En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/28/gonzalo-himiob-santome-el-voto-de-confianza/
Gonzalo Himiob Santomé
Como ya uno ha perdido, un poco, la capacidad para sorprenderse, y
como desde hace muchos años conocemos a Ricardo Sánchez, y hemos seguido
su trayectoria, sabíamos que verle el rostro verdadero, el que se
esconde tras la máscara mediática, era solo cuestión de tiempo. Sé que
no le gusta que lo critiquen, alguna vez se molestó conmigo, y me lo
hizo saber, cuando cuestioné sus tácticas avasallantes y ventajistas,
muy parecidas a las del chavismo, para promover las candidaturas de sus
copartidarios a la FCU cuando ya a él le tocaba dejar el puesto. Tampoco
le gustaba mi prédica, que aún sostengo, contra la pretensión
“vitalicia” de algunos liderazgos estudiantiles. Estudioso sí, pero
estudiante no se puede ser toda la vida. El liderazgo estudiantil, así
lo creo y lo creeré siempre, es por definición temporal, y mal ejemplo
se le da a nuestra juventud cuando el empeño de mantenerse al mando
desconoce las costuras que siempre se les ven a quienes, aunque ya han
perdido el ímpetu de la juventud temprana, siguen vistiendo de “mano
blanca” en apretadas franelas que ya no les quedan, solo para mantenerse
donde están.
Quizás a Ricardo, que acaba de avalar con su voto como diputado la
ratificación de nada más y nada menos que Luisa Ortega Díaz como Fiscal
General de la República, además de todo un procedimiento de selección y
de ratificación del Poder Ciudadano que convirtió a nuestra Carta Magna
en papel toilette, lo que le ha faltado es tener más gente que lo baje
de los pedestales, más personas que le hicieran ver, de buena fe, sus
yerros. Quizás le ha faltado humildad, pero además mucha coherencia y
consistencia. Sus méritos los tuvo, son tan indiscutibles como parte de
su pasado. Allá por el 2007, cuando el Movimiento Estudiantil Venezolano
dio la cara por todo un país, contra el abuso del cierre de RCTV y
contra la fallida propuesta de reforma constitucional promovida por
Chávez, Ricardo Sánchez fue ejemplo y pieza clave. Fue parte de esa
generación de oro que lideraron Yon Goicoechea, Freddy Guevara, Gaby
Arellano, Diego Scharifker, David Smolanski, Douglas Barrios (¿Recuerdan
su impactante discurso ante la AN?), Manuela Bolívar, Nixon Moreno,
Stalin González, Miguel Pizarro y muchos otros, jóvenes todos ellos
indómitos, indoblegables, valientes, que le dieron a la oposición en
Venezuela un nuevo sentido: el de la esperanza.
Pero los años han pasado, y a todos nos han cobrado sus cuotas.
Algunos han escapado de la persecución y hoy callan; otros se han
dedicado a sobrevivir, unos pocos siguen en la pelea desde arenas
diferentes. También han surgido caras nuevas y luminosas. Las
comparaciones siempre son odiosas pero no veo, por ejemplo, a Freddy
Guevara ni a Miguel Pizarro, hoy convertidos en políticos, transando
principios y valores a costa de la confianza que en ellos han depositado
quienes los apoyan. Solo por poner un ejemplo, solo por plantear una
hipótesis, no veo a ninguno de los antes mencionados, excepción hecha
ahora con Ricardo Sánchez, votando si así hubiera tocado en la AN por
mantener en el puesto, en su momento, a Isaías Rodríguez, el antiguo
Fiscal General, uno que comparado con Luisa Ortega, en lo que a
persecución de la juventud y de los estudiantes se refiere, es un niño
de pecho.
No Ricardo, votar a favor de la propuesta del oficialismo sobre el
Poder Ciudadano, negativa y espuria en su forma y en su fondo, no es
“estar a favor del diálogo”. Es estar a favor de la violación
sistemática de nuestra Constitución y de la barbarie. Al levantar tu
mano para ratificar a la Fiscal General en su cargo, por ejemplo, lo que
has hecho es darle el “sí” a que ciudadanos de este país den con sus
huesos en la cárcel de la mano, únicamente, del testimonio anónimo e
ilegal de un “patriota cooperante” o por lo que dice solamente un
escueto “Acta Policial” en el que solo consta el dicho, falseado y
tergiversado, de sus captores; lo que has hecho es celebrar que cerca de
dos mil personas, en su mayoría jóvenes que no llegan a los 30 años de
edad, estén sometidos hoy a procesos penales solo por haber hecho este
año lo que tú mismo, en su momento, hiciste: protestar pacíficamente
contra el abuso en el poder. 63 ciudadanos están estas navidades presos
por anhelar un mejor país, y todo eso ha sido hechura de la Fiscal
General a la que le acabas de dar tu “voto de confianza”. Cerca de 150
casos de torturas y de tratos crueles, inhumanos y degradantes siguen
“engavetados”, mientras tú sonríes y votas para que esto se mantenga
como está. Las propias estadísticas oficiales demuestran que, en
relación a los delitos que no tienen que ver con la persecución
política, la impunidad generalizada sobrepasa el 90% ¿Estás entonces de
acuerdo con eso? Quitando el uso descarado del ius puniendi como
herramienta para desarticular cualquier atisbo de disidencia o de
crítica al poder, ya motivo suficiente para no votar por Luisa Ortega,
la Fiscalía ha demostrado ser francamente inútil para combatir la
inseguridad que a todos, sin distinciones, nos agobia ¿No es esa razón
más que suficiente para querer otro Fiscal General? Pregúntale si
quieres a los padres de Génesis Carmona, de Geraldine Moreno, de Bassil
Da Costa, de Juancho Montoya, de Alejandro Márquez, de Adriana Urquiola y
de tantos otros que fueron asesinados este año durante las protestas si
están de acuerdo con los desempeños de nuestro Ministerio Público.
Pregúntale lo mismo a la madre de cualquier zona humilde de nuestra
nación, a una que ha perdido a sus hijos a manos del hampa, si le parece
bien que tú alces tu mano ratificando a la Fiscal cuando el homicida de
sus vástagos se pasea, impune, por las calles del mismo barrio en el
que le mató a su muchacho.
Yendo más allá, la Constitución es muy clara al establecer que los
integrantes del Poder Ciudadano deben ser elegidos por la AN mediante
mayoría calificada, por las dos terceras partes de los votos, no por
mayoría simple. Eso es lo que dispone el Art. 279 de nuestra Carta
Magna. Levantaste tu mano, Ricardo, y confirmaste que estás de acuerdo
con “saltarse a la torera” nuestras normas fundamentales cuando así le
conviene al poder. Eres el suplente de María Corina Machado, que fue
injustamente removida de su curul por un procedimiento tan
inconstitucional y arbitrario como el de la reciente designación de los
integrantes del Poder Ciudadano. Contra aquello, aunque sin mucha
intensidad valga decirlo, sí alzaste la voz ¿Contra este nuevo exabrupto
no tuviste nada que decir? Son igualmente graves. MCM fue la diputada
que más votos recibió al momento de su elección, fueron más de 235.000
votos. Eso, aunque sea de “refilón”, como su suplente te comprometía
ante quienes les dimos, como fórmula, ese voto de confianza ¿Nos
preguntaste, a ella y a nosotros, si estábamos de acuerdo con el papel
que representas ahora?
Tú sabes la respuesta, así que no me queda más, como elector, que quitarte mi voto de confianza.
Ya sabemos dónde está el tuyo.
@HimiobSantome
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