En: http://konzapata.com/2014/10/el-credo-ideologico-y-politico-del-general-mas-poderoso-de-la-v-republica-padrino-lopez/
Por Alicia Hernández @por_puesto.-
No es un decir que se trata del
general con más poder en lo que va de V República. Dirán que Raúl Isaías
Baduel lo era en su momento. Y, sin embargo, estaba Chávez en la
Presidencia con todo y su carisma, su verbo, el dinero, y su empuje.
También había otros generales que le competían a Baduel. Por tanto, era
un espacio compartido. Que no es el caso del general Vladimir Padrino
López con Maduro. Aquí se palpa y se siente la dependencia de este hacia
aquel. Por tanto, se empina y destaca el liderazgo y el poder del
general.
Padrino López forjó su suerte en un 5 de julio. En 1984 se graduó y
recibió su sable, “juró a su patria”, a pesar de no tener en sus planes
iniciales el ser militar. En 2012 siguió con el uniforme puesto y frente
a un Chávez enjuto, pidió permiso para hablar y lo hizo resuelto, tanto
que el Presidente dijo “que nadie se extrañe cuando un soldado en
Venezuela hoy hable como ha hablado el general de división Padrino
López”.
Se conocían de mucho tiempo atrás y esas palabas no venían sino a
afianzar el respeto y la confianza que Chávez tenía en el ahora ministro
de Defensa. Y del lado de Padrino López una lealtad absoluta y
veneración profunda. Por las palabras que le dedica en cada discurso que
puede, se diría que le tiene la misma veneración que al espíritu de su
madre y a la Virgen del Carmen, con la que, confesó en una entrevista,
habla y le reza todas las noches.
La fascinación de Padrino López por Hugo Chávez viene desde la
Academia, donde el que sería futuro mandatario del país estaba como
militar de planta. “Se destacaba como los mejores”, dijo en una ocasión
Padrino López. Los unía la carrera militar, pero también las aficiones
musicales. Aunque el ministro de Defensa es criado de toda la vida en
Caracas, pasó largo tiempo en Apure con su familia e igual que Chávez se
aficionó a la música del llano y, como dato curioso, toca arpa, cuatro,
maracas y bajo. Cosas de generales. Como Acosta Carlez, por ejemplo,
del llano también, y músico e interprete; o como Baduel, del llano. Hay
una constante curiosa.
El momento cúspide con el Comandante le llegaría a Padrino López
tiempo después y, esta vez, no sería un 5 de julio. El 11, 12 y 13 de
abril de 2002, cuando era teniente coronel del Batallón de Infantería
Simón Bolívar ayudó a que Chávez volviera al poder cuando unos
compañeros suyos “conquistados por la ambición de un poder, de un cargo,
se prestaron a derrocar a un gobierno legítimo”, apuntó.
Ese es el discurso que más repite Padrino López, su papel o, mejor
aún, el papel ingrato de aquellos que traicionan a la patria por ansias
de poder. El cariz de unos militares sin las líneas humanistas que,
dice, ahora tiene la FANB. Repite el ministro en muchos de sus discursos
que fue el 27 y el 28 de febrero de 1989 –rara vez dice la palabra
‘Caracazo’- cuando se apuntaron las armas contra el pueblo indefenso,
que desde entonces “quedó la convicción en la mayoría de los militares
de no volver a empuñar las armas para masacrar a nuestro pueblo”. Por
cierto, que en una de sus intervenciones en medios nombró al ahora
defenestrado Rodríguez Torres: “…estuvimos juntos cuando recibimos orden
de salir a las calles, ni siquiera a reprimir, sino a masacrar al
pueblo”. Y curioso que Rodríguez Torres esté ahora marcado por hechos
tan controversiales.
También habla de los sucesos de febrero y marzo de 2012 y dice que a
las guarimbas las llama responsablemente y de a cuerdo a la ley lo que
son: terrorismo. Y que hubo un uso progresivo y diferenciado de la
fuerza. Sí reconoció en un foro sobre Comunicación que la muerte de
Geraldine Moreno lo fue a manos de dos guardias nacionales.
Es férreo defensor de la llamada “unión cívico -militar”. Además de
evocar el concepto en numerosas intervenciones, en una entrevista con
José Vicente Rangel criticó la Constitución de 1960, donde se
contemplaba una FAN “apolítica y no deliberante”. Para el nuevo ministro
esto no hacía sino “quitar raciocinio y capacidad de decisión” a la
Fuerza Armada, algo que considera un desprecio a los militares, lo cual
empata con el discurso de otro que lo apoya: Diosdado Cabello. Ambos se
afincan en hablar de la “dignidad” de las Fuerzas Armadas, de
empoderarlas, de contrarrestar el control civil. “Menos mal que vivimos
un modelo distinto”, dijo en esa misma entrevista con JVR. Añadió luego
un “no tenemos la intención de usurpar funciones de ninguna especie”. Y
ahora funge en el Poder Ejecutivo y sigue teniendo en sus manos el cargo
más importante dentro de la FANB, tanto así que puede desplegar
operativos en la frontera, anti contrabando o cualesquiera y solo rendir
cuentas al Presidente.
De nuevo volvemos a un 5 de julio, pero esta vez el de este año. Si
con Chávez habló desde el paseo de los Próceres, esta vez lo hizo en el
seno de la Asamblea Nacional. Dijo que no es común ver a un soldado en
el foro donde se debate la política de Estado. Tal vez se trastabilló y
quiso decir “militar en activo”. Igual que cuando dijo que él no era
“político” y en realidad quiso decir “politólogo”. Tan político que dijo
en varias ocasiones, no sólo ese 5 de julio, que la Fuerza Armada es
chavista. Tal vez, para no incurrir en una declaración
anticonstitucional –según el artículo 328 de la Constitución la Fuerza
Armada Nacional es una institución al servicio de la nación de no de
parcialidad política alguna-, aclaró que “Chávez no es un partido
político, no es una entelequia, es una doctrina militar, política y
económica”. Nada más complejo que esto.
En ese último 5 de julio marcó su destino final. No sólo demostró su
lealtad a viva voz al Comandante Chávez, sino que también se la demostró
a Maduro al decirle que “encarna la soberanía popular y por tal razón
cuenta con el apoyo de la FANB. Cuenta usted con nuestra lealtad y
nuestra disciplina”. No es entonces de extrañar que, aunque Nicolás
Maduro quería meter en el redil a los militares durante el sacudón y
tener un gobierno algo más civil –seguían los militares, pero en un
discreto segundo plano, y el de más peso, en una cartera como al de
Finanzas-, en el momento en el que la situación le ha dado un vuelco y
se ve más inestable, llame a Padrino, tan leal al Comandante y tan
cercano al discurso de Diosdado Cabello. Unidad, unidad, unidad, ha
dicho el ministro de Defensa en múltiples discursos. Incluso, llego a
parafrasear a Simón Bolívar: “Unámonos o la anarquía nos devorará”. La
noche antes de ser designado ministro de la Defensa, le dijo a Maduro
que en el país nada pasará. Cuente con que nada pasará. ¿A qué se
refería?
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