MARUJA TARRE
| EL UNIVERSAL
viernes 31 de octubre de 2014 12:00 AM
La Sra. Jaua está enferma y
nadie puede reprocharle que vaya a un excelente hospital para curarse de
sus dolencias. Con sinceridad le deseo muy buena suerte y que los
médicos brasileños logren recuperar su salud. Pero me indigna que esa
joven señora, e incluso hasta Chávez, tengan que salir de Venezuela para
recibir tratamientos médicos.
En Venezuela había (en pasado, porque muchos se han ido) una cantidad impresionante de médicos de calidad, formados en las mejores universidades del mundo. Si a esa base ya existente se le hubiera inyectado parte de los inmensos recursos monetarios que se recibieron en la última década, tendríamos un sistema de salud envidiable. Si se hubieran dotado los hospitales y construido muchos más, si se hubieran financiado la práctica, los estudios, la investigación en la Escuela Vargas, en el Zulia (pioneros en trasplantes), en Medicina Tropical de la UCV, si se hubiera alentado a las clínicas privadas en vez de perseguirlas, Venezuela tendría hoy un sistema de salud del Primer Mundo.
Pero caprichosa y arbitrariamente, calumniando a nuestros médicos, se decidió financiar el adefesio propagandístico que es la medicina cubana. Se han usado cientos de miles de barriles de petróleo para que los Castro nos envíen médicos que no hicieron reválida. Médicos que no se sabe si son víctimas del castrismo con salarios de miseria, o agentes políticos con escasa formación. En vez de fortalecer nuestras escuelas de medicina, de extraordinaria tradición, se crearon programas con esos mismos cubanos, que gradúan profesionales que nadie quiere emplear. El resultado allí lo tenemos: una joven madre tiene que irse del país para recibir tratamiento para su enfermedad. "Pero miles de otras, que no disponen como ella de los recursos de la nación, tienen que esperar..."
En Venezuela había (en pasado, porque muchos se han ido) una cantidad impresionante de médicos de calidad, formados en las mejores universidades del mundo. Si a esa base ya existente se le hubiera inyectado parte de los inmensos recursos monetarios que se recibieron en la última década, tendríamos un sistema de salud envidiable. Si se hubieran dotado los hospitales y construido muchos más, si se hubieran financiado la práctica, los estudios, la investigación en la Escuela Vargas, en el Zulia (pioneros en trasplantes), en Medicina Tropical de la UCV, si se hubiera alentado a las clínicas privadas en vez de perseguirlas, Venezuela tendría hoy un sistema de salud del Primer Mundo.
Pero caprichosa y arbitrariamente, calumniando a nuestros médicos, se decidió financiar el adefesio propagandístico que es la medicina cubana. Se han usado cientos de miles de barriles de petróleo para que los Castro nos envíen médicos que no hicieron reválida. Médicos que no se sabe si son víctimas del castrismo con salarios de miseria, o agentes políticos con escasa formación. En vez de fortalecer nuestras escuelas de medicina, de extraordinaria tradición, se crearon programas con esos mismos cubanos, que gradúan profesionales que nadie quiere emplear. El resultado allí lo tenemos: una joven madre tiene que irse del país para recibir tratamiento para su enfermedad. "Pero miles de otras, que no disponen como ella de los recursos de la nación, tienen que esperar..."
No comments:
Post a Comment