que el subsidio a la economía cubana se mantenga. Obviamente, estas acciones en el ámbito económico, como se ha demostrado en los últimos días, han venido acompañadas por otras en el plano politico siguiendo el modelo cubano de dominación, con el objeto de controlar y/o censurar a los medios de difusión, o que éstos se autocensuren (http://www.eluniversal.com/opinion/131126/el-sabatino-apagon-mediatico)., así como a reprimir a los miembros y dirigentes de la oposición democratica (http://www.noticierodigital.com/2013/11/alertan-a-la-comunidad-internacional-tras-detencion-de-silva-y-recrudecimiento-de-la-represion/).
Es en este contexto que el “madurazo” arriba aludido, y que ha mantenido al país al borde del caos, viene a constituir una acción prácticamente anunciada en el PP, el cual heredó Maduro a la muerte de Chávez y que ahora el primero aspira a convertir en ley de la república (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/25/maduro-an-convertira-plan-de-la-patria-en-ley-de-obligatorio-cumplimiento/). Una propuesta a todas luces reñida con la constitución y sobre la cual destacados miembros del foro jurídico nacional han expresado serias reservas (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/26/leonardo-palacios-la-habilitante-una-reforma-constitucional-oculta/)
La oportunidad de dar el golpe para en linea con el PP y aumentar su control sobre el sector comercial privado se la suministró al gobierno madurista, la cercanía de las elecciones del 8D, la anticipación del pago de los aguinaldos a los empleados públicos decretada por el mismo Maduro y la conveniencia de erigir a dicho sector en chivo expiatorio para culparlo de la elevada inflación causada por las propiad políticas chavistas-maduristas. A estos elementos se unió la necesidad de agotar los inventarios de bienes durables de consumo masivo (linea blanca y electrodomésticos, entre otros), como paso previo para justificar el monopolio de la importación de estos bienes por parte del gobierno, junto con la que ya viene realizando en el rubro de alimentos y otros bienes de consumo no durable repartidos a través de tiendas confiscadas al sector privado.
En cuanto a los efectos del “madurazo”, si bien el sacudón a que se vió sometido el país durante los primeros días fue ruidoso, no menos cierto es que pasado el tiempo no parece haberse producido un cambio significativo en las cifras elevadas de inflación (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/25/jose-guerra-maduro-le-da-ordenes-al-bcv-para-que-maquille-cifras-de-inflacion-2/), ni tampoco en la tendencia que venía favoreciendo mayoritariamente a la oposición democratica y sus candidatos, para lograr un triunfo en las elecciones del 8D. En este último caso, siempre suponiendo que este evento electoral no se verá sometido a elementos de fraude capaces de torcer la voluntad popular.
Antes por el contrario, dado que Maduro y su gobierno se mostraron absolutamente torpes, como era de esperarse por su probada incapacidad, en la conducción del proceso que se desencadenó luego de los episodios de saqueo de las tiendas señaladas como involucradas en prácticas de sobreprecio, no es descartable que el hastío y cansancio sufridos por los propios chavistas en interminables colas para adquirir un televisor o una nevera a precio rebajado, los mueva más bien a abstenerse de votar o a votar en contra de los candidatos impuestos por el gobierno madurista. El país y su gente se ha visto sometido durante todo el gobierno madurista a constantes e interminables colas para adquirir productos esenciales (papel sanitario, jabón, medicinas, alimentos y pare usted de contar), los cuales han escaseado por las erradas políticas del gobierno, situación humillante que pesará grandemente en muchos venezolanos a la hora de depositar su voto el próximo 8D.
Es más, los videos que filmaron los actos saqueadores revelan que gran parte de los venezolanos allí presentes no sólo se abstuvo de tomar ilegalmente mercancía a pesar de contar con el beneplácito del gobierno, sino que se mostró crítico de las pequeñas turbas de aprovechadores de lo ajeno conminándolas a devolver los productos robados. Al ver esta conducta ejemplar del pueblo, el recule de Maduro y su gobierno fue mayúsculo, llamando tardíamente a la gente a mantener cordura, cuando ya no quedaban productos en los anaqueles.
Luego de superado el momento inicial de los saqueos, el “madurazo” acudió a un segundo expediente consistente en obligar a los comerciantes a rebajar los precios y a vender la mercancía por debajo de costos. Como era de toda lógica económica, las colas frente a los comercios no se hicieron esperar. Como dijimos, Maduro había decretado el pago de aguinaldos y hasta la llegada de la navidad con anticipación, por lo que la gente acudió masivamente a comprar a precio de gallina flaca, odo cuanto pudieran adquirir mientras los inventarios duraran, como efectivamente sucedió.
Aquí hay otra muestra palpable de la ineptitud del gobierno totalitario-militarista de Maduro. Ello lo corrobora la reacción de algunos miembros de la logia militar que efectivamente controla el poder en Venezuela (ver: http://m.eluniversal.com/nacional-y-politica/131126/aguiar-existe-un-ejercicio-despotico-del-poder-bajo-el-control-militar. Así, por ejemplo, el Mayor General Wilmer Barrientos hizo un lastimoso llamado a los venezolanos a tener calma y a evitar el afán consumista, en los terminos siguientes:
”Pueblo de Venezuela tenga fe y acompáñenos con la conciencia en el gasto, evite las compras compulsivas. No compre porque está más barato, salga y haga una distribución adecuada de sus recursos, el coroto que llevas no te da felicidad, te lo da compartir con tu familia y recrearte” (ver: http://www.eluniversal.com/economia/fiscalizaciones/131121/barrientos-el-gobierno-no-esta-jugando-a-la-quiebra-de-los-negocios.
Uno no puede dejar de manifestar asombro ante semejante declaración de este alto militar del gobierno madurista. Ésto, porque el gobierno luego de haber encendido la llama del “compre barato mientras dure”, viendo las largas colas de venezolanos frente a los comercios, luego pretendía evitar un comportamiento economico racional de los consumidores, quienes actuaban por aplicación de las inexorables leyes de la oferta y la demanda en un mercado donde la liquidez monetaria abundaba y los productos disponibles para la compra estaban a punto de agotarse.
Por supuesto, el llamado antes transcrito no produjo efecto alguno en los venezolanos, quienes se pelearon en las colas por adquirir los últimos productos que quedaban en los estantes de los comercios. En estos momentos los anaqueles de las tiendas están vacíos, sin que los comercios tengan seguridad de que podrán reponerlos a tiempo para cubrir la demanda no satisfecha en un mes que, como diciembre, generalmente da lugar al afán consumista de los venezolanos.
Ésto ha hecho que los comerciantes, obligados por el gobierno a vender por debajo del precio de costo, anuncien cierres que generalmente llevarán a pérdidas de empleo de numerosos trabajadores. Total, una torta madurista que ha llevado al país a una situación donde cunde con mayor fuerza el desencanto con el gobierno. Por esta razón, también a través de otro de sus militares de alto rango, general Hebert García Plaza, el gobierno madurista anunció que hacía esfuerzos para reponer los inventarios, según lo registran los medios en los terminus siguientes:
“El Órgano Superior para la Defensa de la Economía adelantó que “a partir de la semana que viene” será la “reposición de inventarios en todas aquellas tiendas que fueron supervisadas”. Hebert García Plaza, jefe de ente, garantizó la colocación con importaciones de 500 mil artículos electrodomésticos, a través de la alianza con “marcas bien importantes”. La Verdad
Reiteró que en enero habrá inventarios “sin ningún tipo de problema”, por lo que pidió a los consumidores ahorrar y que los operativos de fiscalización en las empresas se mantienen a todos los sectores comerciales” (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/25/gobierno-tramita-la-reposicion-de-inventarios/).
Aunque uno no puede dejar de manifestar dudas sobre la capacidad del gobierno madurista de cumplir con lo prometido en las declaraciones antes transcritas, la primera impresión que éstas causan es que ellas confirman hasta la saciedad que el “madurazo” era parte del guión cubano para ejecutar el PP y que había sido urdido desde hace mucho tiempo. Efectivamente, la dinámica económica para reponer inventarios de productos durables de consumo masivo es un proceso complejo que requiere un capítulo largo de negociaciones frente a un variado cúmulo de proveedores, quienes para conformar sus ofertas requieren tiempo de aviso con suficiente anticipación. Ésto, si se quiere que estas negociaciones se hagan realmente en terminos comerciales favorable para el país, incluida la necesidad de contar con asistencia técnica y mantenimiento adecuados.
Otros factores se unen para alimentar las dudas anteriormente expresadas, tales como, las dificultades por la que atraviesan las disponbilidades líquidas de divisas en poder del Banco Central, las obligaciones pendientes con proveedores del exterior por importaciones aún no pagadas y los problemas derivados de otras prácticas relacionadas con la aplicación del control de cambios vigente en Venezuela, factores todos que han llenado de máculas la reputación del país en sus relaciones comerciales con el exterior.
De manera, pues, que si algún balance hay del “madurazo” a estas alturas, el mismo es altamente negativo en contra del gobierno de Maduro, ya que con sus acciones ha aumentado los niveles de desabastecimiento en el país y ocasionado un efecto mucho peor que la inflación, ya que el producto más caro es el que no se consigue.
Otro tanto ha sucedido con la Ley Habilitante en lo que va de su aprobación, luego de que ésta se produjera espuriamente en la Asamblea Nacional, mediante la complicidad manifiesta del Tribunal Supremo de Justicia al dar lugar al allanamiento de la inmunidad parlamentaria de un diputado de la oposición, logrando que se incorporara su suplente quien votó a favor de dicha aprobación. Una de las principales medidas anunciadas y ya aprobadas por Maduro, el Decreto-Ley de Ganacias y Precios Justos, todavía se encuentra pendiente de trámite ante el Tribunal Supremo de Justicia, ya que se pretende otorgarle el carácter de Ley Orgánica.
La mencionada ley ya ha generado una fuerte oposición por su carácter represivo de la actividad económica, al limitar las ganancias a un máximo de 30% (http://www.eluniversal.com/economia/fiscalizaciones/131126/estiman-que-ganancias-no-pueden-atarse-a-un-porcentaje). A esta oposición seguramente seguirá un rechazo mayoritario del país hasta su definitiva derogatoria, junto con las medidas que también se han anunciado para limitar los cánones de arrendamiento de los locales comerciales y establecer los precios máximos de venta de las viviendas, únicos bastiones que le quedan a los venezolanos para proteger sus ahorros ante la inflación que ha venido devorando sus ingresos durante los gobiernos del finado Hugo Chávez y ahora de Maduro, en los últimos quince años.
En pocas palabras y como corolario de las consideraciones expuestas en los párrafos que anteceden, puede afirmarse que ni el “madurazo” ni la tan cacareada Ley Habilitante, ni las demás acciones emprendidas para implementar el llamado “Plan de la Patria” diseñado por los Castro para consolidar el caastrocomunismo en Venezuela, parecen haber producido dividendos a Maduro y su gobierno, capaces de reducir la tendencia que hoy se inclina a votar mayoritariamente en favor de los candidatos de la oposición durante las elecciones a celebrarse el próximo 8 de diciembre. Voto mayoritario que esperamos se refleje en los resultados electorales, salvo que el gobierno totatlitario-militarista de Maduro, con la complicidad del Consejo Nacional Electoral, ejecute una acción fraudulenta que logre torcer la voluntad popular decidida a ponerle coto a la ruina del país ocasionada por el castrocomunismo (ver reportaje de CNN sobre cómo arruinar la economía de un país –caso Venezuela: https://esdictadura-dolartoday.netdna-ssl.com/video/reportaje-cnn-como-arruinar-la-economia-de-un-pais-caso-venezuela/) . Veremos…
Las noticias que nos llegan de Venezuela muestran un ambiente confuso, por no decir caótico, en la recta final de la campaña electoral para las elecciones que se realizarán el próximo 8 de diciembre (8D), con el objeto de designar los alcaldes y otras autoridades locales. El país todavía no se recupera de las consecuencias nefastas del llamado que hizo en días pasados, el gobierno usurpador e ilegítimo de Nicolás Maduro (también: “madurazo”), de vaciar los anaqueles de algunos locales comerciales privados, bajo el pretendido pretexto de luchar contra el acaparamiento y la especulación, mientras utilizaba el poder judicial y empleaba prácticas corruptas con el fin de lograr la aprobación de la llamada Ley Habilitante y obtener poderes para dictar leyes mediante decretos.
Hablamos de un pretendido pretexto, por cuanto realmente los principales objetivos de esta nueva acción del gobierno madurista fueron dos. En primer término, producir un sacudón en la masa chavista para contrarrestar la declinación de apoyo popular que venía sufriendo el gobierno en las encuestas, con sus esperadas consecuencias en las elecciones del 8D. En segundo lugar, incrementar los mecanismos de control totalitario del gobierno sobre la sociedad y especialmente la economía privada, con el fin de favorecer la consolidación del castrocomunismo en Venezuela, a través de la implementación del así llamado “Plan de la Patria” (en lo adelante: “PP”), ideado por los Castro en Cuba para servir de plataforma electoral al finado Hugo Chávez durante las elecciones del 7 de octubre del año pasado.
De inicio, creo necesario señalar que el PP fue concebido como un mecanismo para profundizar y ampliar las acciones que habían sido emprendidas por el finado Chávez en sus períodos gubernamentales anteriores para destruir el sector privado y expandir el área económica sometida al control de su gobierno. Estas acciones estuvieron encaminadas a golpear la industria y la agricultura nacional, sometiéndo éstas a medidas de racionamiento en la entrega de dólares del control de cambios, o aplicándoles medidas confiscatorias que le permitieron al gobierno y sus secuaces apropiarse de empresas importantes que fueron llevadas con el iempo a su completa ruina.
El resultado de tales acciones no se hizo esperar, pues ante la destrucción del aparato productivo nacional, el país se hizo cada vez más dependiente de las importaciones. Todo, con el agravante de que el despilfarro de los inmensos recursos petroleros efectuado por el finado Chávez y ahora por Maduro, para subsidiar al gobierno cubano, comprar armas inútiles, prácticamente regular la gasolin de consumo interno y alimentar la corrupción, ha hecho escasear las divisas necesarias para financiar la obtención de los bienes y servicios que el país requiere comprar al exterior.
El guión del PP propone que el gobierno madurista fortalezca su carácter totatlitario en esta nueva estapa para implantar el castrocomunismo en Venezuela, pasando a controlar los sectores de distribución de los bienes y servicios que integran el sector terciario de la economía, entre los cuales se encuentran los canales comerciales privados que aún se utilizan para dicha distribución. Por su parte, la escasez de divisas manifestada en la caída significativa de las reservas líquidas del Banco Central, agudizada por los numerosos problemas que enfrenta PDVSA debido a la pésima administración del gobierno, ha llevado a los Castro a requerir a Maduro la centralización gubernamental de las importaciones venezolanas, como una forma de garantizar que el subsidio a la economía cubana se mantenga. Obviamente, estas acciones en el ámbito económico, como se ha demostrado en los últimos días, han venido acompañadas por otras en el plano politico siguiendo el modelo cubano de dominación, con el objeto de controlar y/o censurar a los medios de difusión, o que éstos se autocensuren (http://www.eluniversal.com/opinion/131126/el-sabatino-apagon-mediatico)., así como a reprimir a los miembros y dirigentes de la oposición democratica (http://www.noticierodigital.com/2013/11/alertan-a-la-comunidad-internacional-tras-detencion-de-silva-y-recrudecimiento-de-la-represion/).
Es en este contexto que el “madurazo” arriba aludido, y que ha mantenido al país al borde del caos, viene a constituir una acción prácticamente anunciada en el PP, el cual heredó Maduro a la muerte de Chávez y que ahora el primero aspira a convertir en ley de la república (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/25/maduro-an-convertira-plan-de-la-patria-en-ley-de-obligatorio-cumplimiento/). Una propuesta a todas luces reñida con la constitución y sobre la cual destacados miembros del foro jurídico nacional han expresado serias reservas (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/26/leonardo-palacios-la-habilitante-una-reforma-constitucional-oculta/)
La oportunidad de dar el golpe para en linea con el PP y aumentar su control sobre el sector comercial privado se la suministró al gobierno madurista, la cercanía de las elecciones del 8D, la anticipación del pago de los aguinaldos a los empleados públicos decretada por el mismo Maduro y la conveniencia de erigir a dicho sector en chivo expiatorio para culparlo de la elevada inflación causada por las propiad políticas chavistas-maduristas. A estos elementos se unió la necesidad de agotar los inventarios de bienes durables de consumo masivo (linea blanca y electrodomésticos, entre otros), como paso previo para justificar el monopolio de la importación de estos bienes por parte del gobierno, junto con la que ya viene realizando en el rubro de alimentos y otros bienes de consumo no durable repartidos a través de tiendas confiscadas al sector privado.
En cuanto a los efectos del “madurazo”, si bien el sacudón a que se vió sometido el país durante los primeros días fue ruidoso, no menos cierto es que pasado el tiempo no parece haberse producido un cambio significativo en las cifras elevadas de inflación (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/25/jose-guerra-maduro-le-da-ordenes-al-bcv-para-que-maquille-cifras-de-inflacion-2/), ni tampoco en la tendencia que venía favoreciendo mayoritariamente a la oposición democratica y sus candidatos, para lograr un triunfo en las elecciones del 8D. En este último caso, siempre suponiendo que este evento electoral no se verá sometido a elementos de fraude capaces de torcer la voluntad popular.
Antes por el contrario, dado que Maduro y su gobierno se mostraron absolutamente torpes, como era de esperarse por su probada incapacidad, en la conducción del proceso que se desencadenó luego de los episodios de saqueo de las tiendas señaladas como involucradas en prácticas de sobreprecio, no es descartable que el hastío y cansancio sufridos por los propios chavistas en interminables colas para adquirir un televisor o una nevera a precio rebajado, los mueva más bien a abstenerse de votar o a votar en contra de los candidatos impuestos por el gobierno madurista. El país y su gente se ha visto sometido durante todo el gobierno madurista a constantes e interminables colas para adquirir productos esenciales (papel sanitario, jabón, medicinas, alimentos y pare usted de contar), los cuales han escaseado por las erradas políticas del gobierno, situación humillante que pesará grandemente en muchos venezolanos a la hora de depositar su voto el próximo 8D.
Es más, los videos que filmaron los actos saqueadores revelan que gran parte de los venezolanos allí presentes no sólo se abstuvo de tomar ilegalmente mercancía a pesar de contar con el beneplácito del gobierno, sino que se mostró crítico de las pequeñas turbas de aprovechadores de lo ajeno conminándolas a devolver los productos robados. Al ver esta conducta ejemplar del pueblo, el recule de Maduro y su gobierno fue mayúsculo, llamando tardíamente a la gente a mantener cordura, cuando ya no quedaban productos en los anaqueles.
Luego de superado el momento inicial de los saqueos, el “madurazo” acudió a un segundo expediente consistente en obligar a los comerciantes a rebajar los precios y a vender la mercancía por debajo de costos. Como era de toda lógica económica, las colas frente a los comercios no se hicieron esperar. Como dijimos, Maduro había decretado el pago de aguinaldos y hasta la llegada de la navidad con anticipación, por lo que la gente acudió masivamente a comprar a precio de gallina flaca, odo cuanto pudieran adquirir mientras los inventarios duraran, como efectivamente sucedió.
Aquí hay otra muestra palpable de la ineptitud del gobierno totalitario-militarista de Maduro. Ello lo corrobora la reacción de algunos miembros de la logia militar que efectivamente controla el poder en Venezuela (ver: http://m.eluniversal.com/nacional-y-politica/131126/aguiar-existe-un-ejercicio-despotico-del-poder-bajo-el-control-militar. Así, por ejemplo, el Mayor General Wilmer Barrientos hizo un lastimoso llamado a los venezolanos a tener calma y a evitar el afán consumista, en los terminos siguientes:
”Pueblo de Venezuela tenga fe y acompáñenos con la conciencia en el gasto, evite las compras compulsivas. No compre porque está más barato, salga y haga una distribución adecuada de sus recursos, el coroto que llevas no te da felicidad, te lo da compartir con tu familia y recrearte” (ver: http://www.eluniversal.com/economia/fiscalizaciones/131121/barrientos-el-gobierno-no-esta-jugando-a-la-quiebra-de-los-negocios.
Uno no puede dejar de manifestar asombro ante semejante declaración de este alto militar del gobierno madurista. Ésto, porque el gobierno luego de haber encendido la llama del “compre barato mientras dure”, viendo las largas colas de venezolanos frente a los comercios, luego pretendía evitar un comportamiento economico racional de los consumidores, quienes actuaban por aplicación de las inexorables leyes de la oferta y la demanda en un mercado donde la liquidez monetaria abundaba y los productos disponibles para la compra estaban a punto de agotarse.
Por supuesto, el llamado antes transcrito no produjo efecto alguno en los venezolanos, quienes se pelearon en las colas por adquirir los últimos productos que quedaban en los estantes de los comercios. En estos momentos los anaqueles de las tiendas están vacíos, sin que los comercios tengan seguridad de que podrán reponerlos a tiempo para cubrir la demanda no satisfecha en un mes que, como diciembre, generalmente da lugar al afán consumista de los venezolanos.
Ésto ha hecho que los comerciantes, obligados por el gobierno a vender por debajo del precio de costo, anuncien cierres que generalmente llevarán a pérdidas de empleo de numerosos trabajadores. Total, una torta madurista que ha llevado al país a una situación donde cunde con mayor fuerza el desencanto con el gobierno. Por esta razón, también a través de otro de sus militares de alto rango, general Hebert García Plaza, el gobierno madurista anunció que hacía esfuerzos para reponer los inventarios, según lo registran los medios en los terminus siguientes:
“El Órgano Superior para la Defensa de la Economía adelantó que “a partir de la semana que viene” será la “reposición de inventarios en todas aquellas tiendas que fueron supervisadas”. Hebert García Plaza, jefe de ente, garantizó la colocación con importaciones de 500 mil artículos electrodomésticos, a través de la alianza con “marcas bien importantes”. La Verdad
Reiteró que en enero habrá inventarios “sin ningún tipo de problema”, por lo que pidió a los consumidores ahorrar y que los operativos de fiscalización en las empresas se mantienen a todos los sectores comerciales” (http://www.lapatilla.com/site/2013/11/25/gobierno-tramita-la-reposicion-de-inventarios/).
Aunque uno no puede dejar de manifestar dudas sobre la capacidad del gobierno madurista de cumplir con lo prometido en las declaraciones antes transcritas, la primera impresión que éstas causan es que ellas confirman hasta la saciedad que el “madurazo” era parte del guión cubano para ejecutar el PP y que había sido urdido desde hace mucho tiempo. Efectivamente, la dinámica económica para reponer inventarios de productos durables de consumo masivo es un proceso complejo que requiere un capítulo largo de negociaciones frente a un variado cúmulo de proveedores, quienes para conformar sus ofertas requieren tiempo de aviso con suficiente anticipación. Ésto, si se quiere que estas negociaciones se hagan realmente en terminos comerciales favorable para el país, incluida la necesidad de contar con asistencia técnica y mantenimiento adecuados.
Otros factores se unen para alimentar las dudas anteriormente expresadas, tales como, las dificultades por la que atraviesan las disponbilidades líquidas de divisas en poder del Banco Central, las obligaciones pendientes con proveedores del exterior por importaciones aún no pagadas y los problemas derivados de otras prácticas relacionadas con la aplicación del control de cambios vigente en Venezuela, factores todos que han llenado de máculas la reputación del país en sus relaciones comerciales con el exterior.
De manera, pues, que si algún balance hay del “madurazo” a estas alturas, el mismo es altamente negativo en contra del gobierno de Maduro, ya que con sus acciones ha aumentado los niveles de desabastecimiento en el país y ocasionado un efecto mucho peor que la inflación, ya que el producto más caro es el que no se consigue.
Otro tanto ha sucedido con la Ley Habilitante en lo que va de su aprobación, luego de que ésta se produjera espuriamente en la Asamblea Nacional, mediante la complicidad manifiesta del Tribunal Supremo de Justicia al dar lugar al allanamiento de la inmunidad parlamentaria de un diputado de la oposición, logrando que se incorporara su suplente quien votó a favor de dicha aprobación. Una de las principales medidas anunciadas y ya aprobadas por Maduro, el Decreto-Ley de Ganacias y Precios Justos, todavía se encuentra pendiente de trámite ante el Tribunal Supremo de Justicia, ya que se pretende otorgarle el carácter de Ley Orgánica.
La mencionada ley ya ha generado una fuerte oposición por su carácter represivo de la actividad económica, al limitar las ganancias a un máximo de 30% (http://www.eluniversal.com/economia/fiscalizaciones/131126/estiman-que-ganancias-no-pueden-atarse-a-un-porcentaje). A esta oposición seguramente seguirá un rechazo mayoritario del país hasta su definitiva derogatoria, junto con las medidas que también se han anunciado para limitar los cánones de arrendamiento de los locales comerciales y establecer los precios máximos de venta de las viviendas, únicos bastiones que le quedan a los venezolanos para proteger sus ahorros ante la inflación que ha venido devorando sus ingresos durante los gobiernos del finado Hugo Chávez y ahora de Maduro, en los últimos quince años.
En pocas palabras y como corolario de las consideraciones expuestas en los párrafos que anteceden, puede afirmarse que ni el “madurazo” ni la tan cacareada Ley Habilitante, ni las demás acciones emprendidas para implementar el llamado “Plan de la Patria” diseñado por los Castro para consolidar el caastrocomunismo en Venezuela, parecen haber producido dividendos a Maduro y su gobierno, capaces de reducir la tendencia que hoy se inclina a votar mayoritariamente en favor de los candidatos de la oposición durante las elecciones a celebrarse el próximo 8 de diciembre. Voto mayoritario que esperamos se refleje en los resultados electorales, salvo que el gobierno totatlitario-militarista de Maduro, con la complicidad del Consejo Nacional Electoral, ejecute una acción fraudulenta que logre torcer la voluntad popular decidida a ponerle coto a la ruina del país ocasionada por el castrocomunismo (ver reportaje de CNN sobre cómo arruinar la economía de un país –caso Venezuela: https://esdictadura-dolartoday.netdna-ssl.com/video/reportaje-cnn-como-arruinar-la-economia-de-un-pais-caso-venezuela/) . Veremos…
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