Wall Street Journal
Por MARY ANASTASIA O'GRADY
15-09-14
Loos precios de los bonos venezolanos se desvanecieron la semana pasada debido a renovadosrumores de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro podría declarar pronto la cesación depagos de hasta US$80.000 millones de deuda externa. El rendimiento del bono del gobierno convencimiento en 2022 alcanzó el 9 de septiembre su punto más alto en seis meses, con 15,8%.David Rees de la firma Capital Economics, con sede en Londres, y que el año pasado advirtió delos riesgos que la bajada del precio del petróleo representaba para Venezuela, le dijo aBloomberg News por teléfono que "el mercado de bonos finalmente está comenzando adespertarse".
Eso podría ser cierto. Está claro que las divisas que Venezuela recibe por sus exportaciones depetróleo no pueden pagar sus importaciones y los intereses de su deuda. Hay escasez extrema debienes industriales y de consumo, así como de servicios. Por algún lado tiene que romperse elsaco, y la probabilidad es que el ajuste que requiere la economía no será la primera opción delgobierno.Sin embargo, a los bancos de inversión de Wall Street les conviene que sigaa en marcha lapirámide de préstamo y gasto. Los rendimientos son buenísimos y las comisiones de colocaciónayudan mucho a incrementar sus bonificaciones de fin de año. Mientras Venezuela puedafinanciar sus déficits, nadie pierde dinero. Es por eso que el default quizás no sea tan inminentecomo algunos temen. Aun así, puede ser inevitable.
Cuando Hugo Chávez asumió el poder en 1999, PDVSA producía 3,5 millones de barriles de crudopor día (bpd). Para 2004, otros 900.000 barriles se habían sumado al flujo diario. Venezuela sedestacaba entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo porquetambién vendía en el mercado mundial productos refinados del crudo.Pero los problemas se estaban gestando desde 2002. Fue en ese entonces cuando PDVSAdespidió a cerca de 20.000 empleados por motivos políticos y los reemplazó con chavistas lealesque no estaban adecuadamente capacitados para el trabajo petrolero. Los activos petroleros enmanos extranjeras fueron nacionalizados. La inversión se fue a pique y los accidentes causadospor un mal mantenimiento se incrementaron. En 2012 estalló la enorme refinería Amuay. La OPECdice que Venezuela produce actualmente 2,3 millones de barriles de crudo al día.
Más de la mitad de esta producción no genera divisas. Cerca de 700.000 barriles al día abastecenel mercado interno y de esos, los expertos calculan que aproximadamente 100.000 bpd sonenviados de contrabando al mercado libre colombiano por funcionarios corruptos. Cuba y otrosvecinos del Caribe no pagan en efectivo por los 300.000 bpd que reciben. Cerca de 650.000 bpdson enviados a China. Pero buena parte de eso se usa para pagar decenas de miles de millonesen préstamos que se gastaron hace mucho tiempo.
La edición de julio del boletín Veneconomy Monthly, producido en Caracas, examinó el informeanual de 2013 de PDVSA. Los editores indicaron que pese a contar con 627 páginas había "pocainformación creíble sobre lo que sucede" al interior de la compañía. "Lamentablemente, la pocainformación disponible confirma las percepciones de que PDVSA se dirige hacia la insolvencia".
No obstante, eso no explica la escasez. Entre los bienes de consumo, por ejemplo, es difícilencontrar desde pañales, champú, carne, leche y pan hasta autopartes y baterías, alcohol paraheridas y medicamentos.La producción local ha sido paralizada. Según el banco central, en 2013 un 69% de lasimportaciones fueron insumos que los productores locales usan para hacer productos terminados.No obstante, también hay que pagarles a los proveedores.
La tasa oficial de cambio es de 6,3 bolívares por dólar. Pero debido a que el banco centralincrementó la oferta de efectivo en 70% en los últimos 12 meses y en 63% en los 12 mesesprevios a eso, el valor del bolívar se ha ido a pique. El banco central perdería todos sus dólares dela noche a la mañana si satisficiera la demanda de dólares a la tasa oficial. En cambio, vende unacantidad limitada a tasas más altas (pero no de mercado). Los negocios "prioritarios" tienenpermitido comprar algunos dólares todas las semanas a poco menos de 12 bolívares por dólar yalgunos otros afortunados hacen compras a una proporción de 50 bolívares por dólar.
La liquidez en dólares se está esfumando. Un analista independiente me dice que las ventas dedólares del gobierno en el primer semestre de 2013 cayeron cerca de 20% frente al mismoperíodo del año anterior y que las ventas en la primera mitad de 2014 fueron alrededor de 30%menores que en el mismo período de 2012.La tasa de cambio del mercado negro de 90 bolívares por dólar, que deben pagar aquellos sinconexiones, es demasiado alta para los productores que se encuentran sujetos a controles deprecios sobre sus productos terminados. Súmele a eso unas leyes laborales que harían sonrojar aMussolini y puertos dirigidos por Cuba en los que los bienes se mueven a paso de tortuga y podráver fácilmente por qué la producción ha colapsado.
Las preocupaciones por un default son exacerbadas por la noticia publicada hace unos meses deque PDVSA ha puesto en venta Citgo Petroleum, valorada en cerca de US$10.000 millones.Caracas puede estar tratando de recaudar capital, pero también puede que esté tratando deminimizar su exposición a incautaciones de activos en EE.UU. si dejara de pagar a susacreedores.
Venezuela dice que pagará sus deudas. Pero a medida que la epidemia de inflación y pobrezaempeora, ¿a quién no se le ocurre que los socialistas del siglo XXI encontrarán más fácil culpar alos capitalistas que a sí mismos?
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