En: http://www.lapatilla.com/site/2014/12/26/el-mensaje-de-navidad-de-chuo-torrealba/
Es 24 de Diciembre de 2014, y escribo estas líneas cuando aun no son
las 5:45 de la tarde. En Venezuela el cielo ya esta muy oscuro,
producto de una de las “genialidades” del gobierno anterior que el
gobierno actual no quiere llamar “gobierno anterior” porque quiere dar
la impresión de que es el mismo gobierno, lo que no es verdad aunque si
es cierto que es el gobierno de los mismos. ¿Enredado, no? Los
venezolanos nos entendemos…
Los que vivimos en esta Tierra de Gracia en desgracia temporal
atravesamos una época extraña, que únicamente el almanaque identifica
como “Navidad”. Es una Navidad con colas en vez de misas de aguinaldo
(las colas las decretó el desabastecimiento, las misas de aguinaldo las
abolió el hampa); Una Navidad con gente en las calles buscando
desesperadamente no pasas o aceitunas, sino detergente y papel
higiénico; Una Navidad en la que el tradicional “operativo de
seguridad” este año contará con 130 agentes menos, pues fueron
asesinados por el hampa en Caracas durante los 12 meses anteriores;
Una Navidad con “cementerios vivientes” en vez de nacimientos
vivientes, porque esos son las cárceles venezolanas. Una Navidad, en
fin, con estudiantes encadenados en una plaza en solidaridad con
estudiantes secuestrados en calabozos, en un país donde 9 de cada diez
delincuentes están impunes en las calles, según cifras del propio
gobierno…
Pero no es esta Navidad una más de las últimas 15 navidades
saboteadas por un gobierno enemigo de la Paz. En realidad, esta Navidad
recuerda una canción del primer Willie Colón, aquel que era llamado “El
Malo” no precisamente por la manera en que tocaba el trombón. Esa
canción se llama “Todo tiene su final”. En efecto, es así. En la calle
y en el barrio, en los comercios y en las pocas empresas que quedan
operativas, la gente lo dice de otra manera, pero lo dice: “Que va, esto
no se aguanta, esto no dura…” Lavoe lo soneaba de esta forma:
“Todo tiene su final/nada dura para siempre/tenemos que recordar/ que no
existe eternidad…” En esencia, se trata de lo mismo: “El tiempo de
Dios es perfecto”, pero la gente ya esta dispuesta a echarle una mano a
Dios, como quien dice, pues, “una ayudaíta”, por aquello de “ayúdate,
que yo te ayudaré”.
No se trata ya de que el gobierno este desprestigiado, pues no puede
desprestigiarse más. El punto no es que su gestión sea “mala”, porque
no puede ser malo lo que no existe. Hasta para poder seguir perdiendo
popularidad el gobierno todos los días le quita alguna prestada al líder
difunto. Pero con todo lo patético que es lo ya afirmado, el fondo del
problema no es ése. La verdadera esencia del asunto es que, con un
barril de petróleo a menos de 60 dólares, y con un bolívar irónicamente
llamado “fuerte” a mas de 170 por dólar, la base de sustentación
económica del gobierno se fracturó y está en caída libre. Así de
simple. El edificio se esta cayendo, y con nosotros adentro.
A una Venezuela así esta a punto de llegar ese Divino Niño, aquel que
Herodes –si hubiera sido lo suficientemente canalla- habría llamado
“Alias El Chúo”. A esta
Venezuela ya en transición llega el Hijo de Dios para recordarnos que no
tengamos miedo, que el único reino eterno es el de Su Padre, que a la
hora del grito de protesta y del voto castigo hay que darle al César lo
que es del César y dárselo bien duro, que el perdón se diferencia de la
impunidad en que el perdón libera y la impunidad condena, que decir
“vida en libertad” es redundante y que la igualdad sin libre albedrío es
igual a esclavitud, por lo que El prefirió darnos un alma , un
cerebro y dos manos en vez de chantajearnos con un “programa social
celestial” para que lo adorásemos eternamente a cambio de migajas de
maná.
A eso es lo que viene, estoy casi seguro, mi Ilustre Tocayo, todo
humildad, todo inocencia, todo coraje: A recordarnos que no podemos
escoger entre “radicalismo” y “unidad”, pues solo siendo radicalmente
unitarios encontraremos y transitaremos con éxito el camino para
derrotar a los soberbios, a los corruptos, a los represores. Con un
Papa en el cielo como Juan Pablo II y otro en La Tierra como Francisco,
Mi Tocayo esta a punto de llegar muy bien dateado. Por eso sabe que en
Venezuela 2015 es tiempo de definiciones: Sabe que no hay mas espacio
para que el Gobierno corra la arruga, ni para que la oposición aplace
convertirse en Alternativa, ni para que el chavista del barrio siga sin
unirse a su vecino opositor. El tiempo de Dios es éste tiempo nuestro
de Indignación y Esperanza, de Protesta y Propuesta, de Camino y Meta.
Este, no otro. ¡Este!
Yo me preparo a recibirlo con devoción, con entrega. Haciendo un
trabajo que quizá no sea el que me guste, pero con certeza es el que
tengo que hacer. Y lo hago con energía y con alegría, porque sé que con
eso pongo mi granito de arena para la montaña de todos. Tras diez años
de estar peleando por la democracia y la libertad en calles que algunos
conocen sólo por fotografías, en barrios cuyos nombres algunos oyeron
sólo cuando los medios los mencionaron alguna vez, hoy esa misma lucha
me asigna una responsabilidad distinta. Y la asumo porque en esos
barrios he visto mucha choza triste, mucho rancho humilde, tan humilde
como ese pesebre en el que, en pocas horas, estará luminosa la presencia
del Inmenso Chirriquitico, del Niño Dios.
En esos ranchos he visto a muchos niños hechos a imagen y semejanza
de Mi Tocayo. Niños que necesitan y merecen una vida digna, una vida de
oportunidades, una vida de la que ellos mismos sean los dueños. Una vida
en la que a punta de estudio y trabajo se pueda vivir bien y surgir.
Una vida en la que “lo malo” sea ser pobre, en la que ser próspero sea
normal y ser rico sea siempre una posibilidad al alcance de todo aquel
que -con decisión y talento- despliegue con constancia el esfuerzo
necesario.
Este es mi Mensaje de Navidad. Como activista social, como
comunicador popular, como secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad
Democrática, como hijo de Marina y de Laureano, de Catia y de Caricuao,
en fin, les digo esto: Vamos a construir entre todos una Venezuela
inclusiva y solidaria, financiada por una economía abierta y productiva,
en el marco de una democracia funcional y transparente. Los
presos políticos serán liberados, los exiliados regresarán a sus
hogares, los estudiantes hoy sometidos a juicios de persecución serán
los dirigentes del futuro. Y lo vamos a lograr por una razón muy
poderosa: ¡Porque estamos decididos a hacerlo… y porque si no lo hacemos
nosotros nadie más lo va a hacer!
¡FELIZ NAVIDAD!
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