En: http://www.noticierodigital.com/2014/10/eduardo-fernandez-en-la-razon-no-me-siento-contento-ni-con-el-gobierno-ni-con-la-oposicion/
Enrique Meléndez / La Razón / 26 oct 2014.- El presidente del
Instituto de Formación Demócrata Cristiana (IFEDEC), Eduardo Fernández,
estima que sería una catástrofe para la economía venezolana el hecho de
que continúen bajando los precios del petróleo; porque nos encontraría
con una aparato productivo totalmente demolido.
A su juicio, Venezuela en este momento no es sino petróleo. “No
tenemos fuentes alternativas”, afirma al ex dirigente copeyano, ex
candidato presidencial, quien nos recibe en su oficina de IFEDEC.
¿Cómo evalúa la situación económica? ¿Qué es lo que más le preocupa?
-El estancamiento; el país no crece económicamente. Durante algunos
años tuvimos un crecimiento por el aumento de los precios del petróleo.
Pero estamos estancados, porque ha sido demolido el aparato productivo
interno. Venezuela en este momento no es sino petróleo, y los precios
del petróleo están bajando. No tenemos fuentes alternativas.
-Antes teníamos hierro y acero; bueno pues eso ha sido destruido.
Antes teníamos aluminio; ya no estamos produciendo aluminio. La
producción agrícola y pecuaria se ha venido al suelo. No tenemos un
ingreso en divisas por razones de turismo; porque no hay en Venezuela
atractivos, para desarrollar el potencial turístico que tiene el país.
Tenemos un pésimo desempeño económico. Bolivia está mucho mejor que
nosotros.
¿Qué medidas debería tomar el gobierno para enrumbar al pais?
-Acabar con el control de cambio; acabar con los controles de
precios; unos controles artificiales. Eso no solamente es un factor
paralizante de la producción económica sino que es una gigantesca fuente
de corrupción.
¿Por qué, a su juicio, el gobierno no ha tomado esas medidas?
-Eso es un mecanismo que le sirve para dos cosas; primero, para
control político. Eso le permite tener un control de toda la actividad
económica; el que quiera tener una actividad económica no puede
conseguir dólares en el mercado libre, sino que tiene que adular al
gobierno, para que el gobierno le otorgue algunos. Entonces, ese es un
mecanismo de autoritarismo, de control político del gobierno sobre los
ciudadanos; en especial sobre la actividad económica.
-La otra razón es la corrupción. El gobierno tiene como un auxiliar, para perpetuarse en el poder, la corrupción.
¿El gobierno es sincero con los ciudadanos? ¿Ha asumido, públicamente, la dimensión de la crisis?
-Yo creo que el gobierno sabe la dimensión de la crisis pero no lo ha
transmitido. La literatura oficial pretende decirnos a los ciudadanos
que la cosa está bien y, evidentemente, que la cosa no está bien.
Se ampara, además, en el argumento de que ha tenido que librar una guerra económica
-Sí también el tema de la guerra económica. Si un gobierno tiene
quince años enfrentando una guerra económica y no la ha ganado, pues
debe irse, porque quiere decir que es un gobierno incompetente.
Algunos expertos vaticinan que el petróleo seguirá cayendo. ¿Está el país preparado para enfrentar esa circunstancia?
-Repito lo que dije antes: no hay ninguna fuente alterna de
producción de bienes y servicios en Venezuela. Todo ha sido demolido,
todo ha sido destruido. No tenemos sino petróleo. Si los precios del
petróleo bajan, por supuesto, que es una catástrofe para la economía
venezolana, y el país no está preparado; porque no estamos produciendo
acero, no estamos produciendo aluminio; porque no tenemos producción
agrícola, porque no tenemos producción pecuaria; porque no tenemos
actividad industrial; porque no tenemos actividad pesquera.
-Nosotros éramos un país muy rico y muy productivo desde el punto de
vista de la fauna marítima, y ahora no. Hemos quedado reducidos a una
especie de República bananera que en lugar de bananos, produce petróleo,
y si el precio de los bananos baja, la República bananera sufre. Si un
país no produce sino petróleo, y bajan los precios del petróleo, pues la
economía de ese país sufre. La modificación del Convenio Cambiario Nº
30 traerá mayor liquidez en bolívares
para las Misiones. ¿Eso a la larga beneficia al país o es una medida populista, pensada para un 2015 de elecciones?
-Hay un exceso de liquidez en el país. La cantidad de bolívares que
circula en Venezuela es muy grande; porque, además, el BCV se ha
convertido en una oficina subalterna del poder ejecutivo. Antes el BCV
era autónomo, independiente, como debe ser. Ahora obedece órdenes del
Ejecutivo; por lo tanto, produce billetes; imprime billetes, aunque esos
billetes no tengan el respaldo de una actividad productiva nacional.
-De modo que Venezuela no tiene problemas con los bolívares. Los problemas de Venezuela se derivan de que no tiene dólares.
Distintas encuestadoras reflejan en sus estudios de opinión
que el chavismo vive su peor momento de popularidad en años. ¿Por qué la
oposición no ha sabido capitalizar el descontento?
-Esa es una trágica pregunta porque, no solamente, tenemos un
gobierno muy ineficiente sino que no hemos terminado de construir una
alternativa seria; con una propuesta seria; que merezca la confianza de
la mayoría de los ciudadanos; de modo que yo declaro, tranquilamente,
que no me siento contento ni con el gobierno ni con la oposición.
-Creo que hace falta una gran convocatoria a la unidad nacional
alrededor de una agenda; de un programa que nos una a todos los
venezolanos.
¿Está la oposición, irremediablemente, dividida? ¿Existe un liderazgo fuerte?
-No existe un liderazgo fuerte y me preocupa porque, por ejemplo, la
MUD es una federación de debilidades. Los partidos que integran la MUD,
ninguno de ellos, lamentablemente, logra pasar del 5%. Eso es muy
preocupante; no lo digo con satisfacción sino con una gran preocupación.
-¿Qué es lo que yo creo que falta? Primero un mensaje atractivo,
pues el mensaje no puede reducirse a contestarle al gobierno. Los
insultos y las ofensas que el gobierno profiere en la política, han
desaparecido y han sido sustituidos por una guerra de calificativos y de
descalificaciones. Hacer política es presentar un mensaje que sea
atractivo; es tener una organización que sea eficiente, y es tener una
estrategia que sea inteligente.
-¿Qué llamo yo una estrategia inteligente? Si la estrategia que
propone el gobierno es confrontar, la estrategia de la alternativa
frente al gobierno debería ser una convocatoria a la unidad nacional.
Ellos quieren dividirnos. Nosotros queremos unirnos.
¿Cree que la convocatoria a una Constituyente hoy en día es
pertinente? ¿Está Leopoldo López precipitándose con esa convocatoria?
-Los venezolanos a lo largo de 200 años no hemos hecho otra cosa que
convocar Constituyentes. A cada rato convocamos una Constituyente. Los
países se constituyen una sola vez. Nosotros nos hemos debido
constituir en 1811. Desde entonces hasta ahora hemos tenido unas 29
Constituciones nuevas. El frío no está en las cobijas. El problema no
está en la Constitución; el problema está en que la Constitución no se
cumple.
-Ahora, ¿para qué es una Constituyente? Una Constituyente es para
hacer una Constitución, y una Constitución no debe redactarse sino en un
ambiente de consenso nacional para que sea una Carta que interprete a
todos los venezolanos y no a un solo grupo.
-Yo me opuse a la Constituyente de 1999, porque lo que quería el
presidente Chávez era el poder absoluto, y para eso se convocó a una
Constituyente. No porque no se pudiera vivir con la Constitución de
1961. A esa Constitución se le pudieran hacer unas reformas pero no era
necesaria una Constituyente, sino para el presidente Chávez tener el
poder absoluto y yo creo que el poder corrompe, y creo que el poder
absoluto, corrompe absolutamente.
La Iglesia ha hablado de retomar la Mesa de Diálogo. ¿Están dadas las condiciones?
-Yo creo que lo que debe prevalecer en Venezuela es la cultura del
diálogo. Eso es lo civilizado; no con un show mediático de dos
monólogos. Lo que hubo el otro día fue la presentación en cadena
nacional de dos monólogos. El gobierno fue a decir el suyo y los
dirigentes de los diferentes partidos de la oposición fueron a decir lo
suyo; pero eso no fue un dialálogo. Eran dos monólogos.
-¿Qué es un diálogo? Conversar, por ejemplo, en el parlamento para
tratar de llegar a un CNE que le merezca confianza a todos los
venezolanos; conversar, por ejemplo, para formar una mayoría calificada
que le permita al país tener un Contralor General de la República.
¿Usted no se ha dado cuenta de que uno de los problemas más importantes
que tiene el país es la corrupción y el Contralor que se supone que es
el funcionario que debe enfrentar la corrupción se murió hace tres años,
y nadie ni siquiera se ha dado cuenta de eso? No se elige a un nuevo
Contralor y la corrupción campea en el país, y la Contraloría está
ausente, porque no hay diálogo.
¿El diálogo debe apuntar hacia un gobierno de coalición?
¿Puede el gobierno seguir adelante de una manera exitosa sin la
oposición?
-Yo creo que el gobierno necesita dialogar con todo el país, y yo
creo que las encuestas demuestran que el gobierno en este momento,
difícilmente, representa el 30% del país; o sea, que el 70% no está
contento con el gobierno. El gobierno tiene que dialogar con ese 70% que
no está tampoco en la MUD.
-El 70% del país está opuesto al gobierno y está esperando a una
convocatoria a un programa que nos permita superar los problemas del
país; reactivar la economía; acabar con el alto costo de la vida, la
inflación; acabar con el desabastecimiento; acabar con la inseguridad;
para eso hay que dialogar hasta que vengan las elecciones, y yo espero
que en las elecciones el país haya escogido una buena alternativa que
sea capaz de sustituir al gobierno.
¿Usted aspira jugar un rol determinante en una transición? ¿Se imagina como presidente de Venezuela?
-No, yo estoy al servicio de mis ideas; al servicio de mi país como
lo he estado durante toda mi vida; tratando de ayudar en lo que yo,
modestamente, pueda hacerlo, pero no tengo ninguna fijación con ningún
cargo de ninguna manera. Simplemente, estoy aquí frente a mi instituto
de estudios políticos tratando de presentar ideas que ayuden a superar
la prolongada y dramática crisis que ha sufrido el país en los últimos
años.
Algunos actores de la política nacional parecieran estar en
campaña electoral, como si se avecinara una elección presidencial. ¿Es
sólido el gobierno de Maduro?
-Qué puedo decir yo de un gobierno que tiene un desempeño tan
mediocre, y esto te lo dice alguien que aspira que el gobierno de Maduro
sea sustituido por los mecanismos previstos en la Constitución; que sea
el pueblo con sus votos en la oportunidad prevista en la Constitución
que sustituya al gobierno; pero la verdad es que tenemos un gobierno muy
precario porque el pueblo, los ciudadanos, estamos sufriendo una
situación muy crítica.
-Imagínate las perspectivas para las navidades que vienen, ¿con qué
dinero vamos a contar para las compras navideñas?, ¿con qué vamos a
comprar las hallacas? Es dramática la situación económica del país.
¿Cómo evalúa a Copei? ¿Es un partido con futuro?
-Definitivamente sí, y tiene un arma secreta que yo no sé por qué no
la sacan; que es su doctrina; su ideología, sus principios. El humanismo
democrático cristiano tiene un gran potencial de futuro. Pero eso sólo
se hará realidad en la medida en que se convierta, como lo dice su lema
más reciente, el partido del diálogo. El partido que convoque la unidad
nacional; que no sea uno más de los que participen en este festival de
adjetivos, de insultos, de agravios, de dicterios, de descalificaciones;
sino que sea una fuerza de esperanza, de orden, de unión, de ideas
modernas para construir un país mejor.
¿Piensa crear un nuevo partido?
-No, definitivamente, no. Creo que hay demasiados partidos en Venezuela; lo que hace falta es que los partidos sean mejores.
¿Se imagina trabajando con el presidente Maduro?
-Mira, no. No me imagino trabajando porque tenemos una visión
radicalmente distinta de lo que hay que hacer. Yo lo que creo es que hay
que hacer inversiones; inversiones públicas, inversiones privadas, y
que el Estado debe cumplir su papel más importante, que es proteger la
vida y los bienes de los ciudadanos.
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