Una necesaria estrategia de oposición
FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL
domingo 16 de enero de 2011 08:56 PM
La política, igual que la guerra, es un juego de doble acción. Tú debes analizar la estrategia de tu adversario con la finalidad de darle respuesta. Se requiere que tú, al mismo tiempo, establezcas tu propia estrategia y definas los objetivos a alcanzar. Definitivamente, exige condiciones mínimas de inteligencia, frialdad y reflexión. Venezuela vive circunstancias muy complejas. Un régimen arbitrario y sin escrúpulos controla el poder y aspira lograr, como en Cuba, no entregarlo jamás. Por suerte para Venezuela, las dos situaciones históricas son diferentes: en Cuba triunfó una revolución armada, que mediante la fuerza se impuso socialmente con el respaldo, en plena Guerra Fría, de una de las grandes potencias mundiales. En Venezuela, Hugo Chávez alcanzó el poder democráticamente en medio de circunstancias internacionales diferentes y no ha logrado doblegar la resistencia social.
El objetivo de Hugo Chávez es permanecer en el poder. De eso, no debe haber duda. De todas maneras, quiera o no quiera, está sometido a ciertos cronogramas electorales y a un conjunto de normas democráticas que no ha podido dejar a un lado. Trata de minimizar al máximo sus efectos, pero tiene que cumplirlos, ya que de no hacerlo perdería su legitimidad con un importante costo político. Tiene a su disposición para lograr su objetivo una inmensa riqueza, todos los poderes públicos, la mayoría de los medios de comunicación, un asesoramiento cubano con gran experiencia en el control del poder, la lealtad de algunos miembros de la Fuerza Armada y de los organismos de inteligencia. Su punto débil es la progresiva caída de la popularidad como consecuencia de la ineficiencia en su gestión de gobierno y el desgaste natural de su imagen después de doce años de ejercicio del poder.
La oposición tiene a su vez un claro objetivo: derrotar electoralmente a Hugo Chávez y obligarlo a entregar el poder. Ese reto es inmenso. No es fácil enfrentar a un gobierno que ejerce el poder sin límites ni escrúpulos. Alcanzar ese objetivo requiere lograr que las grandes mayorías nacionales voten masivamente por un cambio. Su punto fuerte es el creciente descontento popular. Se requiere antes que nada preservar bajo cualquier circunstancia la unidad de la oposición y fortalecer la autoridad de su actual dirección de tal manera que le permita establecer los lineamientos generales de la campaña electoral y los distintos mensajes a enviar en cada circunstancia política. Además, es imprescindible que esa dirección genere tal mística en la propia sociedad civil que sus instrucciones sean respetadas y cumplidas. Entre los retos se encuentra resolver el problema de la candidatura presidencial.
Después de resolver estos problemas, se requiere definir un mensaje que socave las bases populares del régimen señalando sus grandes deficiencias. Es imposible imaginarse que Hugo Chávez va a permanecer inmóvil en espera de la derrota. Tomará un sinnúmero de medidas arbitrarias para lograr evitarla. La oposición tiene que prepararse para enfrentar con fuerza esas medidas. La única manera de hacerlo es mediante la permanente movilización popular teniendo al frente a un liderazgo decidido a arriesgar su seguridad personal. La sociedad también tiene que entender que sólo mediante su acción militante es posible detener el avance de este régimen totalitario. Tampoco se puede asegurar que lograda la derrota electoral, Hugo Chávez va a respetar el resultado. Es necesario establecer con certeza las medidas, tanto nacionales como internacionales, que se van a tomar.
En el campo nacional es imprescindible prever las acciones, que habría que realizar en caso de decidir Hugo Chávez irrespetar el resultado electoral. Estas deben ir desde masivas movilizaciones populares en todo el país hasta un paro nacional en medio de graves alteraciones del orden público. Lo primero que tenemos que saber es que ya somos mayoría y que para ese momento, el año 2012, tendremos la suficiente fuerza para imponer la voluntad popular. Mis compañeros de armas deben entender que su obligación es cumplir y hacer cumplir la Constitución nacional. Respetar y hacer respetar el resultado electoral es una clara obligación de la Fuerza Armada Bolivariana. No hacerlo, comprometería su destino…En el campo internacional, la oposición con el viaje a la OEA ya empezó a hacerse sentir.
El objetivo de Hugo Chávez es permanecer en el poder. De eso, no debe haber duda. De todas maneras, quiera o no quiera, está sometido a ciertos cronogramas electorales y a un conjunto de normas democráticas que no ha podido dejar a un lado. Trata de minimizar al máximo sus efectos, pero tiene que cumplirlos, ya que de no hacerlo perdería su legitimidad con un importante costo político. Tiene a su disposición para lograr su objetivo una inmensa riqueza, todos los poderes públicos, la mayoría de los medios de comunicación, un asesoramiento cubano con gran experiencia en el control del poder, la lealtad de algunos miembros de la Fuerza Armada y de los organismos de inteligencia. Su punto débil es la progresiva caída de la popularidad como consecuencia de la ineficiencia en su gestión de gobierno y el desgaste natural de su imagen después de doce años de ejercicio del poder.
La oposición tiene a su vez un claro objetivo: derrotar electoralmente a Hugo Chávez y obligarlo a entregar el poder. Ese reto es inmenso. No es fácil enfrentar a un gobierno que ejerce el poder sin límites ni escrúpulos. Alcanzar ese objetivo requiere lograr que las grandes mayorías nacionales voten masivamente por un cambio. Su punto fuerte es el creciente descontento popular. Se requiere antes que nada preservar bajo cualquier circunstancia la unidad de la oposición y fortalecer la autoridad de su actual dirección de tal manera que le permita establecer los lineamientos generales de la campaña electoral y los distintos mensajes a enviar en cada circunstancia política. Además, es imprescindible que esa dirección genere tal mística en la propia sociedad civil que sus instrucciones sean respetadas y cumplidas. Entre los retos se encuentra resolver el problema de la candidatura presidencial.
Después de resolver estos problemas, se requiere definir un mensaje que socave las bases populares del régimen señalando sus grandes deficiencias. Es imposible imaginarse que Hugo Chávez va a permanecer inmóvil en espera de la derrota. Tomará un sinnúmero de medidas arbitrarias para lograr evitarla. La oposición tiene que prepararse para enfrentar con fuerza esas medidas. La única manera de hacerlo es mediante la permanente movilización popular teniendo al frente a un liderazgo decidido a arriesgar su seguridad personal. La sociedad también tiene que entender que sólo mediante su acción militante es posible detener el avance de este régimen totalitario. Tampoco se puede asegurar que lograda la derrota electoral, Hugo Chávez va a respetar el resultado. Es necesario establecer con certeza las medidas, tanto nacionales como internacionales, que se van a tomar.
En el campo nacional es imprescindible prever las acciones, que habría que realizar en caso de decidir Hugo Chávez irrespetar el resultado electoral. Estas deben ir desde masivas movilizaciones populares en todo el país hasta un paro nacional en medio de graves alteraciones del orden público. Lo primero que tenemos que saber es que ya somos mayoría y que para ese momento, el año 2012, tendremos la suficiente fuerza para imponer la voluntad popular. Mis compañeros de armas deben entender que su obligación es cumplir y hacer cumplir la Constitución nacional. Respetar y hacer respetar el resultado electoral es una clara obligación de la Fuerza Armada Bolivariana. No hacerlo, comprometería su destino…En el campo internacional, la oposición con el viaje a la OEA ya empezó a hacerse sentir.
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