Por
lo pronto de todo esto sale Diosdado Cabello como el ejecutor político
de una operación destinada a prepararse para las elecciones
parlamentarias, y con lo que se supone debe ser compromiso que
establezca su influencia en la Fiscalía. Poder que podría ser clave en
lo que pueda por venir.
Por Pedro Benítez. @PedroBenitezF.-
Mientras el 22 de diciembre pasado la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional elegía a los miembros del denominado Poder Ciudadano, en medio de los improperios y provocaciones que lanzaba Diosdado Cabello hacia la bancada opositora, a muy pocos metros se desarrollaba un enfrentamiento entre buhoneros y efectivos de la Guardia Nacional, y a unas cuantas cuadras más al oeste de la ciudad, en Catia, bastión electoral del chavismo, se repetía lo mismo.
Como suele ocurrir en las sociedades del Tercer Mundo en momentos de crisis, y como ya ha ocurrido en Venezuela en el pasado, la economía informal es el refugio de los primeros afectados por la debacle económica. Pero además, dadas las profundas distorsiones a las que está sometida la economía nacional, el mercado negro es una válvula de escape en la que muchos venezolanos se proveen de productos y donde otros muchos miles (decenas de miles y tal vez más) obtienen el sustento diario que no consiguen por falta de empleos formales.
Esos son los buhoneros, los bachaqueros, los protagonistas de la economía informal a los que el Gobierno ha declarado la “guerra” y que son objeto de hostigamiento y represión por parte de un aparato militar bastante corrupto.
Con la excusa de la Guerra Económica a lo largo del mes de diciembre en el Terminal de la Bandera se dieron reiterados incidentes por el decomiso de insumos de higiene personal, alimentos y medicinas por parte de funcionarios de la GNB. Las vacaciones navideñas han sido aprovechadas por los viajeros para llevarles harina pan, sardinas, acetaminofén y pañales a sus parientes de la provincia y por los funcionarios por obtener alguna que otra tajada.
Los prolegómenos del 2015: un aparato militar corrupto reprimiendo a una población que busca vías para subsistir.
Otro dato revelador de la caída en la capacidad de consumo: han brillado por su escasez en estos días los siempre populares (aunque fastidiosos) fuegos artificiales y juegos pirotécnicos. Con no disimulado orgullo Venezolana de Televisión reporta la ausencia de accidentes y personas lesionadas por el uso de este tipo de juegos. Pero en realidad es lo que el economista Henkel Garcia comentaba en su cuenta de twitter: “consecuencia positiva no intencionada”.
No obstante, la disminución en la capacidad de compra no ha frenado para nada el alzo incesante de los precios. En abastos, comercios y mercados uno de los comentarios más populares en este fin de año ha sido: “los billetes de cien ya no valen nada”.
El BCV y el INE pueden seguir escondiendo cifras a los analistas y comentaristas, pero el venezolano promedio no requiere de esos datos para sacar sus propias conclusiones sobre el estado de la economía.
La realidad es que estas son las navidades más precarias en términos económicos que hemos vivido los venezolanos en más de una década, y las perspectivas para el 2015 hacen chiste cruel aquello de: “prospero año nuevo”.
En la Venezuela que no está pendiente del día a día de la política, que no sigue minuto a minuto las incidencias parlamentarias por medio del twitter, ni sabe de las contradicciones reales o supuestas de la MUD, ni escucha la oratoria altisonante proferida en el Palacio Federal Legislativo, la crisis aprieta.
Con ese mar de fondo Nicolás Maduro y Diosdado Cabello han desarrollado su particular partida de ajedrez. En realidad el enfrentamiento fue entre ellos, y no con los diputados de la MUD como han querido aparentar.
Por cierto, a esa percepción se ha prestado la oposición con su infinita capacidad para la autoflagelación.
El asunto empezó por la disputas entre los chavistas por espacios en el CNE, ya que se daba por un hecho el retiro de Tibisay Lucena. Pero a alguien se le ocurrió que la presidenta del poder electoral se postulara a la reelección, sabiendo que eso la oposición no lo votaría en la Asamblea, con lo que la elección pasaría al TSJ por vacante legislativa. Salomónicamente nadie se movió de sus bases.
Entonces la titular de la Fiscalía General también manifestó su deseo de ratificarse en el cargo.
Por medio del control de procedimientos que le da la presidencia de la Asamblea Nacional, Cabello se aseguró que primero se reeligiera a Luisa Ortega Díaz, pasando así por encima de la voluntad de Cilia Flores.
En el tira y encoge Maduro y su consorte incluyeron como contrapartida a Tarek William Saab como nuevo Defensor del Pueblo. El mismo del que Diosdado Cabello expresó aquel: “ese señor no entra al estudio”, cuando el entonces gobernador del estado Anzoátegui intentó acompañar a Chávez en un programa de la televisora regional TVO en ocasión de la campaña a la relección del 2012. La rivalidad entre ambos era pública y notoria. Ese mismo día a Saab se le impidió estar al lado del candidato-presidente durante el recorrido por la ciudad de Barcelona. Ahora Maduro lo rescata del olvido.
Por cierto, por esos días Chávez era de la idea de que Rafael Ramírez reemplazara a Tarek William como candidato a gobernador de ese estado.
Así que entre una cosa y la otra Maduro terminó por hacer lo que Chávez dijo que haría pero no hizo (o no tuvo tiempo): sacar a Rafael Ramírez del gabinete del que fue inamovible por 12 años. El único al que un Presidente de la República confió simultáneamente los cargos de Ministro de Energía y presidente de PDVSA. El funcionario público no electo más poderoso de toda la era chavista. Al día de hoy debe estar volando hacia Nueva York.
Recordemos que por los primeros meses del 2013 (durante la agonía de Chávez) dos personas siempre escoltaban a Maduro en sus mensajes a través de los medios: Cabello y Ramírez. Uno tenía el poder político, el otro la caja. Ramírez esta fuera del juego. ¿Por ahora?
En todo ese barajeo de piezas han quedado más o menos las mismas personas de siempre del círculo de confianza rojo rojito, aunque da la impresión que en cada ronda van quedando menos puestos disponibles. Maduro ha ido saliendo de aquellos personajes que le hacían sombra: Rodríguez Torres (debe seguir esperando por la nueva responsabilidad que se le ofreció) y ahora Ramírez.
Como en la novela del dramaturgo francés Honoré de Balzac, La piel de zapa, al poder chavista en su conjunto el espacio disponible se le encoge, pero no por deseos concedidos sino por el tiempo consumido.
Se atrincheraron en el control del TSJ, del CNE y de la Fiscalía, pero están cercados por un creciente descontento nacional… e internacionalmente cada vez más aislados, sin el apoyo de Cuba ni de la OPEP y los otros gobiernos “aliados” mirando hacia otro lado con sus propios problemas.
Como suele ocurrir las cosas se ven más claras desde la distancia y evidentemente desde a fuera observan que un cambio de ciclo político se acerca en Venezuela.
El mundo chavista es cada vez más pequeño. En 2002 Chávez se percató de lo peligroso de quedar aislado. Todo ese tinglado de relaciones que armó desde entonces hoy se viene abajo junto con los precios del petróleo.
Por lo pronto de todo esto sale Diosdado Cabello como el ejecutor político de una operación destinada a prepararse para las elecciones parlamentarias, y con lo que se supone debe ser compromiso que establezca su influencia en la Fiscalía. Poder que podría ser clave en lo que pueda por venir.
Puertas adentro del oficialismo el centro de la atención ha sido Cabello, y parece ser que en conocimiento de eso Maduro ha decido retomar su protagonismo: en las próximas horas se dispone a anunciar medidas en el terreno donde precisamente es más notoria su incompetencia.
Mientras el 22 de diciembre pasado la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional elegía a los miembros del denominado Poder Ciudadano, en medio de los improperios y provocaciones que lanzaba Diosdado Cabello hacia la bancada opositora, a muy pocos metros se desarrollaba un enfrentamiento entre buhoneros y efectivos de la Guardia Nacional, y a unas cuantas cuadras más al oeste de la ciudad, en Catia, bastión electoral del chavismo, se repetía lo mismo.
Como suele ocurrir en las sociedades del Tercer Mundo en momentos de crisis, y como ya ha ocurrido en Venezuela en el pasado, la economía informal es el refugio de los primeros afectados por la debacle económica. Pero además, dadas las profundas distorsiones a las que está sometida la economía nacional, el mercado negro es una válvula de escape en la que muchos venezolanos se proveen de productos y donde otros muchos miles (decenas de miles y tal vez más) obtienen el sustento diario que no consiguen por falta de empleos formales.
Los prolegómenos del 2015: un aparato militar corrupto reprimiendo a una población que busca vías para subsistir.
Esos son los buhoneros, los bachaqueros, los protagonistas de la economía informal a los que el Gobierno ha declarado la “guerra” y que son objeto de hostigamiento y represión por parte de un aparato militar bastante corrupto.
Con la excusa de la Guerra Económica a lo largo del mes de diciembre en el Terminal de la Bandera se dieron reiterados incidentes por el decomiso de insumos de higiene personal, alimentos y medicinas por parte de funcionarios de la GNB. Las vacaciones navideñas han sido aprovechadas por los viajeros para llevarles harina pan, sardinas, acetaminofén y pañales a sus parientes de la provincia y por los funcionarios por obtener alguna que otra tajada.
Los prolegómenos del 2015: un aparato militar corrupto reprimiendo a una población que busca vías para subsistir.
Otro dato revelador de la caída en la capacidad de consumo: han brillado por su escasez en estos días los siempre populares (aunque fastidiosos) fuegos artificiales y juegos pirotécnicos. Con no disimulado orgullo Venezolana de Televisión reporta la ausencia de accidentes y personas lesionadas por el uso de este tipo de juegos. Pero en realidad es lo que el economista Henkel Garcia comentaba en su cuenta de twitter: “consecuencia positiva no intencionada”.
No obstante, la disminución en la capacidad de compra no ha frenado para nada el alzo incesante de los precios. En abastos, comercios y mercados uno de los comentarios más populares en este fin de año ha sido: “los billetes de cien ya no valen nada”.
En la Venezuela que no está pendiente del día a día de la política, que no sigue minuto a minuto las incidencias parlamentarias por medio del twitter, ni sabe de las contradicciones reales o supuestas de la MUD, ni escucha la oratoria altisonante proferida en el Palacio Federal Legislativo, la crisis aprieta.
El BCV y el INE pueden seguir escondiendo cifras a los analistas y comentaristas, pero el venezolano promedio no requiere de esos datos para sacar sus propias conclusiones sobre el estado de la economía.
La realidad es que estas son las navidades más precarias en términos económicos que hemos vivido los venezolanos en más de una década, y las perspectivas para el 2015 hacen chiste cruel aquello de: “prospero año nuevo”.
En la Venezuela que no está pendiente del día a día de la política, que no sigue minuto a minuto las incidencias parlamentarias por medio del twitter, ni sabe de las contradicciones reales o supuestas de la MUD, ni escucha la oratoria altisonante proferida en el Palacio Federal Legislativo, la crisis aprieta.
Con ese mar de fondo Nicolás Maduro y Diosdado Cabello han desarrollado su particular partida de ajedrez. En realidad el enfrentamiento fue entre ellos, y no con los diputados de la MUD como han querido aparentar.
Por cierto, a esa percepción se ha prestado la oposición con su infinita capacidad para la autoflagelación.
El asunto empezó por la disputas entre los chavistas por espacios en el CNE, ya que se daba por un hecho el retiro de Tibisay Lucena. Pero a alguien se le ocurrió que la presidenta del poder electoral se postulara a la reelección, sabiendo que eso la oposición no lo votaría en la Asamblea, con lo que la elección pasaría al TSJ por vacante legislativa. Salomónicamente nadie se movió de sus bases.
En el tira y encoge Maduro y su consorte incluyeron como contrapartida a Tarek William Saab como nuevo Defensor del Pueblo. El mismo del que Diosdado Cabello expresó aquel: “ese señor no entra al estudio”, cuando el entonces gobernador del estado Anzoátegui intentó acompañar a Chávez en un programa de la televisora regional TVO en ocasión de la campaña a la relección del 2012.
Entonces la titular de la Fiscalía General también manifestó su deseo de ratificarse en el cargo.
Por medio del control de procedimientos que le da la presidencia de la Asamblea Nacional, Cabello se aseguró que primero se reeligiera a Luisa Ortega Díaz, pasando así por encima de la voluntad de Cilia Flores.
En el tira y encoge Maduro y su consorte incluyeron como contrapartida a Tarek William Saab como nuevo Defensor del Pueblo. El mismo del que Diosdado Cabello expresó aquel: “ese señor no entra al estudio”, cuando el entonces gobernador del estado Anzoátegui intentó acompañar a Chávez en un programa de la televisora regional TVO en ocasión de la campaña a la relección del 2012. La rivalidad entre ambos era pública y notoria. Ese mismo día a Saab se le impidió estar al lado del candidato-presidente durante el recorrido por la ciudad de Barcelona. Ahora Maduro lo rescata del olvido.
Por cierto, por esos días Chávez era de la idea de que Rafael Ramírez reemplazara a Tarek William como candidato a gobernador de ese estado.
Así que entre una cosa y la otra Maduro terminó por hacer lo que Chávez dijo que haría pero no hizo (o no tuvo tiempo): sacar a Rafael Ramírez del gabinete del que fue inamovible por 12 años. El único al que un Presidente de la República confió simultáneamente los cargos de Ministro de Energía y presidente de PDVSA. El funcionario público no electo más poderoso de toda la era chavista. Al día de hoy debe estar volando hacia Nueva York.
En todo ese barajeo de piezas han quedado más o menos las mismas personas de siempre del círculo de confianza rojo rojito, aunque da la impresión que en cada ronda van quedando menos puestos disponibles. Maduro ha ido saliendo de aquellos personajes que le hacían sombra: Rodríguez Torres (debe seguir esperando por la nueva responsabilidad que se le ofreció) y ahora Ramírez.
Recordemos que por los primeros meses del 2013 (durante la agonía de Chávez) dos personas siempre escoltaban a Maduro en sus mensajes a través de los medios: Cabello y Ramírez. Uno tenía el poder político, el otro la caja. Ramírez esta fuera del juego. ¿Por ahora?
En todo ese barajeo de piezas han quedado más o menos las mismas personas de siempre del círculo de confianza rojo rojito, aunque da la impresión que en cada ronda van quedando menos puestos disponibles. Maduro ha ido saliendo de aquellos personajes que le hacían sombra: Rodríguez Torres (debe seguir esperando por la nueva responsabilidad que se le ofreció) y ahora Ramírez.
Se atrincheraron en el control del TSJ, del CNE y de la Fiscalía, pero están cercados por un creciente descontento nacional… e internacionalmente cada vez más aislados, sin el apoyo de Cuba ni de la OPEP y los otros gobiernos “aliados” mirando hacia otro lado con sus propios problemas.
Como en la novela del dramaturgo francés Honoré de Balzac, La piel de zapa, al poder chavista en su conjunto el espacio disponible se le encoge, pero no por deseos concedidos sino por el tiempo consumido.
Se atrincheraron en el control del TSJ, del CNE y de la Fiscalía, pero están cercados por un creciente descontento nacional… e internacionalmente cada vez más aislados, sin el apoyo de Cuba ni de la OPEP y los otros gobiernos “aliados” mirando hacia otro lado con sus propios problemas.
Como suele ocurrir las cosas se ven más claras desde la distancia y evidentemente desde a fuera observan que un cambio de ciclo político se acerca en Venezuela.
El mundo chavista es cada vez más pequeño. En 2002 Chávez se percató de lo peligroso de quedar aislado. Todo ese tinglado de relaciones que armó desde entonces hoy se viene abajo junto con los precios del petróleo.
Por lo pronto de todo esto sale Diosdado Cabello como el ejecutor político de una operación destinada a prepararse para las elecciones parlamentarias, y con lo que se supone debe ser compromiso que establezca su influencia en la Fiscalía. Poder que podría ser clave en lo que pueda por venir.
Puertas adentro del oficialismo el centro de la atención ha sido Cabello, y parece ser que en conocimiento de eso Maduro ha decido retomar su protagonismo: en las próximas horas se dispone a anunciar medidas en el terreno donde precisamente es más notoria su incompetencia.
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