Sunday, January 30, 2011

Quién desea destruir las fuerzas armadas?....

En: http://opinion.eluniversal.com/2011/01/30/opi_art_quien-desea-realmen_30A5065895.shtml

¿Quien desea realmente destruir a la Fuerza Armada?
FERNANDO OCHOA ANTICH |  EL UNIVERSAL
domingo 30 de enero de 2011  05:09 PM
Este artículo va dirigido a mis compañeros de armas. Es el momento preciso de reflexionar sobre lo que ocurre en Venezuela. Nuestro país vive una inmensa crisis en todos los órdenes que compromete su destino como país. No es posible continuar viviendo en medio de la lucha fratricida que impone la prédica presidencial. Esta semana la situación ha sido particularmente delicada. Justamente, ustedes tienen una obligación como institución: cumplir y hacer cumplir la constitución nacional; respetar y hacer respetar la voluntad popular manifestada a través de unos comicios transparentes y equitativos. Ese reto lo tendrán en las elecciones presidenciales de diciembre del 2012.

Hugo Chávez, al rechazar la Agenda para el Diálogo propuesta por los sectores democráticos, acusó a los parlamentarios de oposición de querer destruir a la Fuerza Armada, por haber planteado la necesidad de suspender las millonarias compras de armamentos. Esa afirmación no tiene pie ni cabeza. El planteamiento de los sectores democráticos es más que lógico: un país con gravísimos problemas sociales no puede gastar sumas millonarias en la adquisición de armamento y mucho menos sin existir una verdadera amenaza. Esa amenaza, según Hugo Chávez, la representa el imperialismo americano y la respuesta, según sus propias palabras, es a través de la Guerra Asimétrica. Los armamentos sofisticados no tienen ninguna justificación.

Soy del concepto que la eficiencia de unas fuerzas armadas profesionales no se mide exclusivamente por la capacidad del armamento que, en un momento determinado, puede haberse adquirido. Es diferente, cuando el armamento es producido por su propia capacidad industrial. En ese caso, dicho armamento si muestra su potencialidad militar. De todas maneras, es importante saberlo, unas fuerzas armadas profesionales se sustentan más en los valores militares y morales de su personal, surgidos de una exigente meritocracia, que del material de guerra disponible. La pregunta que debemos tratar de responder es si realmente el régimen chavista ha fortalecido esos valores o por el contrario los ha comprometido con su equivocada política militar.

Durante los doce años de gobierno se han aprobado varias reformas de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada. En los cambios organizativos se ha buscado centralizar el mando en el presidente de la República, al concederle grado y mando militar, debilitando la capacidad de acción del ministerio de la Defensa y del Comando Estratégico Operacional; y la autonomía de las distintas Fuerzas. Lo más grave ha sido crear la Milicia Nacional Bolivariana, irrumpiendo el concepto profesional de reserva, para transformarla en una organización estructurada con personal no formado dentro de los valores militares. La facilidad de acceso que se les ha dado a muchos ciudadanos, valorando exclusivamente su lealtad a unas ideas políticas, compromete gravemente nuestra unidad doctrinaria.

Esta debilidad organizativa, se ha visto incrementada por un manejo de personal que ha debilitado los valores fundamentales de disciplina y subordinación y comprometido el entrenamiento y la operatividad militar de nuestra organización. No hay duda que son tres las medidas que más han perjudicado estos valores: la utilización masiva de personal militar en cargos civiles, la creación de los oficiales técnicos y la exagerada politización de los cuadros militares. En el primer caso se rompe la posibilidad de la valoración meritocrática del personal al obtener un mayor reconocimiento aquellos que desempeñan cargos civiles. En el segundo caso, se han irrumpido los valores mínimos de disciplina al subordinar a antiguos suboficiales a oficiales que habían sido sus superiores.

La politización de la Fuerza Armada ha venido comprometiendo su prestigio. El efecto sobre el respaldo nacional que siempre necesita unas fuerzas armadas para poder defender la soberanía nacional es inmediato. Al vincularse nuestro prestigio institucional con la acción de un gobierno en particular y no con el Estado, conduce a que ese respaldo empiece a ser absolutamente parcial: solo aquellos que ven con simpatía la acción del gobierno. En 1998, las Fuerzas Armadas era una de las dos instituciones mas reconocidas de nuestra sociedad. Eso se termino hace tiempo. El único responsable de la destrucción de nuestra Fuerza Armada es Hugo Chávez. La oposición sólo será garantía de profesionalismo y de respeto a los valores militares. Esa es la verdad.

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